Capítulo Uno. .

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Mi nombre es TN, me considero a mi misma cómo una chica tranquila y respetuosa.
Mis padres me dieron en adopción cuando yo apenas tenía 3 años, además me entere de que le pagaron casi una fortuna al orfanato para que cubrieran que yo me encontraba aquí. Es ¿triste? que mis propios padres hayan echo eso, aunque creo que esta bien, es decir, ¿que esperaba que hicieran?

No hablo con nadie en este lugar además de algunas empleadas, es como si todos se hubieran puesto de acuerdo en odiarme, sabes?
Es bastantes extraño. Para que entiendas mejor, déjame mostrarte.

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Estaba dormida hasta que un rayo de luz que dio en mi cara acompañado con un llamado logró despertarme, era la voz de una de las empleados del orfanato que había abierto las puertas del armario en el que había sido encerrada la noche anterior, como varias otras.

-¿Qué hacías aquí? De nuevo. .- se le notaba un poco preocupada aunque si le decía lo que había ocurrido realmente intentará hacer algo para deterlo, lo cual solo empeoraría las cosas para mi así que opte por mentirle para que se quedara tranquila al menos.
Me encamine a mi habitación a darme una ducha, lavar mis dientes y demás. Al dar por terminado mi aceo me dirigi al comedor donde ya todos los demás niños se encontraban.
Tome una de las bandejas de comida y fui a sentarme en mi mesa, estaba desayunando tranquilamente hasta que siento que por mi espalda caía algo frío y viscoso, se trataba de un vaso de jugo.

- ¡Oh, cielos!, ¡perdona! - es obvio que lo hizo a propósito, es más, siempre lo hace. Solo fue cuestión de tiempo para que seamos el centro de atención. Tan típico de Samantha.

- ¡Dios, TN!, ¿qué te sucedió? - parece que alguien fue a avisar a una de las empleadas sobre lo que sucedió - ¿Esto?, no se preocupe, solo fue un accidente, ¿no es así, Sam? - voltee a verla y le dediqué una sonrisa, ella asintió, eso pareció dejar más tranquila a nuestra cuidadora. En cuanto se marchó me levante de mi asiento para ir a darme otra ducha y poner a lavar mi ropa ahora manchada por la bebida.

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Sin darme cuenta la noche cayó muy rápido. Me dirigi a la puerta de mi cuarto para ir al comedor pero me encontré con que se encontraba cerrada, seguramente fue obra de los amigos de Samantha, no había otra cosa por hacer así que solamente me recoste en mi cama mirando en dirección al techo. Me pregunto cuando fue que empecé a llorar en silencio imaginando tener la buena vida que seguramente todos en este lugar desean tener, unos padres amorosos y amigos por montones, mientras un sentimiento de vacío en mi pecho se hacía presente.
No tengo nada ni a nadie, simplemente llegue a la conclusión de que yo no soy nadie.

No me di cuenta cuando fue que caí dormida.

No me di cuenta cuando fue que caí dormida

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❝ La Huérfana. ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora