Capítulo 4- La primera semana, el hombre pálido

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Bulma no podía creer que tenía a su bebé en sus brazos, dormía al lado de su cama, en aquella cuna. La peliazul lo miraba, era pequeño, pero sano. Lo acariciaba, su piel era tersa, suave, era como un sueño, la presencia de Trunks removía en ella sentimientos de ternura y amor que jamás creyó experimentar.

Recordaba el momento en que le dio a conocer la noticia del niño al orgulloso príncipe. Fue meramente accidental. Había regresado del ginecólogo, quien le confirmo un embarazo de 7 semanas. Ella lo sospechaba desde hacía dos semanas, no sabía qué hacer ¿un bebé de Vegeta? tendría al hijo de un saiyajin, no era algo planeado, pero no podía negarle la vida.

-Bien…tendré que buscar…como decirle- se sentó de un lado de la cama, medito por un momento- como decirle…es mejor buscarlo y decírselo directamente- se levantó y vio la hora en su reloj de mesa, seguramente continuaría entrenando. Salió de su habitación, se cruzó de brazos mientras caminaba, pensando cuidadosamente las palabras que usaría para decirle a Vegeta que en siete meses más sería padre- directamente…Vegeta, estoy embarazada- lo que Bulma no vio fue que el príncipe estaba justo frente a ella y le escuchó- ambos estaban boquiabiertos incrédulos por lo que sucedía

-¿Qué tu qué?- un sudor frio recorrió al saiyajin- ¿Qué dijiste?- Bulma recuperó de inmediato el aplomó

-Pues…lo que escuchaste, estoy embarazada- el saiyajin tomó una seriedad que ella pocas veces le había visto en privado, le dirigió una mirada de desaprobación-Eres un idiota- gritó mientras Vegeta se marchaba sin dirigirle la palabra.

La evito por semanas y ella no hacia ningún esfuerzo por acercarse a él; pero una noche mientras ella salía del baño él estaba ahí y en un arrebato la tomó entre sus brazos y se entregaron con la pasión que tenían en su primer encuentro; pero al terminar ni siquiera se hablaron, él ya no se quedaba a su lado; solo se usaban por mera satisfacción.

A pesar de todo Bulma sentía un vacio, su relación había evolucionado mucho; pero su orgullo era demasiado como para reconocer que estaba enamorada del caprichoso príncipe. Lo odiaba por desatar en ella esos sentimientos, pensaba en continuar disfrutando de esa relación sin que nada se interpusiera entre ellos; pero este hijo existía por una razón. Después de semanas de meditarlo sabía en parte porque tendría a ese niño y un amanecer, antes de que el príncipe se marchara ella decidió darle las razones, no tenía porque dárselas, no se hablaban desde que él se entero de la noticia.

-Espera- le dijo con voz gentil mientras lo abrazaba, desnudos los dos, él con todas las intenciones de irse de la habitación, pero al sentir el calor del cuerpo de la mujer se detuvo-se que estas molesto, lo entiendo…escucha, se las condiciones en que te conocí, no espero nada de ti...sé que no serás un padre modelo; pero no me importa…quiero tener este bebé porque no me estoy haciendo más joven…no lo busque, pero sucedió…tal vez sea la única oportunidad que tenga de ser madre

-… ¿Eso en que me convierte?- preguntó el saiyajin con desdén- tu raza y la mía no deben mezclarse; pero si tú lo quieres… haz lo que te dé la gana

-Lo hare Vegeta- y dejo caer su cabeza en el hombro del saiyajin-lo que yo quiero es a este hijo tuyo…Era obvio que esto pasaría- dos días después él iba camino al espacio a entrenar o al menos fue lo que él dijo. Bulma tan solo decidió continuar con la experiencia de ese embarazo que marchaba bien hasta aquella amenaza de parto.

Tomó a Trunks entre sus brazos, lo arrullo y comenzó a observarlo con detenimiento

-Tienes su mirada, eres igual a él

A la mañana siguiente los tres estaban de alta, en el auto camino a casa Bulma se sorprendió al ver ahí a "George"

-¿Por qué no me dijeron que paso?- preguntó con un atisbo de indignación

Sucedio en un tiempo alternativo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora