Respiró hondo tratando de no perder la cabeza de furia ante el toque atrevido del hombre sentado en la mesa.
— ¿Cuánto cobras, preciosa? —se atrevió a decir el borracho y ella se mordió la lengua para no gritarle en verdad lo que pensaba de su propuesta.
Todo por estar lejos de papá.
—No soy una prostituta señor, si no va a querer nada más de beber me retiro.
Cuando se dio la vuelta su palma se estampó contra su trasero con fuerza ocasionando que ella chillara y cuando se disponía a girarse para estampar su palma contra la mejilla del bastardo sin importarle si la botaban de su trabajo, una voz masculina se coló por sus oídos haciendo que se estremeciera de una manera extraña.
— ¿No te enseñaron a respetar a las mujeres? —gruñó el hombre.
Mariana se giró por fin encontrando que el desconocido recién llegado tenía sujeto al bastardo que la había golpeado por el cuello.
Su aura era mortal al igual que sus ojos, su voz sonó fría, oscura y masculina pero en su rostro no había rastro de frialdad sino de furia, o al menos lo poco que podía ver pues su cabello rubio castaño tapaba gran parte de su cara.
Nunca un hombre había llamado tanto su atención como ese, despertaba en ella una curiosidad insana y unas increibles ganas de ver como terminaba ese pervertido que sujetaba bajo sus manos.
Casi tenía ganas de reír al ver la perplejidad del hombre.
—Yo... —balbuceó el tipo pero el salvador de Mariana a penas le dejó decir esas palabras.
—Tu vas a pedirle perdón a la señorita, a pagar tu cuenta y a irte de aquí antes de que haga lo que realmente quiero hacerte por tocarla.
Enseguida el bastardo asintió y justo en ese momento llegó Sundown al lado de ella con el ceño fruncido.
— ¡¿Qué mierda pasa?! —rugió como un animal sin importarle si los humanos a su alrededor lo notaban.
Tenía el mismo tiempo que Mariana trabajando ahí como bartender solo para cuidarla y no solo por órdenes de su padre sino porque él sentía la necesidad de proteger a Mariana.
—Demasiado tarde, seguridad, el hombre necesita pagar su cuenta y será mejor que lo acompañes o encontrará a otra chica a la cual joder.
El rubio empujó al hombre a Sundown y este gruñó enseguida pero cuando vio la mirada que le dio Mariana lo hizo a regañadientes. Una vez que ambos se fueron ella se acercó al desconocido y se sintió enseguida como solo se sentía con sus amigos, protegida.
—Gracias por salvarme de ese... estúpido, estaba a punto de olvidarme de mi trabajo, soy Mariana por cierto.
Él la miró y le sonrió antes de estrujar su mano con la de él en un apretón, en ese momento un escalofríos la recorrió entera y cuando vio sus ojos supo porqué se sentía de ese modo.
Era él.
Su Dangerous, el chico al que nunca había olvidado y al cual había dañado como a nadie.
Verlo frente a ella le había recordado cuanto lo había echado de menos entonces la vulnerabilidad la golpeó.
Estaba ahí, de pie ante ella pero en sus ojos no quedaba nada de lo que había encontrado antes, en su lugar no había más que rabia y algo más que no su comprender.
—Mariana Gómez, estás mucho más guapa que como te recordaba —murmuró con la voz ronca y los ojos tan fijos en ella que la aludida no pudo evitar jadear.
No había palabras que pudieran expresar la mezcla de sentimientos que estaban experimentando en ese momento.
—Dangerous.Corto pero prometo que el año nuevo voy actualizar más seguido, gracias por leer y por su paciencia.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
PD: Antes teníamos un grupo de whatsapp pero lamentablemente mi móvil se dañó así que no supe más del grupo, si quieren crear uno nuevo dejen sus comentarios aquí con su número y yo lo crearé♥.