Poco a poco

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Esa noche ninguno pudo dormir, ciertamente el tema quedó pendiente, es decir, ambos sabían que el otro era virgen, pero ninguno sabian que hacer con esa información. Llevaban unos meses de relación, jamás habían hecho nada más que unos cuentos besos apasionados, ningún tocamiento de más, nada relacionado con lo sexual, ambos eran vírgenes en todos los sentidos de la intimidad, tal vez ya era hora de perder ducha virginidad poco a poco.

Ari entonces decidió que tal vez su relación debía explorar más cosas del ámbito sexual, más que besos apasionados, -Somos novios, los novios no sólo se besan- pensó, el tomo la iniciativa de ser más atrevido, pero siempre respetando a Temo, Ari no le haría nada que Temo no quisiera.

Temo decidió lo mismo, estaba listo para experimentar cosas nuevas con su novio, -si Ari no se avienta, yo lo empujo- pensó, refiriéndose a que sería más provocativo para su novio.

Estaba decidio, ambos, sin saberlo, decidieron experimentar más que besos y así fue, al día siguiente de aquel juego, Temo se dirigió a casa se Ari dispuesto a hacer más que besar a su novio, sabía que Ari tendría el departamento sólo por lo menos una hora, ya que, Polita había salido a hacer sus entregas de jugos y Arquímedes estaba en la guardería.

Temo llegó a la puerta del departamento, dio un respiro profundo, se acomodó el cabello y la camisa y tocó la puerta...

-T: ¡¿Ari?!

Aristoteles se encontraba en su sala practicando con su piano, por lo que escucho la puerta y se sorprendió, Pues, no sabía que Temo iría a su casa, Aristóteles se apresuró y se dirigió a la entrada para abrirle a Temo, pero antes, al igual que su novio, se acomodó el cabello y la playera. Aristóteles abrió la puerta y se encontró con Temo:

-A: ¡Hooola Cuauhtémoc! No sabía que vendrías, ¿Que? ¿Ya me extrañas?
-dijo riendo-

-T: -con una sonrrisa le contestó- No seas tonto Aristóteles

-A: -se hace el indignado y le cuestiona- ¿Que? ¿Acaso no me extrañas?

-T: -con una sonrrisa y una voz tranquila le contesto- Siempre te extraño, ya déjame pasar -dijo riendose-

Temo intento entrar a un costado de Aristóteles pero este se interpuso y le dijo con una voz picarona:

-A: Para poder pasar, un beso me tienes que dar...

Ari se inclinó ligeramente mostrandole la mejilla a Temo con la intención de que Temo le de un beso ahí, pero temo le tomó la mandíbula y le viro la cara dándole el beso en la boca y apartandose.

-T: ¿Con eso es suficiente? -dijo picaramente-

-A: Mmmm no lo sé, déjame ver...

Aristoteles le dio otro beso en la boca mientras con una mano se señalaba el interior de su apartamento.

-A: Adelante, puede usted pasar señor
-dijo riendose-

Temo entró y se dirigió al sillón de la sala, se sentó y Ari hizo lo mismo sentándose en la mesita del medio.

-A: ¿Y que te trae por aquí bello joven? ¿vienes a ver a tu apuesto y talentoso novio practicar sus canciones? -dijo con un tono que lo hacia sonar refinado-

-T: Talentoso, apuesto Y egocéntrico -resalto riendose- Pero más que nada, vengo a decirte que te quiero, que te amo y que me encantas

-A: ¿Vino romántico el señorito he? Pues tu también me encantas, eres lo mejor que tengo y te amo

Ambos se quedaron viendo a los ojos mientras sonreían

-A: Ven acá y dame un beso -dijo con una sonrisa que podía apreciarse a kilómetros-

T: No... tu ven acá -dijo y se recosto en el respaldo del sillon-

Y así lo hizo Ari, se levantó y acomodó sus rodillas en el sillón, una a cada lado de las piernas de Temo, casi sentado en sus piernas mientras lo besaba, temo le sujetó la cabeza y le acariciaba el cabello mientras Ari lo besaba y ahi hubiese terminado el momento, Ari se hubiese levantado y fuese a hacer otra cosa con temo pero entonces Ari recordó lo que había decidido y decidió ir más allá de un beso, con un movimiento se acostó en el sillón y se llevó a temo sobre el, ambos se quedaron unos segundos analizando la situación, Ari recostado en el mueble y Temo sobre el, cara a cara. Ambos se rieron y continuaron con los besos hasta que Temo tomo la iniciativa y bajo su mano por el estómago de Ari hasta llegar al vientre de este, Ari se sorprendió mucho pero entendió enseguida lo que estaba a punto de pasar y el también tomo la iniciativa, pasó ambas manos por la espalda de Temo hasta llegar a su trasero, ambos sabían lo que estaba pasando y ninguno se retractó, Temo bajo su mano hasta tocar la entrepierna de Ari sobre el pantalón y sintió la erección que este tenía, rápidamente Ari apretó el trasero de Temo. Fue entonces que Temo le empezó a besar el cuello a Ari y a tocar con una mano la entrepierna y con la otra el pecho y los brazos, Ari no podía soportar más, estaba muy exitado, rápidamente apretó las caderas de Temo y de un movimiento firme junto la suya con la de el y ambos se empezaron a frotar y tocar con pasión, uno al otro, hasta que el teléfono de Ari empezó a sonar, era su madre Amapola, le llamo para avisar que llegó y vendió todo, entonces fue que se detuvieron, ambos estaban exitados pero no podían seguir, no hoy.

-T: -agitado- Bueno Ari, yo.... yo me tengo que ir, hablamos después -dijo mientras acomodada su camisa y el cabello-

-A: Si, si, esta bien.... yo... tengo que esperar a mi mamá, nos vemos después... para retomar lo que dejamos...

Temo se sonrojo aún más y le dio un abrazo rápido a Ari y salió del departamento.

Ninguno lo podía creer, era la primera vez que ambos hacían algo así, se sentían extraños pero sabían que les gusto y que querian retomar lo que dejaron pronto.

Aristemo en la intimidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora