Pasa por delante de nosotros un jovencito y mi mirada se deja llevar por su culo. Tentador. Pero tiene pinta de hetero. Ethan me mira a lo lejos. A veces me da miedo acercarme. Durante un tiempo se me habían olvidado todas aquellas cosas que quería saber de él antes de acercarme por primera vez a su mesa de clase ¿Por qué siempre estaba así? ¿Por qué nunca hablaba? ¿En qué pensaba siempre?
Esas preguntas volvieron a brotar en mi cabeza aquel día en que volvió a mirarme después de tres años sin saber de él. El camino hasta mi casa apenas sabía que decir. Había recreado aquel momento en mi cabeza una infinidad de veces. ¿Estaba siendo egoísta irrumpiendo de esa manera en su vida? Definitivamente eso es lo que yo quería hacer, pero ¿y él? ¿Estaría pensando en el chico que yo había evitado que se declararse?
-Adelante -le dije haciendo un gesto con la mano.
Ethan entró a mi casa con cuidado, mirando por todas partes. Como aquella vez que lo traje a mi habitación de la casa de mis padres por primera vez.
-¿Te acuerdas el día que viniste a mi casa por primera vez en bachillerato? -dije.
Se sonrojó. Aquel chico no había cambiado, seguía sin desviar la mirada del suelo cuando tenía vergüenza.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien? Si tienes calor puedes quitarte la sudadera -dije mientras me quitaba la mía.
Mi intención en aquel momento es que estuviera lo más cómodo posible. Quería hacer las cosas bien para que pudiera haber aquel ambiente que hubo entre nosotros durante los primeros meses que pasé con él. La diferencia esta vez es que estábamos seguros, mis padres ya no estaban y no tenía ninguna reputación de heterosexual que mantener entre mis conocidos, no tenía secretos de heterosexual porque sabía de sobras que siempre había sido bisexual.
-Y que pasó con... eso... -dijo.
A mí no me apetecía recordar esa época. En la que él se había alejado de mí y no tuve más remedio que refugiarme en Benja.
-Pues la verdad es que me recuperé. Eso es lo importante -dije sonriendo.
Él me miraba con sus ojos atónitos, parecía encantado por algo que yo no sabía lo que era.
-Joder,...
-Sin Benja quizá no lo hubiera conseguido -dije para cortar ya con ese tema.
-Lo siento,... siento no haber estado allí.
No aguantaba más. No soportaba tenerle tan cerca sin tocarle. Fue como un impulso. Me acerqué y le puse mis manos en las mejillas y le miré a los ojos.
-No lo sientes, tu no tienes la culpa de nada. Yo fui el cobarde que no supe como explicarte nada de lo que estaba pensando y dejé que te fueras.
Me cogió con ambas manos las muñecas desviando la mirada de mis ojos. No soportaba aquello necesitaba que me mirara como había hecho siempre, quería que me deseara como cuando aun no nos habíamos ni besado.
-Durante todo este tiempo has estado siendo un secreto -dije-. Pero ya no es así. He vivido cosas que me han hecho descubrir que ese era un secreto de mierda. No tengo nada que esconder.
Ethan titubeó como quien busca las palabras correctas en un examen oral de inglés.
-He cambiado. Los dos hemos cambiado -susurró-. No sé si quiero volver a pasar por esto.
-No será igual que antes. Es imposible, tu mismo dices que no somos los mismos de antes. ¿Además si no lo probamos como vamos a saberlo? -insistí.
No podía dejar de mirarle ni él a mí. No podía creerme que le tuviera tan cerca después de tanto tiempo de haberle tenido lejos, después de todas las personas que habían estado a esa distancia de mí, ahora estaba convencido que él era la más indicada. Esta vez fue él quien me puso la mano en las mejillas. Me estaba pidiendo que lo hiciera y yo no podía esperar más, así que le besé como nunca antes le había besado, intentando recuperar eso que llevaba tiempo buscando.
Se habían acabado los secretos y se lo iba a demostrar.
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Las razones por las que te quiero
Novela JuvenilLos restos de una relación, el punto y final de una historia que podría haber sido de otra manera pero no lo fue. Aquí concluye lo que empezó con Secretos de un heterosexual y que continuó en el spin off de Mateo. Dos chicos que creían saber lo que...