CAPITULO IV

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Llegando la tarde.

El Sr. André y Firmin, me han comentado que está noche cantaré en el teatro.
Haremos una pequeña interpretación de varias óperas combinadas.
Las canciones son:
Quando piu irato freme.
Der Rolle hache
Nessun Dorma
Numi respiro

Gracias al cielo, todas esas canciones son mis preferidas, y conozco la letra de cada una a la perfección.

Mientras espero que caiga la noche, estoy en mi nuevo camerino.
El mismo que tenía Carlotta y después Christine.

Ya me he colocado el vestido para la función.
Un largo vestido negro y un corset de color plateado.

Me encuentro ensayando y afinando mi voz.
Refrescando mi garganta con agua y un poco de miel.

Aarón de forma inesperada, entra a la habitación.
Con un ramo de rosas de color amarilla, rosa, blanca y roja.

-Elizabeth.
-¿Aarón?
-Estas muy linda.
-Gracias.
-Estoy es para ti.

Deja el ramo de flores sobre el sofá
-¿Puedo hablar contigo?
-¿Que quieres Aarón?
-Elizabeth, ya sé cómo ayudarte. Escucha, cuándo termines de cantar quiero que vengas conmigo. Nos iremos lejos de aquí.
-No, puedo.
-Claro que si. Escucha es muy sencillo. Solo cantas y nos vamos.
-Comprendelo, no puedo irme.
-¿Por qué no? ¿Por qué me cambiaste por el?
-No es eso, solo... Ya te lo había dicho. Los amo por igual.

Aaron se acerca a mi y me roba un beso en los labios.
Acaricia mi suave piel y también mi cabello.

-No me iré sin ti Elizabeth. Vámonos juntos.

Sin pensar le respondo.
-Si... De acuerdo.

Ha llegado la hora.
La función ha empezado.
Estoy en el centro del escenario, haciendo mi perfomance.
Cientos de ojos me observan por doquier, viendo a detalle cada movimiento y sonido que sale de mi voz.

Aarón está en el palco de mi derecha. Mirándome fijamente con esos bellos ojos brillantes y resplandecientes.

Justo cuando cantaba Quando piu irato freme, la luz se apagó en su totalidad.
Provocando gritos entre el público.

En ese instante siento una mano sobre mi antebrazo derecho jalandomela hacia la salida del escenario.

Después siento como cargan mi cuerpo y me rodea sobre unos brazos largos y acogedores.

De repente he aparecido en las catacumbas.
Erik está ahí vestido, totalmente de negro. Lo único que resalta de el es su máscara blanca.

-¡¿Erik!? ¿Por qué me has traído aquí?

No me responde, y se retira la capa negra que también vestía.
-¡¿Erik?!
-¡Ya se lo que tramabas!
-¿Que?
-¡Te ibas a ir con el! Lo escuché todo.
-¡No iba irme!
-¡Yo te escuché!
-Entendiste mal, solo le seguía la corriente.
-¡Mentira!

Erik comienza a cerrar todas las puertas con un candado.

-¡No te irás de aquí!
-¿Que? Me tendrás como tú prisionera.
-Asi es.
-¡No Erik! ¡Dejame salir!
-¡NO!

Erik vuelve a tomarme del antebrazo y de forma violenta me lleva hasta su guarida, donde está su órgano.

Me deja sobre el suelo y vuelve a cerrar más puertas.

-¡Erik! ¿Que pasa contigo?
-¿A MI? ¡TÚ ME TRAICIONASTE!
-Claro que no, comprende...
-¡Ya basta! ¡No saldrás de aquí!

Erik se sienta frente al instrumento y comienza a tocar.

Me levanto del suelo y camino hacia dónde está Erik.

Me siento a su lado.
-Erik...

Continúa tocando.

-Erik...

Coloco mi mano sobre la suya.
Y el la mira fijamente.

Mi mano pasa a sí rostro, tocandola con delicadeza.
En ese momento le retiró la máscara y le doy un par de besos.

Erik coloca su mano sobre mi mejilla.
-No quiero que te vallas...
No quiero estar solo.
-No te dejare solo.
-Pero yo te escuché, te ibas a ir con el.
-Solo lo dije para seguirle la corriente.
-Eso es lo que dices.
Y por una parte te entiendo.
¿Quién se enamoraría de un monstruo como yo?
Soy un miserable hombre.
Solitario, y creo que por siempre será así.
-Erik te equivocas, yo sí te amo.
Siempre cuando de veía con Christine sentía como mi corazón se quebrara poco a poco.
Tenía celos de ella.
Por qué nunca supo aprovechar el bello amor que le diste.
E hizo todo lo contrario.
-Pero tu lo amas a él...
-Si, lo admito. También lo quiero.
Pero mi amor por ti es mucho más fuerte que con el.
-¿Y no te molesta... Mi rostro?
-Claro que no. Para nada.

Erik me mira. Aprovecho para acercar sus labios a los suyos.
El me rodea en sus brazos, y al separar sus labios de los míos dice:


-Quedate conmigo... Te amo.

CON O SIN MÁSCARA... TE AMO   (PARTE II) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora