Capítulo _9_

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El tic tac de aquel reloj de pared no paraba, era lo único que se escuchó haba en aquella habitación, las manecillas indicaban las 1:03 de la madrugada. Una pequeña lámpara alumbraba aquel pedazo de colchón en el que reposaba un chico azabache.

Fred veía con atención un libro que tenía en sus manos, los bordes de aquel objeto eran finos, sus hojas emitian un olor a nuevo, aunque estuviera desde hace tiempo en su estante. No sé atrevía a abrirlo ya que sentía que la historia que contenía poco a poco lo terminaría aburriendo, hasta el punto de quedarse dormido

Además tenía muchos pensamientos en la cabeza con respecto a aquel chico albino. Le estaba volviendo loco el estar recordandolo a cada momento. Sus problemas, su pasado, su increíble habilidad para dibujar, las cicatrices que había visto en sus hombros cuando le dio comezón en aquella área, su nuevo corte de cabello. Todo

Le parecía interesante que aún con tantos problemas, tanto en el pasado como en el presente, siguiera viviendo, sin importar lo que sucediera. Se veía en sus ojos sus ganas de continuar con esta injusta vida y con una sonrisa en la cara, con alegría y con fortaleza en su alma para continuar

– Bueno, será mejor que duerma, y dejé de pensar en... Él – Dijo lo último con nerviosismo, no sabía ni porque

Apago la lámpara a que alumbraba su habitación, dejando todo totalmente oscuro, a excepción de que la luz de luna, que se colaba en las cortinas de su ventana. Cerro los ojos, tratando de conciliar el sueño, al principio se le dificulto, ya que el frío de la noche llegaba a su habitación, pero después de algunos minutos se quedó quieto, sumido en un profundo sueño.

– Te odio, ¡Te odio, Fred!

Aquella voz, se le hacía tan familiar

Había mucha gente en aquel sueño, no sabía a donde caminar, se dejaba llevar por aquella gente que cruzaba en su camino. Trataba de caminar hacia donde había escuchado aquella voz, pero había una fuerza que le dificultaba aquello

– ¡Puppet!

¡Vete Fred! ¡Tú sabías lo que iba a a hacerme y no hiciste nada! – El chico albino estaba enfrente de el azabache, el cual trato de tocar su hombro, pero el contrario se alejó unos pasos – ¡Confiaba en ti! ¡Eras como un hermano!

– Puppet, no te entiendo – Trato de tranquilizar a el chico – ¿De qué hablas? 

El chico simplemente le miro, su mirada estaba desesperanzada. Fred sin dudarlo, lo abrazo, nos sabía lo que sucedía, pero no soportaba ver así a Puppet, se sentía mal

– Nunca te traicionara, eres una persona especial – Abrazo con más fuerza a el chico albino – Puppet ¿Qué diablos te pasó?

El ambiente de aquel sitio se volvió oscuro, solo se veía oscuridad.

El cuerpo de Puppet se volvió pesado, cosa que espanto a el oji-carmin. Separó a el albino de el abrazo, para mirarle de cara a cara.

Ahora el albino tenia la bata de hospital algo arrugada, la parte de los hombros estaba descubierta, dejando ver unos cuantos moretones y una marca de dientes en la parte derecha de el cuello. Y unas gotas de un líquido blanquecino, parecido a la leche estaban impregnados en la parte baja de la bata.

Los ojos lilas de aquel chico habían perdido su brillo, y de a poco se veía como la luz de vida se le iba acabando. Fred simplemente no podía con aquella imagen, salieron unas lágrimas escurridizas de sus ojos.

– N-no, no d-de nuevo

Más lágrimas caían, no parecían quererte detenerse. Sintió como una fría mano limpiaba aquel líquido melancólico de los ojos de el azabache

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⏰ Última actualización: Feb 18, 2019 ⏰

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