¡La magia existe!

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Capítulo 3

¡La magia existe!

Ya paso un año desde que me comprometieron, claramente voy a rechazar ese compromiso, después de todo no soy gay, bueno, en todo caso sería lesbiana pero ese no es el punto.

Tengo dos años, y han sido los dos años más largos de mis vidas, básicamente no existe tecnología alguna en este mundo, y si, este es otro mundo, me lo leyó Desmond la tercera vez que fuimos a su casa, este mundo se llama Weltmir, es muy similar a la tierra que recuerdo a acepción de que aquí no existen aparatos electrónicos, existen los elfos y otras criaturas mitológicas, básicamente parece un mundo de fantasía medieval.

Mi padre se llama Dorian Fermi, por lo que mi nombre completo seria Aspen Fermi, mi apellido me agrada, me acuerda a un físico importante de mi mundo, mi nueva madre, bueno..., ella murió poco después de mi nacimiento, según mi papa, ella sufrió de una enfermedad durante el embarazo y debido al sobresfuerzo del parto su cuerpo no resistió, al escuchar eso inmediatamente comencé a llorar, el solo pensar que por mi culpa ella está muerta, qué ella se sacrificó para darme la vida solo hacía que llorara con más fuerza.

- Cariño, lo siento – dijo mi padre mientras me abrazaba

- f...fue mi culpa, ¿verdad?

- No, no es tu culpa, nosotros decidimos tenerte y ella entrego todo para que vivieras, no es culpa de nadie

- P...pero y...yo...

Mi padre me abrazo con más fuerza mientras yo seguía llorando, paso un rato y comencé a calmarme, a lo que él me separo cuidadosamente de su pecho y dijo.

- Aspen, tu madre decidió que tú eras más importante, y ella nunca se arrepintió de su decisión, por lo tanto tú nunca debes sentirte mal por eso, ¿bueno?

- Sniff..., bueno

Debo admitirlo, yo nunca habría llorado por alguien que no conozco pero desde que renací me he vuelto más sentimental, no es que eso sea malo pero siento que se pierde parte de mi esencia, llegue a la conclusión de que mi nuevo cerebro analiza las cosas de forma distinta a la que yo haría, por lo tanto puede que de vez en cuando actué como una niña pequeña, pero la mayoría de veces mi conciencia se superpone a esos comportamientos y logro controlarme aunque con acontecimientos como los de mi madre me afectan de manera especial.

Ya domino el idioma a la perfección y comparando el cómo se dice una palabra y las letras con las cuales se escribe no fue muy difícil crear un sistema para entender, es sencillo si ya sabes el cómo se habla el idioma aunque no he tenido mucho que leer ya que todos los libros que hay en mi casa están en un cuarto cerrado o en estanterías elevadas y ya que mi padre no sabe que sé leer cada vez que le pido un libro cree que es para jugar con él y no me los da. Además ya puedo caminar libremente por la casa sin que mi padre o los sirvientes se preocupen y me vuelvan a encerrar en la habitación, la sala de mi casa es enorme y está muy bien decorada, tallados de madera con exceso de detalle, losa de piedra pulida en el suelo, mayormente de color beige claro y pulido, un candelabro encima de la mesa de centro, un escudo de armas de lo que creo es acero decorando la pared sobre la chimenea, etc. Parece la casa de un millonario, y no estaba tan equivocado, al parecer mi padre es de la nobleza además de ser un buen soporte para otras casas nobles también trabaja como asesor para comerciantes, gracias a eso vivimos rodeados de lujos.

Mi padre acostumbra vestirme con vestidos, supongo que es normal, después de todo ahora soy una niña, al comienzo me oponía pues no me gusta vestir ropa de mujer pero al pasar los meses me fui acostumbrando ya que era eso o nada, al fin y al cabo solo es ropa.

Reencarnando en una NobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora