¿Recuerdas ese accidente? (Rubelangel)

¿Recuerdas...?

¿Recuerdas...?

Pov: 3ª persona.

Rubén y Miguel se encontraban tendidos sobre el pasto, luego de haber estado jugando durante horas, resfrescándose con la suave brisa del viento.

Todavía eran unos niños de diez años, y aunque no sabía casi nada de la vida -principalmente de sus sentimientos- para ellos, se tenían un gran cariño -y aunque ellos no lo supiesen, estaba muy lejos del sentimiento de amistad-.

-Oye, Mangel- Lo llamó Rubén mientras observaba directamente aquel pequeño arroyo que estaban frente a ellos.

-¿Si?- Contestó el pelinegro sin abrir los ojos.

El mayor dudó si debía seguir con lo que quería decir, pero es que quería preguntarle aquello. Ya que aunque habían pasado varios meses desde aquel 'incidente', Rubén no podía quitárselo de la cabeza.

-¿Recuerdas cuando... estuvimos a punto de besarnos por accidente?- Le pregunta fue rápida y directamente. Sus mejillas habían empezado a arder, y le daban un gracioso color rojizo. Cada vez que pensaba en ello, las manos le sudaban, el pecho le latía fuerte y rápidamente, sus nervios aumentaban y su estómago hacía cosas extrañas.

Mas el otro no contestó, solo se giró y miró a su mejor amigo algo extrañado. ¿A qué venía ahora eso?.

Hubo unos minutos de silencio, pero el mayor no estaba dispuesto a quedarse sin respuesta.

-Te hice una pregunta- El tono salió un poco borde, pero es que él estaba nervioso y Mangel no contestaba.

-Te escuché- Contestó el pelinegro secamente.

-¡Entonces, contéstame. Quiero saber..- El otro muchacho lo interrumpió antes de que pudiera continuar hablando.

-Si, recuerdo aquel extraño y horrible accidente. Que por cierto, fue culpa de tu torpeza, idiota.

Pero el mayor no se concentró en el insulto que su mejor amigo le había ofrecido, si no en la palabra horrible y extraño. ¿Eso sentía él?. Por alguna extraña razón que no llegaba a comprender, el Noruego se sintió herido.

Entonces, Miguel notó que quizás lo que dijo no fue correcto, que no había estado del todo bien, ya que su mejor amigo se quedó callado, mirándo seriamente a la nada, ya que su vista no estaba fija en nada. ¿Tan mal había estado lo que había dicho?. Es verdad que él no pensaba eso realmente, pero al ser un pequeño chico de doce años estaba asustado.

-Rubén...- Le llamó de una forma cálida. ¿Y si le decía lo que de verdad pensaba de ese casi beso?. ¿Tan mal estaría?. Lo miró fijamente, mientras el otro seguía divagando en sus pensamientos.

El pelinegro se puso recto, hasta así poder estar de pie, seguidamente, le tendió una mano a su mejor amigo, quién lo miró dudoso.