capítulo 8

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Annie estaba en la puerta de su ya casa, esperando para despedirse de Robert junto a los sirvientes.

- cuidad de ella - pedía el General al mayordomo

- sí señor

Robert se acercó a Annie y la atrajo hacia él - te escribiré - sonrió

- más te vale - le dió un beso rápido en sus labios haciéndolo cerrar sus ojos

- no hagas eso, sino, no me iré - la hizo reír

- entonces tendré que volver ha hacerlo

Robert elevó una ceja - quieres que me quede?

- sería una buena opción, si

Robert hizo mueca - me quedaría, pero...

- lo sé - acarició su reciente barba - no te preocupes. Pero tengo una pregunta

- dime

- puedo... Ya sabes... Ir a casa de los condes Pine a visitarlos?

Robert elevó ahora ambas cejas y se echó a reír - me lo estás preguntando en serio?

Annie lo miró con duda - si

- puedes ir a donde quieras Annabella. Eres mi esposa, no mí prisionera - decía con diversión

- bueno, pero como bien has dicho, soy tu esposa. No sé que quieres que haga o como quieres que me comporte

- quiero que seas tú misma

- de acuerdo

Se miraron unos segundos a los ojos y sintieron esa opresión en el pecho. Por alguna extraña razón, no querían despedirse

- te echaré de menos - la besó - tengo que irme

- lo sé - suspiró - vuelve

- lo haré - besó su frente y se dio la vuelta

Annie lo vió subir al caballo y empezar a cabalgar con elegancia. Soltó el aire comprimido

- tranquila Annie, volverá - le decía la ama de llaves con ternura

- eso espero - miró a todos, sonrió - venga, vamos dentro, tenemos cosas que hacer aun

Todos asintieron y se dispusieron a acatar sus órdenes. Era una buena condesa. No los maltrataba ni les hería con malas palabras, la estaban cogiendo mucho cariño a su señora. Esperaban que el Conde regresara pronto para que ella no decayera en una depresión. Era una mujer dulce y alegre, querían verla así todo el tiempo.

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La semana pasó rápido, y Annie, decidió que iría a ver a los Condes Pine y darles una explicación. Se sentía algin nerviosa al partir.

Unas horas más tarde de ese viernes, se encontraba en frente de la gran mansión Pine. Salió del carruaje y fue a la puerta principal, tocó dos veces y esperó.
Minutos después, Rudolf, abrió la puerta

- Annie! - se sorprendió - volviste!

Annie entró dentro después de que el mayordomo cerrase la puerta. - si Rudolf, pero solo vengo de visita

- visita? - frunció el ceño

- ahm...si - se tensó - y... Y los Condes?

- están en el salón - empezaron a andar - han estado preocupados. Aunque la señorita Madeleine les dijo que necesitabas algo de tiempo para ti... - se detuvo y la miró de arriba a abajo - Annie?

mi General ( TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora