Noche de chicas.

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Ya han pasado tres semanas desde que Jennie me dejó, y es como si todo a mí alrededor se hubiera vuelto extraño y desconocido. He estado deprimida y triste, pero también tengo rabia, tengo miedo, tengo... un montón de sentimientos que no sé ni describir. Nos encontramos muy de vez en cuando, ya sea en el parque o en el supermercado, o cuando salimos con el grupo. Ella me mira un momento, muy poco, creo que se siente apenada conmigo, luego gira su mirada hacia otra parte y normalmente cuando yo estoy en el lugar se va temprano. Cuando nos encontramos en el supermercado o en el parque hace lo mismo, se da cuenta de que estoy ahí, se pone incómoda y poco después se va. Por otro lado tengo entendido que está en la misma actitud con Jongin y eso me alivia un poco. Jongin estaba convencido que Jen me había terminado para volver con él, cuando Jongin llegó de sorpresa a casa de Jennie, ella estaba desconcertada por su visita y Jongin, creyendo que habían vuelto fue a besarla y Jennie lo cacheteó. Ojalá yo hubiera estado ahí.

El punto es que van tres semanas, tres semanas de que me dijo que necesitaba tiempo para saber con quién quería estar y no me ha dicho nada, ni siquiera un: "quiero estar con Jongin, por favor no te me acerques". Aunque sé que Jen sería mucho más delicada, pero el hecho de que siga sin tener noticias de su 'decisión' me hace sentir muy insegura.

Rosé me escuchaba muy atentamente mientras yo le contaba lo que había pasado. Estábamos en mi habitación con un six pack y una botella de tequila, ya lo he dicho antes, el alcohol no cura las heridas, pero las difumina muy bien.

—Vaya, que enredo —dijo ella después de escuchar toda mi historia.

—Sí, y ahora no sé qué hacer, no sé si debo ir y decirle que tome una puta decisión ya porque me está matando, o si la que tiene que hacerse a un lado soy yo... de verdad que no sé.

— ¿Aun la amas?

—Claro que sí.

—Entonces dale algo más de tiempo, y cuando ya sientas que no puedes esperar más, entonces se lo dices y sigues adelante, no hay mucho más que hacer.

—Sí, supongo.

—Mientras tanto, ¿puedo coquetearle?

— ¡NO! —dije yo poniéndome de pie.

—Jaja, ¿por qué no? Está soltera.

— ¡Rosieeee!

—Lo siento, ya, era broma —dijo riéndose.

Yo tomé la botella de tequila y le di un gran sorbo, luego comí sal. Empecé a caminar por la habitación pensando. Pensar, lo único que había hecho todo ese tiempo, y Jennie, lo único en lo que había pensado. Yo había decidido luchar por ella, pero ¿cómo puedo luchar si no me deja ni acercarme? ¿Tendré que simplemente esperar y esperar hasta no poder más como dice Rosé? ¿Y si ella ya tomó su decisión solo que no me lo quiere decir para no lastimarme más? No, Nini no es así, ella dice las cosas de frente, por más que duelan, prefiere hacerlo así, y yo se lo agradezco, porque eso me tranquiliza un poco. En ese momento le entro una llamada a Rosé, era Jisoo. Rosie puso el celular en altavoz.

— ¡Hola, loca! —saludó Jisoo.

—Hola, cuerda —respondió Rosé, riendo.

— ¿Dónde estás? Llamé a tu casa y me dijeron que habías salido.

—Estoy con Lisa en su casa.

— ¡Ah! Perfecto, eso me ahorra una llamada más, mira te llamo para lo siguiente —me hacía gracia como Jisoo proponía planes, parecía casi una mamá—. Vamos a tener una noche de chicas el sábado que viene, nos vamos de viaje a una casa con jacuzzi y piscina, estará genial y quiero que tú y por supuesto Lisa vengan.

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