Benditos sean los celos.

6K 592 333
                                    

Cuando desperté a la mañana siguiente tardé un poco en recuperar la conciencia de lo que había pasado ayer. Luego de respirar profundo caí en cuenta que tenía mí brazo puesto sobre lo que se sentía como la cintura de alguien. "Nancy", pensé.

Levanté un poco la cabeza y pude verla pegada a mi pecho abrazándome también. Anoche habíamos hablado mucho, de todo un poco, y por supuesto, habíamos hablado de nosotras. Me dijo que me extrañaba mucho, que cometió un grandísimo error y que quería volver conmigo. Eso ya lo veía venir, lo que no sabía era que contestarle. Todavía me movía cosas, eso era obvio, pero no las suficientes como para volver a confiar en ella. ¿A quién quiero engañar? No sé si decirle que sí porque todavía pienso en Jennie, sé que es tonto, porque seguramente ella no piensa en mí. Y Nancy, bueno, Nancy es otra cosa. La pregunta del millón era: ¿podía renunciar a Jennie del todo? Porque a estas alturas parecía muy obvio que nada de lo que yo hiciera funcionaria, ella quería estar con Jongin, y yo quería estar con ella. Que desastre.

Con mucho cuidado me liberé del brazo de Nancy y me puse de pie. Fui hasta el baño, me lavé la cara y luego me mire en el espejo mientras me cepillaba los dientes. ¿Qué hago? Si me doy por vencida la pierdo para siempre, no volveré a verla, por otro lado, creo que ya ni siquiera es mi decisión, ella quiere estar con Jongin, no conmigo, y eso me quedo muy claro.

Volví a la habitación y Nancy estaba despertando. Se talló los ojos por un momento para después estirarse y mirarme.

—Buenos días —dijo.

—Buenos días. ¿Cómo amaneces?

—Bien, muy bien, dormir como un bebé, extrañaba dormir así contigo.

—Nancy, no empieces, te dije que lo pensaría.

—Vale, vale, entiendo, necesitas tiempo y todo eso, por mi está bien, solo quiero que me prometas que pase lo que pase nos seguiremos viendo.

—Lo prometo.

Nancy se puso de pie y empezó a buscar sus zapatos los cuales encontró sin más demora. Después de tomar todas sus cosas, salimos de mi habitación hacia la sala para encontrarnos con un Taehyung que tenía la mandíbula en el piso.

—Buenos días, hermanito.

Tae seguía con los ojos abiertos sin reaccionar, debo admitir que su cara de sorpresa me hacía gracia.

—Buenos días, Taehyung —dijo Nancy, para traerlo de vuelta a la tierra.

— ¿Nancy Jewel? —dijo mi hermano intentando reponerse del shock que significaba tener a Nancy ahí.

Acompañé a Nancy a la puerta para poder despedirme, eran las nueve de la mañana y tenía que volver a su casa.

—Pues entonces te veré luego —dije recostada sobre el marco de la puerta.

—Sí, llámame.

Luego de decir esto me plantó un beso rápido en la boca y se fue, yo cerré la puerta. Cuando entre al apartamento mi hermano me miraba con esa expresión de desaprobación que él siempre ponía cuando algo tenía que ver con Nancy.

— ¿Qué hacía ella aquí? —preguntó.

—Esa pregunta sobra, ¿no crees?

—Lisa, mira, entiendo que estés mal por lo de Jen, sé que no han hablado desde el campamento, y también como terminaron las cosas, pero eso no es motivo suficiente para que vuelvas con esa... esa chica.

Recuperarte → jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora