Antología: Historias de aumento de peso masculino

#14: PIG (parte 2)

Notas: Continuación directa del capítulo "La noche del impacto"

Las imágenes usadas las hice usando IA Bing image generator.

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Perspectiva de Jeovanny.

Me levanté esta mañana y fui al baño a ocuparme de mis necesidades, cuando me mire al espejo un chico gordo con una gran panza redondeada y una pronunciada papada me regreso la mirada.

Definitivamente delgado ya no es un adjetivo para mí - pensé - ni para ningúno de los otros miembros del curso.

Incluso el peso extra ya esta volviendo más lento mi proceso para ir al baño, todo estaba dando frutos.

Fui a despertar a los demás muchachos, a cada uno lo desperté con un suave movimiento de vientre, lo cual hacia la grasa de todo su cuerpos vibrar. Era mi forma favorita de despertarlos.

Intenté ponerme uno de los conjuntos que traje conmigo pero por más que intentaba los botones no cerraban...
y el problema obviamente se trataba de mi gran grasa, mis muslos eran demasiado grandes ahora y con dificultad subí mi pantalón hasta mi próximo objetivo: mi trasero, que ahora era monumental, tarde alrededor de 10 minutos en ponérmelo y simplemente no lograba cerrar mi botón, intenté de toda posición posible, pero el botón se negaba a cerrarse.

-Ven, déjame ayudarte -Dijo el nuevo Edward. Un obeso Edward.
Me acerqué con algo de vergüenza. Él comenzó a batallar para cerrar mi botón mientras yo sostenía mi estómago para intentar que mi gordura no le estorbara. Me ponía rojo por las cercanía de sus manos a mí cuerpo.
Después de un rato Edward lo logró
- Listo ¿Ahora tú me ayudas?

En ese momento sentí un infierno en mis mejillas.
Al salir, nuestras camisas mostraban pedazos de piel debido a que se veía que ibamos a dar un botonaso en cualquier momento, y así sucedió con los demás muchachos.

Nos dirigimos a las clases con nuestra ropa que ya estaban apunto de reventar.
Primera clase del día: liberación de gases.

Nos abrimos paso entre el pasillo que ahora es básicamente un río de tipos gordos.
Llegamos al salón, todos los alumnos son bastante gordos pero definitivamente mis amigos y yo estamos entre los más gordos del grupo, los diarios asaltos a la cocina durante la noche han dejado visibles frutos. Al sentarnos, las sillas se quejaron bajo nuestro peso.
El maestro Alan entro al aula, él estaba cumpliendo lo que nos dijo el primer día: También está tomando el curso. Mi maestro ha engordado tanto que es difícil identificarlo,  cuando llego aquí era un tipo incluso algo musculoso, ahora aquel músculo ha sido reemplazado por capas y capas de grasa, tiene una barriga enorme, suave con dos grandes pechos como cocos descansando sobre ella. Al igual que nosotros, su ropa está el borde de estallar.

La clase comenzó, el aula se llenó de una sinfonía de eructos, todo el grupo ya era un experto en ellos, aprendí a eructar el abecedario y frases completas con facilidad.

- Ok gorditos - nos dice el maestro - liberación de gases No es únicamente eructos - el hombre inclinó su cuerpo hacia un lado y liberó un sonoro pedo que resonó por el aula. Todos reímos. - quiero escuchar esos pedos, tengo que asegurarme de que practicaron.

En la siguiente clase, gastronomía ganadora, realizamos un licuado que contenía la cantidad de calorías que uno come en una charola de buffet y además potencia el apetito.

- ESTO ES INCREÍBLE - me dijo Dan, sin poder resistirse a darle un trago.
Sonreí y estuve de acuerdo.

La bebimos justo antes de salir al almuerzo, donde comimos nuestro nuevo "normal": 4 charolas con comida a rebosar. Sin embargo nuestro estómagos seguía rugiendo, pedía más.