Ojos De Fuego

"Amigos"

Capítulo 4

Al llegar a casa se tumbo en el suelo de su habitación a reponer fuerzas de esa carrera sinsentido que el mismo era el culpable, que el mismo había quedado como un estúpido.

Luego de un par de minutos se lamentó no  haber tenido el valor de regresar por la pertenecía que se le escapó de las manos con el susto.

Busco entre sus cosas y resultaba que era su posesión más preciada, aquella donde estaban plasmados sus sentimientos, su alma al descubierto, su propia vida y sentir.

Tendría que regresar al lugar en que lo perdió y eso significaba que podría encontrarse con Elise o con alguna otra persona que vio lo sucedido.

No, es posible que alguien lo haya recogido...- pensó al acordarse de su portada con algunos dibujos que había hecho para darle un poco de atractivo y color, a pesar de no ser un dibujante nato ponía cuerpo y alma en lo que hacía.

Entonces se le vino a la mente que había colocado su información personal por si algún día sucedía lo de esta tarde, suspiro algo aliviado pero con mil pensamientos rondando su cabeza. Los desecho por un momento y decidió dedicarse a hacer su tarea si quería tener tiempo para leer y escribir un poco , pero primero tendría que almorzar lo que su mamá había dejado para el.

Después de comer y terminar los deberes se quedó enfrascado en el nuevo libro de una fantástica saga que le había enviado su padre de su último viaje a España, como era el capitán del enorme  crucero Titans  viajaba mucho y tenía poco tiempo para pasar juntos, tiempo que nunca recuperaría por más anécdotas fantásticas que le contará o libros que le mandará a sabiendas que le gustaba los de fantasía y poesía .

La saga que se titulaba La Biblia de Los Caídos  había ido tomando fama en los últimos meses y su personaje favorito era sin duda El Gris, era como una antihéroe y eso le llamo la atención ,era un hombre que había perdido su alma y necesitaba la de otros para confesarse con cierto santo y que lo  absolviera de sus pecados para no morir, a cambio de proponerles un trato algo peligroso por ayudarles con problemas fuera de lo normal. Las historias  transcurrían  entre vampiros, hombres lobo, magos, centinelas, demonios, Ángeles, brujos, maleantes del bajo mundo, empresarios sin escrúpulos  y runas con grandes poderes a quien las posea.

Después de unas 4 horas ya había leído la mitad del libro cuando de pronto escucho sonar el timbre, aparto con  un lápiz las hojas leídas y bajo a toda prisa  las escaleras pensado en que era su mamá.

Abrió la puerta y no pudo evitar sonreír y hacer el ademán de abrazar a quien pensó era su mamá, pero vaya sorpresa que se llevó al ver la cara de confusión de un chico más alto y mayor que el con pinta de modelo juvenil.

Una estridente carcajada inundó sus oídos por varios segundos, luego de eso se adoptó postura  una relajada y le estrecho la mano.

-Hola Elian - Hablo el desconocido con gesto amable. - Tengo que hablar de algo importante  contigo.
-Ho..o.ola, disculpa...¿nos conocemos?

- Es posible que no- contestó el con toda naturalidad.

-Bu..u..u.eno, ¿que quieres hablar?.

-Antes que nada quería devolverte esto y mi nombre es Ethan Brook .

Y le tendió el cuadernillo de apuntes que iluminó los ojos de Elian.

-Gracias- fue lo único que salío de su boca y tomó lo que era suyo.

-Pues bien, ahora tengo toda tu atención.

- Si claro, soy todo oídos - dijo el con una sonrisa en el rostro.

- E visto que vas a la misma clase que mi noviaElise, necesito que tu la vigiles por mi, que seas su mejor amigo y me cuentes si alguien se propasa con ella. Quiero que seas mis ojos y mis oídos,¿entides, chico ?

Elian no supo que decir y hasta le empezaron a temblar las manos, sólo pudo decir con débil  voz un- Pero eso no está bien...

Lo suficiente como para que Ethan lo escuchara y lo sujetara por los hombros con fuerza.

- Escuchame bien amigo, vas a ser mis ojos y mis oídos sino quieres terminar empotrado como estampilla en la pared, así que déjame de mirarme con esos extraños ojos y has lo que te digo.

Ethan empujó a Elian dentro de su casa, cerrandole de paso la puerta en la cara , giro sobre sus talones y regreso por donde había venido.