7-.El pasado de Kyawhe

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Nací el 13 de Enero a las 6:06 de la mañana, en la ciudad de Londres, París, una ciudad, no tiene cosas tan interesantes que contar de ahí, solo es un pueblito.

Mi primer año fue un año muy feliz, jugaba con mis primos y primas que iban a visitarme, cada día era como no nuevo, aunque siempre hubiera lo mismo, para mí nunca desaparecía esa felicidad que siempre llevó en rostro, un día, a esta edad me caí raspandome muy fuerte, más no llore, solo me mostré serio ante la situación, lo dejé pasar y seguí corriendo con mis primas, mis padres se mostraba un poco raro ante mi.

Mi segundo año iba caminando solo por las calles, en este tiempo todas las calles eran seguras, cantando una canción de cuna que me cantaba mi madre, por alguna razón no tenia palabras que tuvieran sentido, mi madre me dijo que esa canción es de un lenguaje un poco antiguo, iba pasando por un callejón cuando me encontré a un gato que estaba maullando, me metí a ese callejón, por alguna razón era el más oscuro, no me dio miedo, y aún así entré, estaba un gato, de color negro con un poco de blanco, lo acaricié, el gato se acerco más a mí dejándome ver una herida que tenía en la espalda este gato, rápidamente lo cargue y me dirigí a mi casa, al llegar fui por agua oxigenada, lo puse en un trozo de algodón, lo fui poniendo en su espalda, no mostraba ningún gesto este gato, es como yo cuando me raspo, le puse una venda, lo seguí acariciando hasta que llegó mamá, "¡¿QUE HACES CON UN GATO PULGOSO DE LA CALLE?!"  fui criado como niño de papá, más no me gustaba ese tipo de educación, nunca soy libre, cuando menos lo pensé el gato ya no estaba en el sillón, nunca le contestaba a mis padres, solamente les sonreía, soy un niño bastante positivo, mis padres siempre me llevaban a terapia para ver si podría desatar alguna emoción que no fuera felicidad.

A mis tres años ascendieron a mis padres de puesto, mi madre por un lado era diseñadora de modas de una marca muy famosa, y mi padre trabaja en el extranjero pero vive conmigo, lo que nos hizo ser la familia más rica de Londres, debido a esto me quedaba solo en casa, pero lo que ellos no sabían es que el gato que había curado nunca me dejaba solo, siempre que ellos se retiraban a sus trabajos,el venía pasaba mucho tiempo solo, más en vez de sentirme solo me sentía más libre que nunca, podía comer como se me diera la gana sin que me regañaran. Llegó un día en que mi gatito no había vuelto, me puse tan triste que llore hasta que mis padres llegaron, era la primera vez que lloraba así que mis padres creyeron que era por que me dejaban solo, era la primera vez que lo hacía, al día siguiente hice lo mismo que siempre, solo que esta vez  sin mi gato, más solo sonreí al imaginarme verme llorar anoche, escuche sonidos en la puerta, alguien abrió la puerta y logró entrar, iba a llamar a la comisaria cuando la chica me tomó de las manos impidiéndome que le llamará, "no hace falta, me llamo Rose, a partir de ahora pasaré las tardes contigo" le sonreí, saqué algunos de mis juguetes que tenía y jugábamos todas las tardes juntos.

A mis cuatro años por fin entraba a la escuela, mi primer día me llevó mi padre, le habían cambiado el horario de trabajo, al estar frente a el preescolar solo sonreí, seguí avanzando, me despedí de mi padre caminando. Al llegar nos separaron a todos para hacer los salones, me fui a mi salón al que me habían seleccionado, un maestro empezó a dar clases, me aburrían, eran cosas básicas, ya lo sabía, me lo había mostrado la chica llamada Rose, que siempre pasaba tiempo conmigo, leer..., escribir y comunicarnos entre nosotros, creo que la más divertida de las materias era educación física, las demás clases se me hacían estúpidas, mas seguía con mi hermosa sonrisa. Y todos los años de Preescolar fueron lo mismo de siempre, es algo que alguien de la alta sociedad debe saber.

A mis seis y medio entraba a Primaria, solo fui el primer día, de ahí me sacaron de ese aula, al parecer ya no necesitaba pasar primer año y me llevaron a segundo grado, ahí aprendía a comunicarme mejor con las personas y los modales, yo siempre tenia que ser el ejemplo, lo que me ponía feliz, más como vieron los maestros  que necesitaba un grado más avanzado me pasaron a tercero, sabía de todo, menos sobre mi país, mis padres no me permitían viajar con ellos, ni siquiera salir de casa, más solo me mostraba con una sonrisa, continué los siguientes años hasta empezar vacaciones para empezar segundo de secundaria.

Un día a mis 10 años me desperté a las 2:49 de la mañana, me cansé de estar en la escuela, así que decidí hacer algo nuevo, tomé una botella de agua, y salí de mi casa dirigiéndome  a un bosque que estaba cerca, al llegar, quise centrarme a un lugar, corrí lo más que pude felizmente, hasta que tropecé con una piedra, me levante, pude ver la luna como brillaba tan hermosa en el cielo, hoy había "Luna de sangre" así le llaman, voltee a ver el suelo, debido a que se me había caído mi botella de agua, pronto note unas rocas que brillaban haciendo un camino hacía un lugar oscuro, las seguí con una sonrisa pensando quien lo había hecho, al llegar me encontré con un "¿Duende?" le sonreí, me vio y me dijo "Eres la primera persona que no intenta cazarme, veo que tienes un gran y puro corazón" pronto se alejó de mi y salió corriendo, más no lo seguí no quería causarle problemas, saqué mi reloj de mano y cheque que eran las 3:33, y me dije a mí mismo (Wow que rápido pasa el tiempo) pronto una piedra brillante apareció ante mí y como un chico curioso que soy me acerqué a esta, la empecé a admirar con la mirada, una parte de mí me decía que lo tocará, una fuerza me atraía por lo hermosa que se veía, sin pensarlo la toque, cuando quise quitar mi mano de ahí, ya no podía, "ya no hay marcha atrás" algo me susurró. Después de unas cuantas horas desperté en ese lugar, pero me iba a levantar cuando me dio un dolor de cabeza y alguien susurraba "Tu...oreja", me toque la oreja, por alguna extraña razón tenia un anillo ahí, me levante de inmediato y me dirigí corriendo a mi casa, al llegar mis padres me estaban esperando en la puerta, me dijeron "Hijo, ya no podrás vivir aquí" les sonreí "¿No prepararon mis maletas?" entré en la casa, me miré al espejo, pero en casa no veía ni sentía mi anillo, empaque mis cosas y salí de casa, me dirigía a la ciudad, cuando alguien tiraba de mi brazo, cerré mis ojos tres segundos, cuando los abrí ya no había nada de lo que había a mi alrededor hace un momento, ¿era una escuela para principiantes?, y ahí me eduque, y me socialize con la magia y aprendí mucho más sobre mi magia, el poder de...

La magia gris...

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