-T: También te amo -Estaba llorando-
Temo estaba parado en la entrada del baño, una toalla le cubría gran parte del cuerpo, Ari se quedó en donde estaba parado, Temo continuó...
-T: Es verdad que tengo vergüenza de mi cuerpo -Empezó a caminar lentamente hacia Ari- Soy chaparro -camino otro paso- Muy delgado... -Otro pasó aferrandose a la toalla- No tengo músculos ni un cabello hermoso... -se quedo viendo al suelo apretando el puño que sostenia la toalla- pero estoy seguro de que tengo algo que me hace sentir mejor... -estaba a dos pasos de Ari, justo en frente- Te tengo a ti, y si estás tu, yo no le temo a nada -Y se quitó la toalla-
Temo, a pesar de haber hecho ciertas cosas con Ari, aún tenía pena de su cuerpo, sentía que no era atractivo, que no tenía nada en el que lo hiciera sentir bien, pero también sabía que Aristóteles lo amaba justo como es, para Ari, Temo es la obra de arte más perfecta que existe. Y ahí estaba, su arte, su cuerpo, frente a el, sin nada que lo cubra, su blanca y suave piel estaba frente a Ari, sin miedo, sin pena, sin pudor.
Ari lo veía a los ojos, ambos estaban llorosos, Ari soltó lo que tenía en la mano y caminado hacia Temo se quitó la camisa, llegó frente a el y con una mano le acaricio la cara, Temo intento bajar la mirada, Ari no lo dejo, Ari le tomó la mano derecha a Temo y la puso sobre su pecho...
-A: Tu eres perfecto y no tienes nada de que avergonzarte, -lo miraba a los ojos con imenso amor- tocame -posicionó la mano de Temo sobre su pecho- soy como tu, tengo complejos y cosas que no me gustan de mi, pero contigo me siento completo, me siento bien.
Ambos se veían fijamente a los ojos, hubo silencio unos segundos en aquella casa vacía y entonces Temo lo beso, un beso en el cual transmitió todo su amor, un beso en el cual se sentían todos los sentimientos de ambos.
-A: Déjame tocarte Temo, déjame sentir verdaderamente quien eres -dijo viéndolo a los ojos-
Temo asintió con la cabeza, Ari lo levantó tomandolo de las caderas, lo posicionó en su cintura y entre beso y beso lo llevo a su habitación. Ari recosto a Temo en la cama y por unos minutos aprecio como la luz de la luna sobre la piel de temo hacia que se viera aún más blanca, Ari se quitó el pantalón y la ropa interior, Temo pido admirar nuevamente a Aristóteles sin ropa, Ari se acercó a la cama y se arrodilló a un costado, un poco nervioso tocó con dos dedos los labios de Temo, este sólo se quedó quieto, viendo a Ari a la cara, Ari lo beso, un beso corto, pero con mucho amor, Ari subió a la cama y se arrodilló, Temo hizo lo mismo frente a el, ambos estaban sobre la cama, desnudos y descubriendo sus cuerpos en un sentido más profundo.
Ari puso la manos sobre los hombros de Temo lentamente los bajo, pasó por sus costados y llegó a sus piernas, las acaricio y Temo puso las suyas en la espalda de Ari, quien con un movimiento recosto a Temo y se posicionó sobre el, cara a cara, las respiraciones aceleradas, Ari beso el cuello de Temo, un beso tierno y puro, cuando se separó de el, Temo puso las manos sobre el pecho de Ari, todo cada centímetro de aquel marcado abdomen y esos brazos tan provocativos. Ari se recosto al lado de Temo de costado, Temo de igual forma se acomodó para quedar frente a el en la cama, ambos se veían, se analizaban centímetro a centímetro, Ari siguió acariciando la piel de Temo, desde sus brazos hasta sus costillas y piernas, acaricio los glúteos y Temo de igual forma toco a Ari, eran momentos tan íntimos, tan puros y tan nuevos, ambos perdieron la noción del tiempo....
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Aristemo en la intimidad
FanfictionLa intimidad y la sexualidad de Aristóteles y Temo queda retratadas en esta Historia, +18