Cuatro!

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Llegaron a la casa de Ryan un rato después. Habían tardado bastante ya que esta se encontraba por el lado 'lujoso' de la ciudad, pero había valido la pena puesto que era un lugar genial. Al ingresar, el castaño sugirió pedir pizza para ahorrarse el cocinar realmente, y mientras tanto le dijo a Josh que podría llevar sus cosas a la habitación extra, ya que Brendon estaría en la principal con él.

La pareja se dirigió a 'ver la habitación', el tintado solo rodó sus ojos por el hecho de que sabía que sus amigos harían más cosas allí. Tal vez cualquier cosa, excepto ver la habitación. Recorrió un poco la casa de forma tranquila, encendió la televisión pero no encontró nada interesante, por lo que decidió salir a esperar la comida.

Después de todo, era una zona muy tranquila, no correría mucho peligro. Se sentó en la pequeña escalera que estaba bajo la puerta, no había mucha gente transitando, pero tampoco estaba desierto. Unos minutos después ya se había agobiado, miró al cielo y suspiró antes de enfocar sus ojos en un par de chicos que se acercaban caminando.

El más bajo traía un suéter negro con un pantalón ajustado, de un poco más cerca logró notar que su cabello castaño se encontraba completamente desordenado.

—¡Vamos, vamos!—suplicaba de forma infantil al alto chico a su lado—. ¡Daaaaallon! Es muy temprano. No entiendo porqué papá me permite salir contigo, primero me dejas probar y ahora no me quieres dar más. ¡Vamos, Dally! ¡Por favooor!

Reconocía esa voz, la reconocería en cualquier lado, últimamente pasaba mucho tiempo rondando en su cabeza. Se paró de forma rápida, ambos se habían detenido muy cerca de donde él se encontraba, restándole importancia a su presencia.

—¡Deja de hacer eso! ¡Pareces más caprichoso de lo que eres! Te dejé probar porque eres mi novio y debes estar a nuestra altura, pero ahora debemos ir a la cena. Por esa razón no debes consumir más hoy ¿si, Tyler?—explicó tomando al chico por los hombros y acomodando un poco el cabello de este.

—¿Tyler Joseph?—soltó Joshua, logrando que ambos jóvenes lo observaran de forma rápida, carraspeó un poco.

—Mierda—susurró el más alto, Dallon, al parecer—. ¿Quién eres? Mira, no digas nada ¿sí? 

—¿Está drogado?—cuestionó saltando la pequeña cerca de la casa y acercándose más a ellos.

Observó al menor quien tenía los ojos bien abiertos, ligeramente irritados y centrados en él, sin decir nada. Sus mejillas estaban un poco sonrojadas y sus labios rosados entreabiertos. 

—Mierda, te daré dinero si te callas y no le dices a nadie que lo viste así—Dallon volvió a intentar callarlo.

—¿Por qué mierda está drogado? Él no se drogaría. Y no es que fue poco, parece que lo hubiera estado haciendo toda la puta tarde—argumentó entre sorprendido y confundido.

—¿Lo conoces?—frunció el ceño tomando del brazo a su novio y haciéndolo un poco para atrás—. ¿Quién mierda eres? Mira, no tengo tiempo para esta escena, tengo que lograr que esté bien para la maldita cena que tenemos en treinta minutos.

—Estúpido niño rico, y luego yo era malo para él ¿no?—dijo rodando los ojos, Tyler abrió su boca para decir algo pero solo frunció el ceño también—. Tyler, ¿qué diablos?

—Josh...—murmuró un poco incómodo y volteó hacia el otro chico, quien lo tomaba de la muñeca—. Tenemos que irnos, vámonos, Dallon. Prometo no pedirte más, ¿si? Perdón por ser caprichoso.

—¿Quién es él, Tyler?—preguntó apretando un poco más su agarre.

—no importa, Dall. ¡Tenemos la cena con nuestros padres!

—Estamos a solo dos casas de distancia, no llegaremos malditamente tarde. ¿Puedes explicarme?—habló
exasperado—. ¿Sabes qué? Olvídalo, solo vámonos.

Prácticamente arrastró al chico hasta una lujosa casa, dejando al tintado allí completamente hundido en la confusión por la escena.

Solo acababa de ver drogado al tierno chico con el que había estado saliendo hacía poco tiempo de la mano de otro chico, quien aparentemente le había dado la droga y era su novio. Además, parecía que era ligeramente malhumorado y tal vez un poco agresivo.

¡Ah! y también la pizza acababa de llegar, con unos quince minutos de retraso.

Pagó la comida y se dirigió hacia adentro, pensando en el lado bueno, el cual solo era que había vuelto a ver a Tyler. Pero no en buenas circunstancias, aunque ahora sabía que vivía en la misma maldita calle a que Ryan.

Él nunca había ido a la casa de Tyler, no creía que era muy buena idea y tampoco creía que sus padres estuvieran muy cómodos con eso. 
El hecho de que el padre del menor fuera el dueño de una popular revista y bastante conocido afectaba mucho, es decir, había que mantener una buena imagen. Seguramente en su círculo social estaba la familia de aquel chico alto, de ojos azules y cabello que al parecer no peinaba nunca.. o bueno, no lo había peinado ese día.

Dejó la pizza en la mesa frente al televisor, se tiró en el sofá y exhaló con frustración.

—¡Nuestra cena está aquí, no importa si quieren venir o no, yo comeré!—gritó esperando que sus amigos lo escucharan.

—¡En camino!—respondió Brendon.
Segundos después, él y su novio aparecieron en la sala tomados de la mano, como hacían normalmente.

—Lamentamos haberte dejado solo, ¿te abu..?

—¿Sabias que mi ex vive en tu misma calle y tiene un nuevo novio con el cual se droga?—lo interrumpió el tintado de repente, el otro abrió sus ojos y frunció sus labios.

—Parece que no te aburriste...—murmuró ahora el pelinegro tomando un trozo de pizza.

—¿Cómo averiguaste eso en treinta minutos? Creí que te quedarías viendo televisión...—dijo el castaño.

—Bueno, no fue así, y esto es raro.

—Sí lo es—volvió a hablar Urie—. ¿Y que crees que puedes hacer con esa información?

—Quiero intentar conseguir buenas explicaciones, no lo sé.¿Encontrármelo sin droga en su sistema?—sugirió.

—Aunque ya no es tu novio, y no es tu problema.

—Eso no quiere decir que soy un monstruo sin sentimientos que deja que las personas hagan cosas malas y no les da importancia, Ryan...—intentó justificarse—. Como sea, ¿vemos alguna serie?

—Ah, claro.

[Bad Influence] joshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora