Añoranza

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¡Hey, hola linduras~!¡Hoy toca capítulo nuevo de "Torpes Notas"! 

Es algo sencillo, pero creo que puedo hacer un buen escenario para el próximo a partir de este 7v7
¡Espero sea de su agrado! <3 

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Con un escalofrío haciendo temblar su cuerpo, se preguntó si Tsugaru había cometido un error, si por accidente había marcado la tecla de "llamar"... Pero aun después de los primeros segundos su teléfono seguía vibrando entre sus nerviosas manos.

¿Debía responder...? Pero, ¡no podía hacerlo en esas condiciones! Estaba seguro de que su voz sería extraña, molesta a causa de la presión de su garganta en respuesta al llanto previo... Además, ¿cómo podía solo contestar cuando quien estaba al otro lado de la línea era aquel chico? ¿Acaso no temía delatarse antes de lo acordado?

¿...O era él mismo quien tenía miedo a descubrirlo justo en ese momento?

Sin saber qué hacer, apretó fuerte la quijada al ver en pantalla los segundos transcurridos. El tiempo de espera estaba por terminar.

3... 2... 1...

Actuando por impulso, presionó el botón verde a nada de que la pantalla anunciara la llamada entrante como "perdida", manteniendo el aparato enfrente suyo mientras veía el cronometro reiniciarse, justo debajo del nombre de Tsugaru, anunciando la duración de la llamada ahora en curso.

Tragando saliva y limpiando una vez más las lágrimas en sus mejillas, puso el celular cerca de su oído, escuchando de manera casi inaudible un suave respirar al otro lado de la línea, aunque este era... extraño; como si algo obstruyera directamente el sonido, apagándolo un poco y cambiando considerablemente su tono.

Aquel chico debía estar usando algún método para no delatarse, así que supuso que no tendría problemas con dar respuestas cortas...

— ¿...Tsugaru? –salió de sus labios casi automáticamente apenas concluyó su idea. Quería estar seguro de que hablaba con él...que se trataba de aquel chico dulce que con tan sólo torpes notas había logrado enamorarlo en cuestión de semanas...

Sin esperar, o desear una verdadera respuesta, se levantó con lentitud del suelo, sin separar el teléfono de su oído ni un segundo, hasta que la respuesta de su interlocutor le hizo dar un pequeño brinquito en su lugar.

—...Sí...

Un susurro, algo poco más que un hilo de voz..., distorsionada por lo que fuera que se interponía entre él y la bocina; era como en aquella ocasión en la enfermería. Voz grave pero inesperadamente amable y tranquilizadora. Era él... No había duda, era Tsugaru, y de momento eso era lo único que necesitaba y quería saber, nada más...

— Perdón por preocuparte,...sólo, es un mal día, pero... Tu carta me hizo muy feliz; gracias –habló intentando que su voz no delatara el aún activo llanto. Era patético llorar de esa manera, sobre todo sabiendo que alguien le escuchaba, pero con el tiempo, y llegados a ese punto, se había dado cuenta de que era mucho peor guardar todo dentro. Lo había hecho por tantos años que la caja estaba llena, prácticamente desbordando, sobre todo ahora que sabía qué tan solo se encontraba realmente.

Con una rota sonrisa en los labios, caminó nervioso por la sala, sosteniendo aún la carta con su mano libre, ignorando el mundo entero mientras se hacía paso a su habitación sin importarle la oscuridad de está al momento de sentarse en la cama, dejando la carta en el buró mientras inconvenientes sus ojos se encontraban con el portarretratos encima de este, aquel con la imagen de sus hermanas sonriendo, tan lindas y pequeñas...

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