Capítulo 1
Maestro y Discípulo
Sonido de espadas chocando, el silbar del viento a su paso. Una arena de entrenamiento donde hay mujeres Gerudo y guerreros Yiga observando. En la arena, Ganondorf empuñando una espada de aspecto muy pesado, la cual su punta terminaba en media luna. Color cobrizo, runas doradas grabadas. Su oponente, un joven de espaldas anchas, el ahora ya crecido Link, con 17 años. Una armadura muy parecida a la de Ganondorf, portando una capa roja, y una máscara que solo le cubría nariz y boca, con el símbolo de los Yiga grabado en ella. Dejando al descubierto sus largas orejas de elfo hyliano. Sus ojos se habían afilado aún más que cuando niño. Llevaba una gran espada larga, de igual aspecto cobrizo, conocido como "mandoble de la serenidad".
Ambos luchadores sujetaron sus espadas con firmeza, sin embargo fue Link quien como rayo arremetió con su espada al frente, y Ganondorf con una sonrisa ni se impresionó. Recibió el ataque del joven, y ambas espadas destellaban chispas al chocar. Ganondorf tomó su espada con ambas manos, y con un grito que se asemejaba a un rugido mandó un tajo horizontal que es detenido por la espada de Link, sin embargo el golpe es tan fuerte que manda al joven volando hasta una pared de la arena. Sin embargo él se detiene con ambos pies, luego se impulsa para salir despedido incluso más veloz que antes. Ganondorf lo recibe, pero Link quien aún no tocaba el suelo, con una voltereta se posa detrás de su maestro, quien se gira arqueándose con su espada para dejarla caer con toda su fuerza. La espada se detuvo a milímetros de la cara de Link. Pues a su vez, a milímetros del cuello de Ganondorf, la espada del joven apuntaba directo a su yugular. Hubo aplausos de parte de todos los testigos, ambos combatientes se separan, posan sus espadas en el suelo y se hacen la reverencia del guerrero.
—Cuando te encontré, eras débil porque no conocías tu fuerza, pero yo vi la fortaleza de tu espíritu a través de tus ojos, escondido en tu ser esperando a salir.
En la mente de Link, todo volvió al pasado 8 años atrás. Tras ser capturado o rescatado por la gente de Ganondorf, fue llevado a caballo a una fortaleza ligeramente alejada de la ciudadela de Gerudo. Ahí los hombres lo atendieron, comenzando a cortarle su largo cabello por uno más acorde a su género. Desgarraron sus ropas viejas, y le dieron un baño puesto que apestaba terriblemente. Trataron sus heridas y llagas causadas por el sol ardiente. Después le dieron de comer, nada más allá de una manzana, una pieza de pan, y agua fresca para saciarse.
— ¿Qu...¿Qué va a pasar ahora? —Preguntó con titubeos en su voz, al hombre enmascarado que fue a llevarlo a lo que sería su habitación. Una recamara sencilla, sin adornos, solo una cama, que a su vez, le causó mucha ilusión al pequeño.
—Lo desconozco niño, no tengo la menor idea de que vio el maestro en ti.
—Disculpa, había escuchado que ustedes los del Clan Yiga eran bandidos, asesinos y demás... ¿Cómo es que lo sirven? —El tipo se sentó junto al pequeño Link, se quitó la máscara demostrando su rostro más humano.
—Fue hace años... Los Yiga alguna vez fuimos Sheikahs, que nos separamos por ideologías diferentes durante siglos. Nos estacionamos aquí, siguiendo nuestros propios dogmas, hasta que el Rey de Hyrule ordenó que nos dieran caza. Lord Ganondorf Dramgire comandó dicho operativo, y nada pudimos hacer ante su abrumadora fuerza y su don con la espada. Cuando nos sometió nos dio un ultimátum: "mueran ahora, o sírvanme a mí y a un nuevo propósito, ajeno a los dogmas que alguna vez rechazaron".
— ¿Y qué pasó? —Preguntó Link embobado en la historia.
—Muchos de los nuestros se negaron y fueron ejecutados en el acto, otros aquí estamos. El Rey le permitió conservarnos si el maestro se hacía responsable de nuestras transgresiones. Él como rey de los Gerudo que solo nace una vez cada cierto tiempo, solo contaba con la fuerza de las mujeres Gerudo, y quería una fuerza de elite especial. Nos dio una nueva vida y un propósito. —El Yiga hace una pausa mirando al cielo tras la ventana de Link. —El maestro es alguien increíble, aterrador cuando se lo propone, y también nos inspira... Ten eso en cuenta pequeño, considera que lo que te espera no será agradable... pero si lo sobrevives, la recompensa hará valer la pena el sufrimiento.
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La Leyenda de Zelda: El deber entre un Héroe y un Rey.
FantasyLa leyenda de Zelda, su fiel caballero Link, y su gran enemigo Ganondorf. Hay muchas historias que giran entorno a ellos, hoy comienza una nueva.