Capítulo 2

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Cuando llegué a mi primera clase me senté junto a lado de Paulina, era difícil describir a mi única amiga en la escuela, sus ojos estaban delineados de negro con un punto negro debajo de cada ojo, su cabello cambiaba de color de acuerdo a como ella lo quisiera, un lacio que no venía traspasando por un poco debajo de las orejas con su camiseta negra que decía "RAMONES" en el frente. Ella se divertía diciendo que era genial estar juntas, el cielo y el infierno. Ella un pequeño demonio y yo una inocente ángel de mejillas rosadas y cabello castaño.

No sabía si era bueno ser el querubín.

-¡Hola, señorita cumpleañera! -. saludó Pau, y aunque estaba feliz porque lo recordara, aquello sólo formó un nudo en mi garganta.

-Hola -. le dije mientras ella fruncía el ceño.

Tenía entre sus dedos con uñas perfectamente pintadas de negro, una cajita de color azul cielo, la miró y luego a mí de nuevo.

-¿Qué? - preguntó mientras yo parpadeaba.

-Nada -. traté de sonreír encogiéndome de hombros.

La mirada intensa de sus ojos café claro por poco hace que ropa en llanto ahí, en medio del salón de clases. Al final ella saltó un bufido poco femenino y me tendió la cajita.

-Tu regalo -. murmuró mientras yo lo tomaba y sin siquiera verlo le daba un fuerte abrazo.

-Gracias -. susurré al tiempo que ella me daba palmaditas en los hombros.

-Muestra de cariño pública, ¡puaj! -. bromeó haciéndome reír.

-Yo siempre he dicho que el amor no debe ocultarse -. se burló Daisy Thompson, la capitana del equipo de porristas y mi mayor temor escolar. Siempre me había molestado, pero desde que Jungkook y yo éramos novios se habían multiplicado: bromas, chistes ofensivos, etc.

Pau creía que Jungkook podía ponerle un alto, pero yo no deseaba ser quejumbrosa, eran mis batallas.

El profesor llegó antes de que Pau le saltara encima.

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Regresé a casa caminando pues el partido de Jungkook se había alargado más de la cuenta y los dos sabíamos que el fútbol no era lo mío, aunque dudo que él hubiera puesto mucha atención cuando le dije que me iba, de nuevo el nudo en la garganta apareció hacerse enorme y me esforcé por pensar en las cosas lindas del día.

El regalo de Pau había sido una pulsera de colgantes, en ella mi amiga, que repelía las muestras de cariño, me había mostrado todo su amor. Había una pequeña cámara, un ángel y un pequeño demonio, también un perro, que según Pau representaba a Jungkook, a lo cual yo rodé los ojos. También tenía un corazón y un pequeño león juntos, Pau me había explicado que yo tenía un gran corazón y que eso requería ser demasiado fuerte para que pudiera sobrevivir a la maldad de la gente. Era un regalo precioso.

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Terminé mis deberes a las ocho de la noche y me disponía a ducharme cuando mamá llamó desde abajo. Al final de las escaleras ella señaló la puerta y me guiñó el ojo.

-Es Jungkook -. murmuró con una risita y desapareció hacia la estancia.

Esta vez cuando lo vi ni había nerviosismo, quería estar enojada con él, pero tampoco podía, muy en el fondo había una tristeza honda que había demeritado los colores de todo el lugar.

-Hola -. saludó con ambas manos detrás de la espalda.

-Hola -. contesté sentándome sin invitarlo a las escaleras del porche, él se unió unos segundos después.

Me troné los dedos en un gesto de nerviosismo y él debió notar la pulsera pues la señaló con su dedo índice.

-¿Otro regalo? -. me preguntó mientras yo asentía sonriendo ante la pulsera y el tintineo que las figuritas provocaban.

-Me lo dio Paulina, ¿puedes creerlo?, tiene un corazón detallista en el fondo -. le dije mientras él suspiraba, una de sus manos tomó la mía para ver más detenidamente las diferentes figuras. Yo quería más que nada y aunque parecía tonto, tomar su mano y entrelazarla con la mía, pero él la soltó de nuevo.

-¿Por qué no me dijiste? -. preguntó.

-Que yo sepa no funciona así -. le contesté frunciendo el ceño

-Lo siento, ______, tengo muchas cosas en la cabeza y bueno, no es excusa, pero... -. se calló y me tendió una caja de chocolates, igual a lo que me había regalado los últimos diez años. Como si nada hubiera cambiado -. Feliz cumpleaños -. murmuró cuando lo tomé y se inclinó para darme un beso en la frente -. ¿Cómo estuvo tu día? -. preguntó después de varios minutos de un silencio más bien incómodo.

-Normal -. murmuré, aunque quise decirle mucho más. "Normal, como los últimos meses, tú casi me ignoras, Daisy se burló de mí, Pau habló mal de ti y yo me siento cada vez más sola a tu lado..."

Sabía que por mera educación debía preguntarle sobre su día, o el partido, o las clases... pero ya no tenía ganas, la tristeza había aumentado en vez de disminuir, no importa que él lo hubiera recordado.

"Estás muy dramática" necesitaba encontrar la forma de no verme como una niña tonta, no frente a él.

-¿No me has perdonado verdad? -. preguntó haciendo que lo mirara.

-No tengo nada que perdonarte -. le aseguré forzándome a sonreír.

Jungkook me miró a los ojos por varios segundos y se inclinó hacia mí lentamente con algo de impotencia y enojo en sus ojos negros.

-Perdón -. murmuró antes de unir mis labios a los suyos. En realidad nos habíamos besado pocas veces y a mí no me preocupaba ir lentamente, en nosotros funcionaba bien, o de eso trataba de convencerme, pero los pocos besos que habíamos compartido, esos los recordaba todos, cada mínimo detalle: la forma de cómo él entreabría mis labios sólo rozando, la forma que su lengua delineaba mi labio inferior y se separaba justo cuando la mía salía a perseguirlo.

Esta vez algo cambió, no pude detener el sollozo de mi garganta y él me atrajo más a su cuerpo, había pasado una mano por mi cintura sin darme cuenta, nuestras lenguas por fin se unieron, titubeantes e indecisas. El beso fue tan lento que parecía no querer moverlos o tener miedo de hacerlo, pero al fin él se separó y desvió la mirada.

-Me tengo que ir -. aseguró dándome otro beso en la frente, dejándome con la caja de chocolates en las manos y deseando que él quisiera besarme más y no únicamente cuando hubiera hecho algo mal.



-Another Cloud ☁︎

Otra Oportunidad - Jungkook FanficWhere stories live. Discover now