“Ianto” “Por favor no...” “¡Ianto!”
La voz de Jack rebotó en la oscuridad como un último eco de su vida, un último recuerdo, la última voz que oiría nunca, dejando tras de sí un silencio espectral que nada podría romper.
Abrió los ojos para encontrar únicamente oscuridad, la más densa y aterradora que pudiera imaginar, envolviéndole, atrapándole, aislándole para siempre del mundo. Respiró hondo aun sabiendo que ya no podía hacerlo, era como tragar agua, le quemaba y ahogaba al intentarlo, todo había terminado. Sintió una punzada en el corazón al entender esto, estaba muerto, nunca volvería a ver la luz del sol o sentir las gotas de lluvia mojarle el pelo... Jack, nunca volvería a estar con él, a besarle, a sentir sus dedos recorriendo su espalda, ni sus labios siguiendo el camino de su cuello, acelerándole el pulso, nunca más vería sus brillantes ojos azules mirándole como si fuera lo único que importara en el mundo...
Se sentó observando las sombras, pensando en ello, o quizás estaba de pie, no lo sabía, no había arriba ni abajo, ni izquierda y derecha, solo oscuridad llenándolo todo. Recuerdos felices aparecieron ante él, cenas a la luz de la luna, largas noches de papeleo en Torchwood que siempre acababan de la misma forma, risas y conversaciones estúpidas entre beso y beso a la orilla del agua, cientos de “te quiero” nunca dichos que ambos entendían, tranquilas noches en su casa, viendo películas antiguas y oyendo historias del pasado de Jack, mañanas con olor a café recién hecho y besos en ropa interior en la cocina... Sonrió con los ojos llorosos, quizá él solo había sido uno más en la larga lista de Jack, pero para Ianto él lo había sido todo. Es cierto que antes había tenido a Lisa, pero no era lo mismo, con ella todo era tranquilo y aburrido, nunca había sentido como se le encogía el estomago al mirarla, todo lo contrario que Jack, con él cada día había sido una aventura llena de peligros y problemas; y la sensación que tenía cada vez que sus miradas se cruzaban... nunca podría sentir eso por nadie más, ni aunque hubiera vivido mil años.
El sonido de unos motores y una voz susurrando palabras incomprensibles resonaron a través de la oscuridad, sacándole bruscamente de sus recuerdos. No podía decir cuanto tiempo llevaba ahí, ¿10 segundos? ¿2 horas? ¿15 días? ¿6 meses? ¿30 años? ¿toda la eternidad? El tiempo no pasaba, o al menos, él no podía notarlo. Era como si flotara en medio de un mar invisible, con olas de tormenta arropándole, haciéndole creerse protegido, mientras le arrastraban cada vez más hacia una oscuridad impenetrable de la que nadie escapaba.
¿Esto era estar muerto? ¿quedarse atrapado para siempre en medio de ninguna parte, sabiendo que nunca volverás a ver a aquellos que amabas?, ¿recordar aquello que nunca más tendrás y sintiendo en cada célula de tu cuerpo que ya no existes? Era como estar vacío en medio de una habitación vacía, en una casa vacía, en una ciudad vacía, en un mundo vacío, rodeado de vacío hasta donde pudiera imaginarse.
La extraña voz volvió a hablar, esta vez desde más cerca. Parecía un sueño, palabras susurradas a través de la niebla, acercándose a él, despertándole lentamente de una vida inexistente. ¿Qué pasaba? ¿no era ese el trato? Soledad durante toda la eternidad, entonces, ¿qué era aquello? Un ruido, extraño y a la vez conocido, como un recuerdo demasiado viejo como para poder entenderlo, pero que aun así luchaba por salir a la luz.
Se le tensaron los músculos al reconocerlo y un tremendo dolor le invadió el alma, desgarrando la oscuridad que le envolvía, haciéndola pedazos como a un brillante espejo, arrancándole de los hilos que le ataban y sujetaban. Trayéndole de vuelta...
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Gracias por leerlo! Bueno, este es mi nuevo fanfic de Torchwood/Doctor Who espero que os guste y comentéis :) En cuanto pueda colgaré el próximo capítulo.