Dominic

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Son las 7 a.m. me desperté antes de que sonara mi alarma, revisé el celular y tenía un mensaje de Jess

"Espérame en la entrada hay algo que tengo que decirte"

Me preguntaba que era, normalmente me mandaba mensajes de buenos días con cosas totalmente cursis como "te extraño bebé quiero verte ahora". Odiaba estar en esta situación tan incómoda. Se me había pegado como garrapata desde la fiesta de Lauren, me arrepiento tanto de haber ido a esa fiesta lo peor de todo es que arruinó mis posibilidades con Leah, quise explicarle que lo de Jess había sido cosa del momento y del alcohol, que yo estaba enamorado de ella pero sé que no me creería. Siempre me vio como un mujeriego además ¿Qué pasaría si me declaro y ella no siente lo mismo? Perdería a mi mejor amiga y a la única persona en este mundo que me entiende mejor que nadie. Es algo que no estaba dispuesto a perder, podría soportar cualquier cosa, cualquier paliza que recibiera menos perderla a ella.

Mis esperanzas murieron completamente cuando la vi besándose con Trevor Smith. Maldito Trevor, no le bastó con quitarme mi posición como capitán en el equipo de fútbol, sino que también me quitó a la chica.

Como gran fracasado e idiota que soy me puse a salir con Jessica pensando que tal vez así podría olvidarme de no haber sido correspondido.

Baje las escaleras algo adormecido mientras mi madre terminaba de preparar del desayuno

- ¿Hoy tienes entrenamiento Dom? – Mamá tenía cara de agotada, sabía que trabajaba hasta tarde en el hospital, aun así siempre se levantaba a hacerme el desayuno incluso cuando yo le decía que no hacía falta, que descansara. Ella insistía en que estaba mucho tiempo ausente y que quería compartir un desayuno conmigo como una familia normal. Mi padre trabajaba hasta tarde en la oficina, así que tampoco lo veíamos mucho.

- Si mamá tengo entrenamiento hasta las cinco de la tarde –Mentí, mi madre no sabía que había dejado el equipo de fútbol hacía tiempo ya, desde que me puse a salir con Jess, o mejor dicho me habían echado de él por ocasionar "disturbios" - Después posiblemente vaya a casa de Leah, quiero hablarle.

- ¿Cómo están ellas? Sé que están en una situación económica difícil, la situación en general está difícil. Siempre que me cruzo a Stacy en la Clínica la veo con grandes ojeras y agotada. Por favor hijo, asegúrate de que estén bien, si necesitan dinero o algo....

- Si mamá, tranquila, yo siempre voy a estar para cuidarlas – Besé la frente de mi madre que estaba un poco caliente y la abracé- también deberías cuidarte Mamá. No deberías descuidar tu salud tampoco –Una sensación de preocupación me invadió, el trabajo de mi madre no era fácil, trabajar en una clínica era complicado, la gente era complicada. Stacy es la madre de Leah, y mi madrina. Iban juntas a la secundaria y las dos se recibieron de Doctoras a los veintiséis años. Sólo que diferentes ramas. Stacy estudió pediatría ya que amaba a los chicos, y mi mamá estudió Cardiología.

Mamá me contaba anécdotas de su juventud, cuando teníamos tiempo organizábamos salidas familiares o cenas. Pero todo cambió cuando el padre de Leah las abandonó hace un tiempo ya. Desde entonces Stacy cayó en depresión, y solo se la pasa trabajando para cubrir sus gastos. Con mi familia tratamos de ayudarlas todo lo que podemos aunque ellas se niegan a aceptar dinero.

- Adiós hijo – mi madre me miró con cariño y me saludó con su mano. De camino a la escuela vi a Leah y Lucy tomadas de la mano esa escena me dio tanta ternura que se me imposibilitó decirles algo. Amaba a Lucy como la hermanita que nunca tuve, recuerdo que hubo una vez que ella cayó enferma y con leah tuvimos que salir corriendo a la clínica para que su madre la atendiera, estuvimos horas en el hospital esperando resultados y a fin de cuentas era una simple fiebre.

