Me hace falta una flor.

Sentimientos hacia el Superior Idiota [2/2]

Es increíble cómo pude haber pasado tanto tiempo en una universidad como ésta, demasiadas actividades por hacer y los alumnos son muy apasionados, y aunque no lo quisiera, tuve que adaptarme a ello. 
Casi once meses han pasado desde que entré, y hoy nos encontramos aquí, en un aula de primer año. Ha sonado el timbre por lo que todos han corrido con sus amigos y salieron.

Me he quedado quieta todos esos segundos que pasaron.

Es la hora del almuerzo, o mejor dicho, nuestra hora libre y todos han ido en busca de algo que almorzar y yo me quedé sola, y he sacado mi desayuno en una bolsa de plástico.
El aula de primer año en la que me encuentro, se ha quedado completamente vacía, sólo estoy yo, y la pequeña presencia del aire. Sólo éso.

Esto es divertido, había pasado tanto tiempo que no había estado sola en un aula de estudios, siempre estaban conmigo Yuri y los demás. Pero ahora sólo estoy yo.

Han pasado casi once meses desde que hemos entrado a la Universidad y todo se siente tan raro...

—Así que la pequeña cerebrito se siente sola, ¿eh? Quién lo hubiera pensado.

La voz del Superior Idiota hace que salga de mis pensamientos.

En los últimos once meses, nuestra relación se ha hecho más ¿unida?
Volteo a verlo, y cuando lo veo, me sonríe.

—Y, supongo que su majestad no, ¿eh?

En estos once meses descubrí que él es muy inteligente, ha llegado a los primeros lugares en los resultados de los exámenes, además oí que tiene varios clubs de admiradores en todos los grados, y que éstos lo respetan demasiado, a tal punto de llamarle "Su Majestad"; algo raro o mas bien exagerado.
Yo también le llamo así, pero es sólo para que se de cuenta que le respeto un poco, porque siendo sinceros, lo único que hace es burlarse de mi en cualquier momento que puede...

—Eres divertida, Mavis —regreso a la realidad rápidamente y me pregunto qué es lo que me habrá hecho sonrojarme: que me haya llamado por mi nombre por primera vez o qué me haya dicho que era divertida...

—Y-yo... —no sé en qué momento lo hizo, pero ya estaba sentado a mi lado, a unos escasos centímetros de que nuestros hombros chocaran.

—¿Es difícil estar aquí? —sus cambios de temas aún siguen confundiendome, y no lo entiendo...

—¿A que te refieres?

—Estar aquí sola, mientras tus otros amigos están en diferentes aulas, en diferentes lugares, divirtiéndose —suena raro que lo diga así.

—Y, ¿los amigos de su Majestad? —se sorprende por unos segundos y después sonríe secamente, ¿él...?

—Sólo son unos estudiantes de primero de Medicina que quieren aprender ciertas cosas, son igual de pequeños torpes que tú —me sonríe y me soba la cabeza con ¿cariño?

¡Es tan extraño éste Superior Idiota!

—¡No soy torpe!

Me sonrojo inmediatamente por el pensamiento que se hace en mi cabeza.

Y simplemente le suelto la pregunta...

—¿T-tienes n-novia...? —nos quedamos callados unos minutos, él sorprendido y yo sorprendida-sonrojada por lo que ha salido de mis labios. ¡Mantente callada, Mavis! ¡No pienses en cosas vergonzosas!

Después se empieza a reír hasta que salen sus lágrimas.

—¿Es acaso que ya hemos empezado con las preguntas personales? Nunca nadie me había preguntado algo así cuando empezaba conocerle, y éso que los estudiantes de primer año son un desastre...