"¿Ya casi llegamos?" preguntó la pequeña Yumeko por millonésima vez.
Habían pasado ya seis años desde que había nacido nuestra hija, era la niña más enérgica, inteligente y cariñosa del mundo; Jeongyeon y yo nos sentíamos orgullosos de nuestra pequeña.
"Aún no" respondí.
"¿Cuánto falta?" preguntó Yumeko; podía escuchar el cansancio en su voz.
"Un Avengers Infinity War" respondió Jeongyeon.
Yumeko asintió como si hubiera entendido a la perfección.
Semanas atrás recibimos una llamada de Nayeon; nos invitaba cordialmente a pasar la Navidad en una casa que tenía cerca de unas montañas.
"¡Queremos ver cuánto ha crecido tu hija!" gritó Nayeon al teléfono.
"No es necesario gritar, Nayeon" dije.
"Lo siento, me emocioné" se disculpó ella.
"No hay problema" dije "Entonces... 24 de diciembre en la dirección que me diste"
"Así es" respondió Nayeon "¡Aquí los esperamos!"
Por fin el día había llegado y nos habíamos puesto en marcha desde la mañana. Conforme subíamos, la temperatura iba bajando al grado de tener que utilizar abrigos encima de los suéteres navideños que llevábamos.
"Fue mala idea hacerle caso a Nayeon y ponerme el vestido que me mandó" comentó Jeongyeon.
El vestido que le había mandado Nayeon era un poco corto; por fortuna Jeongyeon se puso un par de medias negras y unas botas largas para que el frío no le diera en las piernas. El vestido que Nayeon le regaló era color negro con puntos rojos y unos decorados en forma de corazón y estrella para los botones.
"Te pusiste las medias, entonces no creo que haya tanto problema" comenté.
"Espero lo mismo" dijo Jeongyeon "Si no tendré que decapitar a Nayeon"
Finalmente llegamos a la dirección que Nayeon nos había dado. Debo decir que la vista de la casa fue grata para los tres: la casa se veía espaciosa y parecía ser acogedora, la chimenea que sobresalía del techo sacaba una pequeña nube de humo grisáceo, lo que significaba que había una fogata encendida (o algo se estaba quemando).
Estacionamos el auto a un lado de la casa y bajamos; Yumeko bajó de un salto y se estiró para quitarse la pereza del cuerpo.
"¿Qué opinas, cariño?" preguntó Jeongyeon.
"¡Hay nieve!" gritó Yumeko con una gran sonrisa mientras agarraba la nieve con sus manos.
"¡Ponte los guantes!" gritó Jeongyeon al ver a su hija hacer una bola de nieve con sus manos desnudas.
"¡Papi!" gritó Yumeko. No me dio tiempo de ponerme a la defensiva ya que la bola de nieve se estrelló en mi frente.
"¡Me las vas a pagar!" grité y comencé a hacer una bola de nieve para devolver el ataque; Yumeko comenzó a correr alrededor del auto para evitar ser golpeada con la bola de nieve.
"Qué infantiles son" dijo Jeongyeon; a pesar de su comentario yo sabía que se divertía viendo a su esposo y a su hija divirtiéndose.
"La nieve es divertida, mami" dijo Yumeko.
"Eso lo sé" dijo Jeongyeon "Por eso tengo preparado un ¡ataque sorpresa!"
Arrojó una bola de nieve a Yumeko y una a mí para luego hacer un par más y seguir con la masacre.
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Polos Opuestos (Jeongyeon Y Tú)
FanfictionAl principio se odiaban, al punto de quererse matar, sin embargo al pasar el tiempo se dieron cuenta que los polos opuestos de verdad se atraen Ellos pensaban que fue un malentendido, pero fue el mejor malentendido de su vida COLABORACION CON BERTO...