TRES

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Y el gran día finalmente llegó. Gabriel tomó un baño más largo de lo normal y se puso también el doble de perfume, pues no todos los días se puede visitar la casa de Michelle Fernández. De más está decir que Cristo se inventó un millón de excusas con la intención de acompañar a su amigo a la casa de la muchacha aquel día, pues se moría de ganas de también estar allí. Pero Gabriel fue firme en negarse ya que no estaba dispuesto a que Cristo le arruinara el día más importante de su vida.

Cuando la última campanada del día se escuchó, el corazón de Gabriel comenzó a latir con fuerza, mientras que Cristo solo se limitó a recoger sus cuadernos y su mochila para luego marcharse de allí sin decir ni media palabra.

- ¿Nos vamos? – preguntó Michelle con aquella hermosa sonrisa que solo ella sabía dibujar con sus labios.

- ¡Vamos! – exclamó él con entusiasmo.

Entonces ambos muchachos salieron de la escuela y comenzaron a caminar. Michelle, quien llevaba meses separada de su amiga Natalie (puesto que Natalie ahora iba en otro salón) aprovechaba de aquellos momentos con Gabriel para hablar y hablar, hasta sacar a afuera todo lo que se le venía a la cabeza. Mientras que Gabriel hacia esfuerzos sobre humanos para que su joven corazón no fuera a explotar de la felicidad.

Absurdamente, el muchacho sentía una especie de orgullo por el hecho de que todos en el colegio lo vieran en compañía de la hermosa Michelle e incluso Gabriel "inflaba" el pecho frente a todos los desconocidos que circulaban a su alrededor (pues aquel era el mayor logro de su vida hasta el momento), mientras que ella hablaba y hablaba sin parar. Y Gabriel prestaba total atención a cada una de las palabras de la hermosa muchacha.

El tiempo voló y el trayecto entre el colegio y la casa de la muchacha se hizo ínfimo, pues sin darse cuenta ambos se vieron frente a la puerta de la casa de Michelle así, de repente.

Michelle extrajo desde uno de sus bolsillos un pequeño manojo de llaves con el cual abrió la puerta principal, todo ante la atenta mirada de Gabriel. Una vez que abrió la puerta ella le invitó a pasar.

Lo primero que Gabriel notó, no fue la decoración ni los colores de las paredes. Sino el que; todo allí olía a frutas. El delicioso perfume de Michelle invadía todo el lugar, lo cual provocó una sonrisa en los labios del muchacho.

- ¿De qué te ríes? – preguntó ella.

- ...tu casa huele a ti – él respondió sonriendo. Ella rió.

Luego lo invitó a seguir hasta la sala, allí Gabriel se encontró con la figura de un enorme muchacho barbón, de pelo largo el cual veía televisión desparramado sobre el sofá. Aquel muchacho miró con extrañeza la presencia de Gabriel, no pasaron ni dos segundos hasta que procedió a preguntar.

- Y "éste" ¿quién es? –

- Es Gabriel, es con quién haré mi tarea de Geografía – Michelle se apresuró a contestar.

- Hola – murmuró Gabriel temeroso. Pero aquel muchacho no contestó nada.

- Él es mi hermano "JC". Es un gruñón y un desordenado, pero lo queremos así – dijo ella sonriendo.

La ternura y la amabilidad con la que Michelle se refirió a aquel muchacho hicieron que Gabriel, por un momento, se muriera de ganas de también ser hermano de ella.

Aquel quien Michelle nombró "JC", era el hermano mayor de la muchacha. Cursaba primer año de universidad en la ciudad de La Serena, pero por alguna extraña razón ahora él se encontraba tirado en el sofá de su casa viendo televisión. A Gabriel le sorprendió de sobre manera el encontrarse con "JC" allí, pues él ni siquiera sabía que Michelle tenía un hermano mayor.

Esta No Es una Historia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora