capítulo 5

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Annie estaba peinando a Madeleine para la fiesta en casa de los Johnson, la tenía harta con tanto hablar de Christian. Por una parte, quería contarle lo del General Myers, pero sabía que no era el momento. Primero quería saber si con él, las cosas irían o no en serio. Sobretodo porque aún estaba en Francia y solo se conocían por cartas. Que iba a decirle? Que estaba siendo ' cortejada ' vía carta? Mejor callar y esperar. Una de tantas cosas que le enseñó su difunta madre, era eso, tener paciencia y esperar, y sobretodo, callar cuando era necesario.

- ven conmigo - le pedía por décima vez Madeleine

- ya sabes que no puedo Maddie

- y dale - se giró para mirarla - yo escojo mi acompañante, además... Podrías hacer de carabina, esa sería la escusa perfecta y podrías ver las fiestas como son

- ya sé cómo son. Habéis hecho muchas, recuerdas?

- pero no las has visto como invitada

- tampoco e sido invitada - rodaba los ojos

- que tozuda eres Annabella

Annie soltó una pequeña risita. Cuando la llamaba por el nombre completo, era por estaba casi al borde de la impaciencia. Madeleine no era caracterizada como paciente, solía ser caprichosa, testaruda y bastante maniática. Pero también era dulce y bondadosa, como su madre la condesa Marie.
Annie se sentía afortunada por estar en esa familia.

- no más que tú - contestó después de la risita

Madeleine bufó como caballo y la hizo reír - siempre me haces lo mismo. Quiero que vengas - se cruzó de brazos como niña mimada

- no seas terca. Venga, que ya es hora de que bajes. Ya estás lista

Madeleine se miró al espejo y sonrió - eres la mejor en recogidos

- gracias - levantó la barbilla con orgullo

- entonces ...?

- no iré, venga, vete ya - le dió un pequeño empujoncito hacia la puerta y la acompañó hacia las escaleras. Bajó con ella y allí estaban esperando los condes

- oh cielo, estás preciosa - decía Marie

- tuve una princesa - besó su mejilla el Conde

- no exagereis - se sonrojó Madeleine

Ambos condes miraron de arriba a abajo a Annie - no vienes no? - preguntó sin esperar respuesta la condesa

- ya sabe que no - respondía Annie con una gran sonrisa - venga, se les hará tarde. No pierdan más el tiempo - abrió la puerta de la entrada - pásenlo bien - sonrió más ampliamente

Los tres hicieron mueca y mientras salían, le iban dando un beso en la mejilla

- adiós linda - decía con pesar la condesa

- adiós, pasen buena velada - después de que Rudolf, que estaba en la entrada, cerrase la puerta, la miró con una ceja levantada - que?

- a mí no me engañas niña - la empezó a seguir por el pasillo hasta llegar a la cocina - a ninguno nos engañas

- que ocurre? - preguntaba Beatrix

Rudolf se cruzó de brazos - lo que hablamos Beatrix - le respondió

- oh sí! - miró a Annie

- hablan a mis espaldas? - preguntaba ella también cruzándose de brazos

- recibes muchas cartas - señalaba con su dedo una de las sirvientas - queremos saber de quién

- no es asunto vuestro - intentó irse de la cocina. Pero la ama de llaves, la interceptó

mi General ( TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora