El castaño se acerco a la mesa en la que Luis se encontraba, con una sonrisa de oreja a oreja, mostrando así una blanca e impecable sonrisa.
- ¿te conozco acaso? – pregunto Luis con confusión y con el rostro serio, el castaño hasta ahora de nombre desconocido lo miro con cierta molestia y quizá un poco de decepción
- ¿ya no me recuerdas, Luis? - pregunto el Castaño con nostalgia, su voz sonaba dolida lo que causo que algo dentro de Luis se volcara – éramos amigos en el colegio
- Siento que me estas confundiendo -susurro el chico con culpa al saber que el castaño de ojos avellana estaba dolido y decepcionado al no ser, el, la persona que buscaba
- ¿eres Luis Carreño? ¿no? – pregunto esperanzado y dudoso – me llamo David
- ¿David? - algo dentro de Luis causo un pequeño "clic" en sus recuerdos - ¿Santiago David?
- Soy yo- sonrió con orgullo por su apellido- ¿de verdad me recuerdas?
- ¡claro que te recuerdo! ¿Cómo olvidar el nombre de la pesadilla para cualquier profesor? -su sonrisa se amplió al escuchar salir de sus labios sus grandes travesuras de pequeño
- ¡cierra la boca Carreño! - rió con gracia aquel chico, sus ojos solo mostraban una inmensa alegría y Luis lo notaba muy bien
- Hernández – susurro con miedo Luis, temía decepcionar a uno de sus viejos compañeros de clase, pero... ¿desde cuando le importaba lo que pensaran de Él?
- ¿perdón? – pregunto con curiosidad David al ver que Luis susurro algo demasiado bajo como para escucharlo
- S-soy Hernández, no Carreño – contesto con cierto nerviosismo y timidez Luis, sus manos temblaban ¿Por qué estaba tan nervioso? Solo era un compañero del colegio
La felicidad y tranquilidad se vieron rotos cuando una cabellera castaña interrumpió la conversación de los recién encontrados.
Los ojos de Luis se oscurecieron mostrando un enorme odio hacia la chica, la cual lo miraba con una sonrisa arrogante, David solo observaba a ambos chicos con un toque de duda y confusión
- David, tu y el ¿son amigos? - pregunto la chica sin dejar de mirar al pelinegro
- No somos amigos Andrea, y si puedes ahórrate tus palabras- contesto Luis de inmediato, esa chica le sacaba sus castillas y más su voz tan chillante- y por favor deja de hablar mis oídos están por sangrar
Sin decir una palabra mas se acerco a la caja registradora, pago por el helado y se retiro de aquel lugar que le causaba frustración
- ¡Luis! ¡espera! – grito David mientras corría hacia él, lo ignoro olímpicamente, no quería verlo, Luis se sentía traicionado, de alguna manera.
Camino con dirección a su auto mientras se colocaba los cascos a máximo volumen, la tranquilidad volvió a su cuerpo, ¿porque tenían que aparecer ahora que debía entrar a la universidad? ¿Qué acaso desaparecer por cuatro largos años no eran suficientes?, pero no había de que preocuparse, no es que estuvieran en la misma universidad que el ¿verdad?
Una mano le impidió abrir la puerta del auto, un par de ojos avellana conectaron con los suyos, se retiro ambos cascos para escuchar al castaño.
- No deberías escuchar la música tan fuerte podría lastimarte los oídos, ¿vale? -Luis solo asintió, tenia que llegar a su casa o su madre se preocuparía, y como si de una invocación se tratase su madre le llamaba por el celular.
- ¿hola? - sonrió con dulzura, su madre siempre alegraba sus días, aunque estuvieran de lo peor. Se alejo del auto y de David para charlar con su madre
- Cariño, ¿Dónde estás? Ya tiene algo de tiempo que tenias que haber vuelto- contesto con cierto tono de alegría
- Lo siento, lo que pasa es que me detuve a comer un helado y me encontré a un par de compañeros de colegio y conversamos un poco – respondió con tranquilidad Luis, tratando de no sonar enojado o desesperado
- ¿compañeros de colegio? ¿de verdad? - pregunto la madre con entusiasmo al saber de qué su hijo no fuese un tipo solitario- ¿y quiénes son esos compañeros, Luis?
- Pues... era David y- Luis callo durante unos segundos, empezaba a dudar si era buena idea decirle a su madre que la otra persona era Andrea, << también me encontré con Andrea la cual me rechazo ¿recuerdas? La que me dijo marica y que acusa de ella comencé a estudiar en línea y que también gracias a ella casi caigo en depresión>>, <<estúpido>>
- ¿y? ¡no me dejes esperando! ¡la curiosidad me está matando! - Luis rió un poco, su madre era demasiado extrovertida y alegre
- Andrea- susurro con miedo ante la reacción de su madre
- Bueno, no hay por que alterarse- estuvo unos segundos en un silencio sepulcral, cada segundo era una eternidad para Luis- ¡ah! Es verdad, Fernanda está aquí, regreso de su viaje
- ¿de verdad?, ¡entonces llegare lo más rápido que pueda! -sin dejar que la madre se despidiera colgó el teléfono, estaba emocionado, su mejor amiga ¡acababa de regresar!, eso era más que grandioso
- ¿Quién era? - pregunto con molestia el castaño- estas sonriendo como idiota-dijo con malhumor
- A ti -contesto de la misma forma Luis, ¿y a este que le importa?
- ¿a mí? - pregunto con duda, el castaño
- A ti ¡que te importa! -contestó con algo de furia para después subir a su auto, pero el castaño con esperanza toco la ventanilla del conductor, Luis la bajo algo dudoso- ¿necesitas algo?
- ¿Me darías tu número?, solo para comunicarnos- contesto con nervios David
- No, estoy buen así, adiós- subió la ventanilla, el auto arranco mientras se perdía entre las calles para llegar lo más rápido posible a su destino, dejando también a un joven castaño estático en la acera, ¿Qué acaba de pasar?
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¡SEGUNDA PARTE!
estoy tratando de hacer todo lo posible por subir la historia a tiempo (todos los miércoles) si me atraso algunos días no se preocupen lo subiré durante la semana, no dejare anuncios tan largos ni colocare notas en la historia, ya que a mi no me agrada del todo esos avisos que interrumpen la historia, así que los dejare al final del capitulo (si hay alguno), bueno eso es todo. chao chao
--- 🖤🍕 Chris_0025🍕🖤---
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te quiero solo para mi
TeenfikceLuis un joven de apenes 19 años con una personalidad única, sus ojos color esmeralda cautivaban a cualquiera, pero sus pensamientos sobre el amor no eran lo mejor. un chico cerrado y sin ninguna intención de abrir su frágil corazón, era el y su sim...