Amaba ver a Le desde la distancia. Ver su hermoso cabello Negro azabache caer por encima de su cintura, amaba ver sus hermosos ojos marrones que iluminaban todo y esa perfecta sonrisa que te enloquecía de mil formas. ¿Cómo podía sonreír de esa forma sin enamorar a nadie más?

De pronto el sentimiento de que alguien más pudiese fijarse en ella me desconcertó. "Hiciste tu elección idiota, en el momento no la elegiste" eran las palabras que se me cruzaban en la mente de forma frenética

Al alcanzarla y cruzar un par de palabras con ella me di cuenta de que se estaba comportando de forma extraña, quizás estaba preocupada por Jess, su amistad se había vuelto un poco tensa desde que empezamos a salir pero no la culpo. Yo también me sentiría raro si mis dos mejores amigos salieran.

Me estresó pensar en eso, encendí mi música y me quedé esperando en la entrada de la escuela.

- Hola extraño – sentí un perfume de vainilla y rosas totalmente reconocible- ¿Qué haces solo aquí? –Murmuró de forma irónica

- Estaba esperándote –Contesté de forma seca- vamos, llegaremos tarde a clase

- Espera, estuve extrañándote todo este fin de semana largo y te traje un recuerdo –Sostenía un paquete de color violeta entre sus brazos. Jessica era todo lo contrario a Leah, tenía un cabello corto que le llegaba hasta los hombros, de color rubio y unos ojos color avellana muy bellos. Era de las más populares de la escuela y aun así me sentía vacío. Muchos me envidiaban por salir con ella y más de uno trató de invitarla salir pero ella siempre argumentaba que estaba conmigo y que no tenía ojos para nadie más - ¿En qué estás pensando?

- En nada, ¿Qué me estabas diciendo? –Me sentía atado, aprisionado pero no quería lastimar a Jess por ser un idiota. Era una buena chica y se merecía a alguien que realmente la apreciara por cómo era.

- Te decía que entremos a clase que está haciendo mucho frío aquí afuera y sabes que detesto el frío – Miré al cielo y ni siquiera me había percatado de que estaba fresco, amaba el clima nublado, frío, me daba una sensación completa de paz.

- Si vamos.

Entrando al salón no pude evitar desviar mi mirada a Le que se encontraba sentada sola en el fondo, siempre evitaba a la gente al menos a nuestros compañeros, sonreí con la cabeza agachada para que no se percatara de que la estaba espiando y me dirigí a mi asiento. Nunca me sentaba delante de todos, prefería el medio, era mi "zona de confort" donde no estaba ni muy alejado del profesor para tomar nota, ni muy atrás para no ver nada.

Me habían dicho que la profesora Cooper había preguntado por el trabajo, así que después de la clase se lo entregué. Necesitaba esos puntos extras en cada asignatura para tener un buen promedio.

En realidad quería estudiar música en la universidad así que tenía que esforzarme por tener buenas notas para entrar en una buena. Había dejado el equipo de fútbol así que no tenía forma de conseguir una beca de otra manera. Aun así conseguí un empleo en Starbucks que me ayudaba a ahorrar para la universidad. También tenía pensado comprarme un auto. No necesitaba la gran cosa, era para movilizarme cuando me vaya a la universidad y poder venir a visitar a mi familia de vez en cuando.

Por supuesto que mi madre no sabía nada, no porque no lo aceptara, sino que es porque me daría vergüenza decirle que dejé el equipo de fútbol, o mejor dicho que me echaron de él, luego de que compartiera un par de golpes con Trevor. ¿Qué tan bajo se podía caer en esta vida? Eso es algo que siempre me preguntaré, no debía darle importancia o al menos es algo que me repetía siempre.

...

Siempre TUWhere stories live. Discover now