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Después de aquellos mensajes Seungmin no estuvo mucho tiempo decidiéndose entre dormir o no.

En su mente estaba la idea que era seguramente alguna broma rara de sus amigos.

Se podría decir que durmió como una roca durante toda la noche, sin estar muy consiente de lo que ocurría a su alrededor.

Y cuando despertó por un movimiento brusco nunca se imaginó encontrarse con lo que parecía ser un chico en una máscara observándolo fijamente.

—Seungmin.

La voz del chico era extrañamente calmada para alguien que estaba irrumpiendo en la propiedad de otra persona. Seungmin pensó que quizás era uno de esos sueños raros que tenía cuando tomaba esas tontas pastillas que le obligaban dormir. Se sentía demasiado dopado para entender lo que ocurría.

Aún así intento concentrarse en la figura del extraño que cada vez se inclinaba más arriba de él.

La primera regla es simple y necesito que la recuerdes siempre.

El de la máscara parecía mirar hacia su dirección mientras las palabras salían sin ningún sentimiento.

Al mismo tiempo que el cuerpo de Seungmin parecía estar inmóvil mientras su mente intentaba procesar lo que sea que estuviera ocurriendo o al menos las palabras del hombre inclinado.

-Las decisiones en grupo nunca son fáciles pero para superar este juego necesitas confiar en tus amigos, en tu equipo ¿Lo comprendes Seungmin? La primera regla es que nunca debes desconfiar en tu equipo aunque las situaciones no sean las más adecuadas.

El castaño solo asintió mientras tragaba saliva.

El intruso le acarició delicadamente su mejilla antes de acomodarle sobre el rostro una máscara a juego con la que traía puesta.

Panic roomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora