CAPITULO VI

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Esos desgraciados me han inyectado algo para que me quedara dormida.
Despierto en un rato lugar.

Más bien parece un sótano.
Hay muchos muebles llenos de polvo y telarañas.
El suelo está cubierto de tierra y más polvo.
Los muros están hechos de ladrillos y también cubiertos de más telarañas. Pero también hay manchas de sangre...

En ese momento aparece Aarón, muy despeinado y con ojeras en los ojos.

-¿Donde estamos?
-No te diré nada. Es por tu bien.
-¿DONDE ESTOY?

Aarón saca de su bolsillo una caja de cigarrillos.
Toma un cigarro se lo coloca en la boca y prosigue a prenderlo.

-Aaron, contestame por favor.
-Te diré algo. En el matrimonio hay que ser honesto uno con el otro.
Tú me dijiste que no me amabas ahora es mi turno.

Padezco de una enfermedad.
Es extraño, pero cada vez que me enamoraba de una mujer.
Y la veía con otro. Me daba un enorme ataque de celos.
Hasta que llegó un momento donde mis celos llegaron a un límite.
Y esas manchas de sangre que. Es ahí, bueno... Son de ellas.
Quizá esto no hubiera pasado si ellas no me hubieran engañado.

Con el tiempo mi padre me ayudó, yendo a una rehabilitación. Pero creo que al final... No sirvió.

-No harás eso conmigo ¿Verdad Aarón?

-No lo sé... Me mentiste.
Yo te amo mucho.

-Aaron, yo puedo ayudarte.
-No necesito tu ayuda.
-Aaron déjame ir. Te prometo que podemos hablar y solucionar esto.
-Es tarde...

Aarón se levanta sube unas escaleras y cierra la puerta con llave.

Golpeo la puerta con mis puños.
-¡AARON DEJAME SALIR!

¡DEJAME IR!


Estas dos últimas semanas fue un infierno.
Erik me tenía atrapada, pero al menos nunca me faltó al respeto.

Aarón me daba de comer, como si fuera un perro.
Puras sobras  y agua de la llave.
Y ayer por la noche me obligó hacer lo que no quería en ese momento. Y mucho menos con el.
La forma tan violenta que lo hizo y el golpearme...

Debo salir de algún modo de este lugar.

Aarón aparece igual como estaba vestido.
Ahora tiene sus ojos muy irritados y las ojeras se le marcan todavía más.

-Aaron, por favor. Déjame ir.
-No.
-¿Pero, por qué?
-¡ERES MIA, MALDITA SEA!

Aarón se acerca y me da una fuerte cachetada con la palma de su mano.

-¡MIA, ESCUCHASTE!

Aarón sale de nuevo y vuelve a cerrar la puerta.

Continuo recostada, mi mejilla ahora está roja como un jitomate.

Escucho como la puerta se abre.
Pasos se oyen sobre los escalones de madera.

¡Erik! ¿Como me ha encontrado?

Me rodea entre sus brazos y acaricia mi mejilla lastimada.

-Mi angel, te encontré.
-¿Erik? ¿Cómo?
-Te platicaré luego. Debo sacarte de aquí.

Erik se coloca una bufanda negra la cual le ayuda a cubrirse su rostro.
Me ayuda a levantarme y finalmente salimos.
Estaba en lo cierto.
Me encontraba en el sótano de una casa.
Al subir había un completo desastre
Había un sofá todo maltratado y roto.
También una mesa lleno de platos sucios, vasos y cucarachas caminando por todos lados.

Al fin salimos de ese espantoso lugar.
Estamos al fondo de un callejón lleno de basura.

Avanzamos hasta llegar al teatro.
Claro que no pudimos evitar que varias miradas nos vieran de manera extraña y miedosa.

Un vez que llegamos, me lleva hasta las catacumbas.
Me trae algo de comida (Comida descente)

Y después tomó un baño para después ponerme una bata de dormir nueva.
(Es lo único que traía de ropa disponible)

Ahora estamos sentados en la cama y Erik cura mi herida de la mejilla.

-¿Como fue que me encontraste?
-Debo admitir que me costó mucho trabajo encontrarte.
Cuando escuché tus gritos me altere mucho.
Vi como te llevaban y de ahí ya no supe nada.

Hasta ayer.
Uno de los señores vino aquí.
En realidad no sé que quería.
Pero le di todo lo que poseía con tal de saber tu ubicación.
Estaba desesperado.

Y el lo hizo. Aunque no sé por qué cambio. No acepto nada de mí.
Y me lo dijo.

-Pero, a ti no te gusta salir. Te da miedo que te miren los demás
-Por eso me cubrí el rostro.
Pero eso no me importaba, solo te quería rescatar.
Y...aquí estás.

-Gracias Erik, enserio...

Abrazo a Erik y el hace lo mismo.

Pasó una semana.
Erik me pidió que lo acompañará a llevar unas rosas a la tumba de Christine.
Acepte acompañarlo.

Ese día por la mañana había mucha neblina y lluvia.
Pero logramos llegar al cementerio.

Me vestí con un vestido gris y una gabardina roja.
(Erik siempre vestía de negro)

Y ahí estábamos.
En la tumba.
Erik coloco las flores y permaneció ahí por un momento.

En ese instante, Aarón aparece, con una playera blanca sucia y un pantalón rojo, cargando un gran cuchillo.
-Aqui estás.

Erik y yo lo miramos.

-¡Alejate de ella! ¡Es mía!

Erik se acerca a él e inicia una pelea entre ellos.

Ambos se atacan con puños y Erik evita el cuchillo varias veces.
Erik logra sacarle sangre a Aarón de las fosas nasales.

Y con un golpe brutal lo hace caer al suelo y le quita el cuchillo.
Se lo acerca hacia el cuello.

Me aproximó hacia ellos.

-Erik, no... No es necesario.

Erik quita el cuchillo de su cuello y arroja muy lejos.

-Ya soy otro hombre...
Erik se coloca a mi lado y ambos nos vamos dejando a Aarón tirado en el suelo.

Para nuestra suerte hay un caballo blanco totalmente solitario en el cementerio.

Ambos montamos en el y nos marchamos del lugar.

Miró hacia atrás, pensando en Aarón, el pensar en que no nos seguirá o sea capaz de hacernos algo malo...




CON O SIN MÁSCARA... TE AMO   (PARTE II) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora