Raising Love {Ryan & Charlotte}

Parte IV

— ¿Saldrás de la habitación? —preguntó Ryan detrás de mi y negué con una sonrisa picara.

— ¿Para que salir? La vista aquí es impresionante—sonreí recorriendo su desnudez y este alzó una ceja. No mentía al decir que la vista era impresionante; desde el balcón podía ver el océano, el muelle, el bosque y apreciar el amanecer y el atardecer. Además del cuerpo de mi chico. Sin duda alguna la mejor vista; aunque lo que la hacia impresionante era la casa de playa. ¡Era preciosa! Era grande, privada, decorada de forma rustica y tenia piscina, cancha de baloncesto y un mini cine. Llevábamos varios días aquí y honestamente no quería irme. Si por mi fuera me quedaría aquí para siempre junto a Ryan.

—Lo seria aun mas si te desnudaras para mi—bufó a mi lado y reí negando mientras veía el mar. Apenas eran las cuatro de la tarde, pero el sol aun no se había puesto y hacia que el océano se viera brilloso. ¡Una maravilla!

—Si lo hago no me llevaras a la cascada como te pedí—dije y este rodó los ojos acercándose al borde del balcón. Tenia que dar gracias a Dios que la casa de playa era privada. No se veían casas alrededor y por lo que descubrí el pueblo quedaba a quince minutos de aquí. Así que la propiedad era completamente de los chicos y apartada; algo bueno porque los chicos, sobre todo Ryan amaba pasearse desnudo por los balcones y la piscina.

—Eres una aburrida, podría metértelo un ratito y luego ir—murmuró y le tiré el cojín. ¡Era un asqueroso! ¿Por qué tenia que hablar así? ¡Era vergonzoso! — ¿Qué? Es verdad; podría follarte y aun así te llevaría a la cascada—bufó y negué molesta.

—No seas idiota, nos hemos pasado todo estos días en la habitación—bufé y este sonrió pícaramente acostándose al lado mío en la silla requinable. —Solo me has dejado salir a la playa y porque vas a meterme mano—me quejé y este rio entre dientes besando mi cuello.

—No olvides la piscina, la cocina, el jardín, el muelle...—murmuró y negué acariciándole la espalda con las uñas. Sabia que eso le gustaba porque lo excitaba mucho; igual cuando él rozaba su nariz en mi cuello oliéndome. Me hacia cosquillas, pero sobre todo me excitaba. —Te he follado en todos lados nena y esta noche será en la cascada—gimió besando el principio de mis pechos por encima de la tela.

— ¿Cómo esta Wendy? —pregunté y este me miró. Había sido un poco traumante haber despertado con los gritos de los chicos al encontrar a Wendy flotando en la piscina. Jamás había visto a alguien tan pálida, ida y débil como a Wendy cuando ___ logró salvarla. Sabíamos que después de lo que pasó en el bote entre Wendy y ___ las cosas entre ella y Derek habían quedado mal, pero jamás imaginé que fuera a suicidarse. ___ había dicho que estaba drogada, mas se había tomado antidepresivos y había bebido. Había sido un milagro que se haya salvado.

—Mejor, esta descansando—contestó y asentí. Esperaba que se recuperara pronto y todo se arreglara con Derek. —Jamás pensé que llegaría tan lejos—negó con una mueca y asentí. Estoy segura de que nadie pensó que Wendy haría algo así. —Derek esta mal, cree que fue su culpa y se arrepiente de haberla dejado pero la perra se lo buscó—bufó y fruncí el ceño. ¿Que había dicho?

— ¿Qué? —dije molesta y Ryan me miró. — ¿Estas diciendo que ella se lo buscó? pudo haber muerto—dije y este rodó los ojos.

—Su intención fue asustar a Derek, hacer que este se sienta culpable por haber cortado la relación, ella misma lo dijo—bufó y negué. Esa no era excusa para echarle la culpa a ella; pudo haber muerto. ¡Muerto! —Además, ella le ha sido infiel muchas veces, ya era hora que el cabrón de Derek la dejara—se encogí de hombros y negué. Aun así, no se me hacia justo que todos los chicos trataran mal a Wendy luego de lo que pasó. —No hablemos de eso, mejor...—se calló acariciando mis pechos y gemí al sentir como pellizcaba mi pezón marcado bajo la tela del traje de baño. Vale, era cierto que este traje de baño apenas cubría algo, pero no le daba derecho a mirarme así tampoco a tentarme. sentía que en cualquier momento me comería; literalmente. Sus ojos estaban oscuros de deseo, sonreía pícaramente y podía ver su erección perfectamente.