Habíamos subido las escaleras que hora antes había subido yo sola al buscar a Marie, hasta llegar a una puerta cerrada con llave, la cual había abierto, me había hecho suponer que esta fiesta y esta casa era suya, y eso no me gustaba, digamos que no soy fan de los chicos.. así.
Me hizo entrar ya que aún seguía agarrada a el, haciéndome ver la sala, no era una despensa como todas. Habían estanterías llenas de cosas, comida, bebida, cosas utiles, toallas.. muchas cosas y por otra parte había una mesa y un par de sillas haciendo conjunto y más atrás un pequeño sofá de cuero marrón.
- Si quieres sientate.. Emm.. - supuse que quería saber mi nombre.
- _______ {tunombre}. Me llamo _______. ¿Y tu eres..? - sonreí cuando le vi una botella de agua en su mano izquierda mientras se acercaba a mi, me encontraba sentada en el sofá de cuero, me alzó la mano y la tomé volviendo a hacer contacto y haciéndome paralizar mi sistema nervioso.
- Eric. Me llamo Eric. - me lanzó una sonrisa la cual me hizo sonreír a mi.
Le quedaba bien ese nombre, un nombre bonito para un chico bonito. Ese pensamiento me hizo sonrojar y al parecer, el se dió cuenta.
- ¿Qué ocurre? - rió.
- Nada, ¿por qué lo preguntas? - levanté mi cabeza mientras le miraba.
- Te has sonrojado. - me devuelve la mirada.
- Oh.. No sé.. - intenté buscar una excusa, no iba a decirle que me parecía bonito después de admitir sin querer que me parece guapo.
- No, no te preocupes. - hace una pausa - Estás bonita cuando te sonrojas.
La lucecita ahora mismo estaba ardiendo por dentro mientras que se fundía poco a poco, pero su consistencía seguía ahí haciendome saber que no iba a apagarse. Lo cual me hizo sonrojar aún más.
- Veo que te he dejado sin palabras. - ha dado en el clavo, pensé.
Me quedé callada mientras lo examinaba, su pelo estaba revuelto de un lado a otro, era algo alto, más que yo, su piel era blanca pero no era lo típico que la piel blanca le queda mal a una persona, por que a el le favorecía de todas las maneras, sus ojos eran como dos perlas marrones, brillantes y bonitas como su sonrisa, la que envolvían unos labios finos y besables, la lucecita podría quemarme por dentro al pensar tal cosas.
Eric era guapo, bonito, misterioso, y eso me gustaba.
De un momento a otro decidí por hablar. Esto empezaba a ser incomodo y quería escuchar su voz de nuevo.
- Suelo salir por la ciudad y nunca te había visto. - levantó su mirada fijándose en la mía, sorprendido por verme hablar.
- A veces puedes llegar a ser invisibles para algunas personas, quizás yo lo he sido para ti - sonrió - Hasta ahora.
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WHERE DID U GO {ERIC SECHARIA Y TU}
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