Diciembre 22
Esa mañana, MinHo no se levantó a hornear ni acomodó nada en el café. Llamó un poco más temprano a Yoohyeon y Dahyun para la limpieza, y a Sunwoo, el cocinero, para que se encargara de los especiales del día.
Había amanecido con fiebre y un fuerte resfriado. Era la primera vez, desde que había abierto el café, que no iba a trabajar, y todo por un simple resfriado.
Recostado sobre el sofá de la sala, envuelto en una manta eléctrica y con una taza de té que Chris le había preparado al llegar al trabajo, miraba una serie que había encontrado en la televisión por cable.
Su celular sonó; era Chris, tal vez consultando algo sobre el local. Contestó.
—¿Chris? ¿Qué sucede? —No escuchaba bien y estaba algo adormecido por los medicamentos, así que solo entendió un "quiere subir".
—De acuerdo —aprobó, sin saber realmente a qué se refería. Se sentía tan mal que no le dio importancia.
...
—Han, dice que subas —le informó Chris con cierta duda, ya que MinHo no solía dejar que cualquiera entrara a su departamento si no era de confianza. Pero ¿quién era él para negarlo si el permiso ya había sido concedido?
—Gracias, Bang. Ah, toma —le extendió un papel con un número telefónico escrito—. Es de Felix, cuando puedas, escríbele.
Chris asintió, observando cómo Jisung se dirigía al fondo del salón, donde estaba la puerta de la escalera que conducía al departamento de MinHo. Este subió con cierta inseguridad sobre lo que estaba haciendo.
La puerta estaba sin seguro, así que entró. Vio a MinHo acostado en el sofá, viendo televisión. Estaba más pálido de lo normal y con una expresión adormecida. Por un momento pensó que dormía.
—Hola, MinHo. ¿Cómo te sientes? —anunció su entrada, dejando el abrigo sobre una silla.
MinHo dio un pequeño salto del susto, sin saber quién había entrado. Pero, tras unos segundos, distinguió la cabellera anaranjada.
—¿Jisung? ¿Qué haces aquí?
—Oh, hablaste con Chris hace unos segundos y aprobaste que subiera. Solo quería ver cómo estabas —se encogió de hombros—. Vine como siempre, pero como no te encontré abajo, pregunté. La chica que nos atendió ayer dijo que estabas enfermo.
—Vaya... debo estar realmente mal si no recuerdo nada de lo que hablé con Chris.
Jisung rió suavemente.
—Puedo irme si quieres, solo quería asegurarme de que no fuera nada grave.
¿Por qué sentía su corazón latir tan rápido por aquel anaranjado?
—No... digo, no importa. Aunque por ti... no quiero contagiarte.
—No es un problema —se quedaron mirándose unos segundos que parecieron eternos—. ¿Comiste algo?
—Solo tomé este té.
—Te haré una sopa. Verás que te hará bien.
—Jisung, no te molestes, en serio.
—Está bien, no te preocupes —caminó hacia la cocina, que compartía espacio con la sala-comedor del monoambiente—. ¿Dónde tienes las cosas?
—En la segunda alacena —apuntó con desgano.
Treinta minutos después, Jisung le entregó un plato de sopa con verduras que había encontrado en la heladera.
—Jisung, no lo tomes a mal, pero... ¿por qué lo haces? Me refiero a lo de ayer y a esto —señaló el tazón—. Si es para compensar aquel favor, no es necesario, en serio —bajó la mirada con un dejo de tristeza. Se había atrevido a decir lo que pensaba, y ahora temía que fuese cierto, que Jisung se alejara, pues no tenía ningún lazo con él.
—MinHo, me duele que pienses así, y lamento si te hice creer eso. Me duele que no pienses que soy alguien a quien le caíste realmente bien, y que está seguro de querer conocerte mejor —por primera vez, MinHo percibió un hilo tembloroso en la voz de Jisung. Sabía que decir eso no le era fácil.
—¿En serio? ¿Has hecho todo esto por voluntad propia?
Jisung asintió con firmeza.
—Así es, Lee. Llevo tiempo queriendo hablar con el dueño de este café, pero siempre que vuelvo después del almuerzo, no estás. Pienso que aquel problema con el auto fue, en realidad, una gran conveniencia.
MinHo rió.
—Bien, me alegra que hayas dicho todo esto... Y, en verdad, a mí también me gustaría conocerte más.
El rostro de Jisung se tornó rojizo, y él lo sabía, pero no hizo nada por ocultarlo.
—Ahora toma tu sopa antes de que se enfríe —ordenó, intentando cambiar de tema.
—Está deliciosa —comentó mientras seguía comiendo—. Podría pedirle a Dahyun que te prepare algo, Jisung. No sería educado de mi parte dejarte así.
—MinHo, no te preocupes por mí. Termina tu sopa y relájate —le extendió la manta que se había caído al suelo—. Es importante que estés cómodo y descanses bien si quieres recuperarte pronto.
—Es solo un resfriado.
—Estás ardiendo en fiebre —dijo, tocando la frente del mayor—. Será mejor que vayas a dormir.
MinHo, al terminar la sopa, asintió.
—Quizás tienes razón. Mañana hay mucho por hacer.
—No pienses en eso ahora. Vamos —le ayudó a incorporarse, tomándolo del brazo y colocándolo sobre su hombro—. ¿Cuál es tu cuarto?
—Por el pasillo, el último al final —indicó mientras caminaban juntos.
Jisung abrió la puerta y lo ayudó a recostarse entre las frazadas ya abiertas. Lo tapó con cuidado y notó cómo MinHo se sumía en un sueño casi instantáneo. Le depositó un corto y espontáneo beso en la frente. No supo bien por qué; solo sintió que quería hacerlo, que lo necesitaba.
Salió del cuarto apagando las luces, tomó sus cosas y cerró con cuidado el departamento. Al llegar al café, se despidió de Chris y Dahyun con un gesto de mano, y salió a las frías calles.
MinHo, por su parte, apenas había cerrado los ojos, sintiendo el confort y la calidez de su cama, cuando los finos labios del anaranjado tocaron su frente. No supo qué hacer, solo se quedó inmóvil hasta que sintió cómo la luz se apagaba y la puerta se cerraba suavemente tras él.

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Coffee & You (Minsung)
FanfictionLee MinHo tiene una pequeña cafetería muy popular en la ciudad, la cual es frecuentada todos los días por un lindo chico de cabellera anaranjada. Especial navidad 1/3 - MinSung - Fluff