Descansa Princesa

Epílogo.

5 años después.

—…bien, no te preocupes te pasaré a ver…ajá, igual te amo. Nos vemos.

Suspire pesadamente luego de colgar la llamada.

— ¿Tu madre otra vez?—James mi mejor amigo entra por la puerta con una sonrisa burlona.

James había sido un gran apoyo para mí después de la muerte de Sophie, en realidad, nos habíamos apoyado mutuamente. Que tu hermana pequeña se muera es tan difícil de soportar como perder al amor de tu vida.

Si bien al principio me odiaba, por lo que por cierto no lo culpo, con el tiempo fuimos compartiendo más momentos; no digo que haya sido fácil porque vamos, todas las veces que me encontraba por allí terminábamos peleando y golpeándonos. El día que terminamos en el hospital decidí acabar con ese odio que sentíamos, aprecio demasiado mi trasero como para perderlo en una pelea. Así que entre medio de una lluvia de sangre saltando de mi boca sin poder controlarla, pude conversar con él y darme cuenta del gran tipo que es y de lo mucho que estaba sufriendo por la pérdida de su hermana. Con el tiempo formamos una gran amistad y creo que Sophie estaría orgullosa de eso, su hermano no es un hombre de tan buen carácter y mucho menos apacible.

James fue quien me hizo ver que la muerte de Sophie no fue mi culpa, aunque aún siento que si no hubiera besado a esa chica, ella no hubiera salido corriendo de la fiesta y no la hubieran atropellado; pero James me hizo reflexionar diciéndome que si bien no había sido el mejor hombre, yo la amaba y nunca le hubiera deseado un final como el que sufrió, ni siquiera le hubiera deseado un final. Además el accidente le pudo haber pasado a cualquiera, si no era Sophie, hubiera sido cualquier otra familia la que hubiera estado sufriendo, por otro lado, cosas como esas no las puede predecir nadie. A Sophie le toco vivir aquello porque se encontraba en el lugar incorrecto y en el momento inadecuado, y aunque hubiese querido evitarlo, no hubiera podido. Todo esto que estoy diciendo, más bien pensando, costo mucho tiempo, años la verdad para poder llegar a pensar de esta forma, y todo gracias a la ayuda de James.

— ¿Qué comes, qué adivinas?

—Veamos…para empezar que te ha estado llamando todo el día. Esta es la décima…

—Novena.

—Está bien, novena vez que te ha llamado en dos horas para que la pases a saludar. Además no tienes vida social hombre, soy tu único amigo. Antes eras más divertido y sociable…—se calla abruptamente al ver mi cara y darse cuenta que está entrando en terreno delicado.

Tengo que reconocer que de cierta forma tiene razón, antes de la muerte de Sophie era mucho más sociable, más divertido…pero también era más mujeriego, idiota, imbécil, y todos los malos adjetivos que se les ocurran. En cambio ahora soy más maduro, veo la vida con otros ojos, soy un buen amigo y un mejor hombre.

Deje a las malas amistades atrás. Era obvio que no podía seguir siendo amigo de las personas que en parte, causaron el accidente. Sé que no fue culpa de ellos, podría haber dicho que no a la tentación, pero aun así no pude evitar culparlos de la misma forma que lo hice conmigo mismo. Ni siquiera se presentaron al funeral los malditos imbéciles, y eso que se hacía llamar mis amigos, así que solo me aleje de ellos, cambie de número celular y me mude a otro departamento, uno más pequeño, que no me recordará en todo momento lo que habíamos vivido Sophie y yo, juntos en aquel espacio; no servía para curar las heridas y yo necesitaba sanar, o por lo menos recuperar fuerzas. Aunque claro, aún conservo fotos y algunas de sus cosas.

—Mira sé que aún te duele su muerte y a mí también me duele…

— ¿Entonces para qué quieres hacérmelo recordar?—digo ya con un tono enojado.