Venía velozmente, deslizandose sobre la arena caliente, venía rápidamente bajo el sol del Medio Oriente, Venía mostrando los dientes, la vieja y querida serpiente sonriente.
Venía apurada, pues ya era de madrugada, y ella era la encargada de repartir el correo en el pueblo La Cañada.
Iba arrastrándose , Casi lamentándose, Deshidratándose.
Con su rápido deliz pudo repartir las cartas a tiempo, y feliz como el viento se deslizó cama adentro.
Una vez que estuvo alli soñó que era feliz , que era la presidenta de ese pais y que jamás nunca la confundirian con uns simple lombriz!