Una bebida

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Capítulo 21

Una bebida.

La noche transcurrió fugazmente, y en menos de lo que esperaría me encontraba despertando en un abrazo reciproco con alguien.

Subí la mirada lentamente para no interrumpir el sueño de quien estaba durmiendo conmigo, y pude ver su linda cara mirándome con calidez en sus ojos, Eliza sonrió con un pequeño gesto y comenzó a acariciar mi cabello.

Poco a poco mis recuerdos de la noche fueron llegando y la pena que evité en esos momentos me invadió ahora que estaba con mis cinco sentidos activos.

"........................... ¡qué vergüenza!"

"¿Cómo? ¿Cómo me permití comportarme tan infantil? Tengo casi treinta años, ¡por amor a la ciencia! ¡qué pena!"

El mundo se seguía moviendo normalmente, pero para mí, tanto el tiempo como el color se habían desvanecido, ¿Por qué actué así? No tengo idea, pero si sé que fue mi momento de mayor debilidad, me sentí frágil.

¿es debido a este cuerpo?

Nunca me tomé la tarea de aprender sobre el desarrollo de los niños, ¿Por qué debería? Si no era mi carrera después de todo. Pero estoy segura de que sería muy útil en este momento, quizás por el estrés, o por el dolor o por cualquier otra cosa.

¿Será que, aunque no me de cuenta de eso, los acontecimientos recientes me han afectado en mi subconsciente? o ¿quizás solo fue un vacío fugaz en mi comportamiento debido a mi edad actual? Da igual las posibilidades que pueda haber, no puedo hallar la respuesta.

Eliza seguía acariciando mi cabello, mientras yo seguía debatiendo en mi propio mundo.

- ¿estás bien?

Su voz me sacó de mi mente y le devolví la mirada, ella esperaba claramente una respuesta.

- C...claro.

- Que bien, ahora ¿Qué pasó anoche?

Me separó de ella para poder ver bien mis ojos y continuó preguntando.

- Anoche... una tontería nada más, una simple pesadilla, e insectos de por medio.

- ¿Insectos?

- Si, pero eso ya no importa, igual hoy podré eliminarlos. Por cierto ¿Marcos siempre es así con sus compañeros?

- Duerme solo por esa razón, hemos intentado enseñarle, pero él no quiere aprender, ¿te hizo algo?

- Nada que no pueda arreglar, pero ya sé como enseñarle.

- ¿sí?

- Se conoce como terapia de shock.

Me levanté de la cama y me dirigí a la puerta.

- Solo hay que enseñarle cuál es su posición.

Encendí una llama en mi mano izquierda que se agitaba con fiereza, color rojo oscuro, no era ni la más fuerte ni la más caliente y, de hecho, con esa temperatura no sería capaz de quemarme a mi o a nadie, aunque coloque mi brazo sobre ella.

- ¡NO!

- ¿Qué pasó?

- ¡La magia no es para ese uso!

Entrecerré mi ceño al escuchar eso.

- Hablaré con él, pero no quiero saber que usaste magia para dañar a alguien, ya sea él o otra persona.

Reencarnando en una NobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora