Yo lo extrañaba, siempre lo extrañare, aunque me dañe con cada sonrisa que no es dirigida a mi, con cada uno de sus besos que tocan las mejillas de otras personas, con su pelo y su maniática obsesión con acomodarselo, sin saber que siempre esta perfecto.
El por otro lado parecía que cada día se olvidaba de mi ya no hablábamos como antes, ya no me manda eso tiernos mensajes al levantarse o irse a dormir ni me escribe en su noches de insomnio. El tan solo me olvido como todas las personas lo hacen.
Ese día era igual a los anteriores la misma rutina y sin un solo mensaje. No se que había pasado entre nosotros o si en algún momento volverías a ser el mismo que antes, lo unico que se es que habian pasado dos meses desde nuestra ultima videollamada y un mes desde tu ultimo mensaje.
Las semanas pasaban el mes ya casi terminaba y yo seguía en mi rutina diaria levantarme, desayunar, grabar, editar, jugar con los gatos, bañarme, comer y a dormir.
Este día no había sido diferente, creo que lo único distinto fue el hecho de pedir comida.
Bueno eso no importa, yo estaba tranquilo jugando a la computadora cuando escucho el timbre de mi apartamento lo primero que pensé es que era la pizza pero ¿como esta tocando el timbre que esta en la puerta y no el de la entrada?
-Seguro lo dejaron entrar que viejas imprudentes que son mis vecinas- comente riendo miemtras me dirigía a abrir la puerta.
Al abrir casi se me cae la mandíbula al suelo, esta ahí alto, con su fuerte cuerpo y su pelo perfecto, con una de sus mano arrastraba su valija y con la otra hacia equilibrio con la caja de pizza que pedí. Me sonrio amable como siempre y dijo:
-Dei cariño se amable con tus vecinas- rio suavemente
-¿co..como es que estas aca?- pregunte mas para mi que para el
-Cariño tranquilo ya estoy aqui- hablo suavemente como si fuera un niño asustado
-SAMU!!!- grite mientras saltaba hacia él sin importarme la pizza y su valija.
Escuché las cosas caer y poco despues estaba apoyado sobre su pecho mientras el me tenia por los muslos y mis piernas enrolladas en su cadera.
Trate de decirle algo pero el me interrumpió.
-Yo también te extrañe Dei- me susurro en el oído lo que me hizo suspirar y que un sonrojo apareciera en mis mejillas.
Despues solo sentí como una de sus manos dejo de sostenerme, la puerta cerrase y algo suave.
Lenvante la vista y estábamos sentados en mi sillon,bueno el están sentado en el sillón yo por otra parte estaba sentado sobre su regazo.
Ahí nos quedamos toda la noche hablando y comiendo otra pizza porque la anterior término en el piso del pasillo.