Persiguiendote entre Sombras

Capitulo 1

Estoy lavando en la galería de mi casa mirando el cielo despejado con algunas nubes blancas, la vista era tan hermosa que desee poder tener alas y volar lejos hasta la orilla del mar o algún riachuelo rodeado de árboles. El sonido estruendoso de un motor de carro me arrebato de mis delirios y fantasías, para mi pesar era imposible identificar el culpable del delito ya que sus cristales estaban polarizados.

Mis sentidos estaban alertas, un poco consternada por la presencia de aquel vehículo extraño, pero al percatarme de que no representaba peligro di rienda suelta a mi imaginación una vez más, imaginé que en aquella carroza negra se encontrara mi príncipe azul, aquel que me sacara de mi horrible vida.

Y así fue como continúe lavando, mientras soñaba despierta.

...

Varios días pasaron cuando me percaté que otro vehículo con las mismas fachas misteriosas volvía asomarse por las localidades, no pude evitar sonreír al pensar en todas mis fantasías y sueños. Al mismo tiempo sentí vergüenza por lo fea y mal arreglada que estaba "Ninguna hada madrina de cuento de hadas podría ayudarme con estas fachas" pensé.

Mi curiosidad y expectativas empezaron a crecer durante la semana al ver que el apartamento del lado, que hasta el momento se encontraba vacío, empezaban a salir ruidos extraños y con ellos varios sujetos con herramientas colgándoles de los cinturones. Al parecer lo estaban condicionando para los nuevos inquilinos.

Mi rutina continuo normal como todas las semanas y una vez más al llegar el sábado me dispuse a lavar la ropa sucia. Saqué el cesto de la ropa para dedicarme a mi tarea cuando le vi en el pasillo. Quedé frenada sin saber dónde meterme "Yo y mi manía de estar mal vestida y desgreñada" pensé.

Se acercó a mi caminando despacio, pude apreciar su postura erguida y aire de superioridad.

- Saludos ¿No sería muy presuntuoso de mi parte suponer que usted es mi vecina? –

Me quede como una boba embelesada "¿qué hace él viviendo en este barrio? ¿Justo al lado de mi casa? ¡Di algo!" pensé. Desafortunadamente mis neuronas decidieron tomarse unas cortas vacaciones y respondí con una risilla histérica de colegiala.

Se acercó aún más y ofreciendo su mano dijo.

- Puedes llamarme Alex, es un placer conocerte... ¿eh...? –

Por fin pude salir del trance para responder.

- ¡ALIS! - *Ejem* - Mi nombre es Alis –

El simplemente asintió.

Empezamos a mirarnos fijamente, yo perdida en sus ojos café, el apreciando la costura de mis pestañas.

- Me mudare mañana y si no es mucho atrevimiento me preguntaba si podrías ayudarme a organizar mientras estoy en el trabajo –

En un instante todo hizo clic. Este no era mi cuento de hadas, él solo me quería como ayudante para los recados.

- ¿Yo? Pero... -

Trate de protestar.

-Sí, sé que no nos conocemos y esto podría sonar algo creído, pero me da la impresión que usted tiene el perfil adecuado para la tarea –

Parpadee un par de veces tratando de digerir el insulto educado que me estaban dando.

- ¿Perfil adecuado? –

- ¡Claro! Necesito a alguien que conozca de tareas del hogar y usted parece alguien bastante familiarizada con ello –

Miré hacia abajo mientras él me escaneaba con la mirada, me maldije una vez más por andar tan desarreglada. Aun así, no iba a permitir que pisotearan mi orgullo de esta manera.