Extra: Aburrido

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“Papi es muy aburrido”.

Me habían llamado aburrido tantas veces en mi vida que el adjetivo ya no me afectaba, pero cuando escuché a Bronx decirle a Pete que yo era aburrido… empecé a replantearme los fundamentos de mi existencia.

Si, era verdad que yo no solía dejarlo hacer algunas cosas como comer tierra en el arenero… que no lo dejaba tener un lagarto… o que tampoco le permitía tocar a las mascotas ajenas en el parque y que a veces le negaba comer pastel después de cenar.

Todo eso era cierto, también que quizá le exigía algunas otras cosas como lavarse las manos cada vez que iba a comer, que se duchara a diario, que usara una bufanda y gorro cuando el aire era muy frío, que lavara sus dientes durante tres minutos y que lo obligaba a que me dejara desinfectar sus heridas cuando se lastimaba.

Claro que todo eso era un hecho, yo era el padre estricto en la familia y por eso Bronx prefería pasar tiempo con Pete que conmigo, porque él no le negaba nada.

Siempre era algo doloroso que creyera que lo único que yo deseaba era molestarlo o prohibirle cualquier actividad divertida, pero enserio Bronx ¿qué tiene de divertido comer tierra?

Jamás había tenido el instinto paternal desarrollado, de hecho odiaba a los niños, sin embargo cuando me casé con Pete y empezamos a vivir juntos, él hablaba todo el tiempo de lo hermoso que sería tener un bebé en nuestras vidas; no me convencía con sus palabras, para mi los bebes seguían siendo máquinas apestosas rellena pañales y yo no me sentía listo para limpiarle el trasero a otro mini humano.

Pete intentó convencerme durante dos años, yo siempre le dije ‘quizá después, creo que aún no estamos listos’; y muchos podrían preguntarse qué es lo que cambió todo, pues la respuesta es Bandit Way.

Cuando Gerard se casó con su novia de la universidad, Lindsey, pasaron solo unos meses para que nos avisaran que mi cuñada estaba embarazada.

No me emocioné por el bebé, sino porque mi hermano estaba tan feliz que los ojos se le glaseaban al mencionar algo de su familia, Lindsey también se veía muy emocionada y a veces asustada, pero inspiraban una alegría que en la familia Way Lee no se sentía desde hacía algo de tiempo.

Y cuando Bandit nació, bueno, por poco declaran día feriado nacional por la alegría excepcional en la familia.

Pete y yo fuimos hasta el hospital para ver a mi pequeña sobrina, creo que algo se movió en mi ese día cuando vi a mi hermano mirar con corazones en los ojos al pequeño bulto que cargaba entre sus brazos, así como la expresión de satisfacción absoluta en el rostro de Lindsey a pesar de tener que sufrir por horas para expulsar a un humanito por la vagina.

Eso fue muy inspirador, pero lo que marcó verdadera diferencia fue cuando Gerard me permitió cargar a Bandit; yo no quería por muchas razones, no quería lastimarla, me daba miedo que llorara o que le lastimaran las huesudas articulaciones en mis muñecas.

Estaba muerto de miedo pero entonces Bandit talló su ojo, me mostró una pequeña sonrisa que me hizo sonreír como payaso, y se durmió. Pete le acarició la frente y dijo

-por dios, es preciosa. Excelente trabajo, Lindsey.

-¿qué hay de mi? Yo ayude a hornear este panquecito.- dijo Gerard indignado, pero su esposa bufó y dijo

-no veo que tengas estrías por el embarazo, cariño.- todos en la habitación reían a excepción de Bandit y de mi, yo estaba perdido mirándola dormir, era un mini humano de lo más precioso. Era increíble que mi feo hermano hubiera podido ayudar para procrear a una bebé así.

Pete sujetó mi brazo mientras le acariciaba la cabeza a la bebé y escuché a Lindsey decir

-se ven bien así.- alcé la mirada para corroborar a quién le hablaba, ella miraba al cuadro en general de Pete, Bandit y yo abrazados.- lucen como unos padres muy lindos.- solo solté una risita nerviosa.

Wakala Que Rico -Petekey-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora