Pasaron 3 meses desde la última vez que lo vi. Había decidido cortarme el pelo y empezar a fingir una sonrisa mientras sostenía el día. Casi no comía ni dormía. Me la pasaba saliendo de un lado a otro de barra en barra intentando estar sin sus recuerdos.
Torturandome y torturandome con el mismo hueco una y otra vez. Mis amigos me decían que estaba ida y que les preocupaba verme así en ese estado. Estaba bebiendo casi los 7 días de la semana. Me obligaban a comer aunque sea unas horas solamente algo ligero en el estómago. Porque estaba tan débil que ni de pie podía sostenerme.
Esa era yo. Ahora. Fugazmente sin saber a dónde ir o que hacer con mi vida. Los meses siguieron pasando y pasando. Llegó otro año, en altas y bajas. Finalmente había desecho sus fotos, borrado su número nuevo, los contactos en las redes sociales en fin su recuerdo se había ido en ese año junto con el recuerdo del olvido que me deje llevar. Y desperté con otra persona para enfrentar al mundo real.
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El amante debajo de mis bragas
Romance-Eres un monstruo. -Y la mejor parte es... que acabas de decirme que me amas.