Cambio de roles

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Durante todo el fin de semana se la había pasado despierto pensando en lo que había sucedido los últimos días, recabando en su cabeza, intentando encontrar una debilidad que le permitiese vencer a Deku, o una apertura para descubrir qué había sucedido, pero había sido en vano.

Lo único que se le había ocurrido era que debía seguirlo después de clase para ver si hacía algo fuera de lo normal, qué tipo de "entrenamiento" hacía, cualquier cosa, pero eso tampoco parecía posible. Ni siquiera había podido acercarse a él lo suficiente como para hablarle.

Siempre estaba rodeado de gente, además...

Los fríos ojos de Deku se cruzaron por su mente y un escalofrío recorrió su espina.

Luego de su última pelea, las cosas habían cambiado. De un día para otro, todo cambió. Las personas en el colegio ya no le tenían miedo, de hecho, una parte de los estudiantes lo ignoraba y otra intentaba meterse con él haciendo comentarios que deberían molestarlo, sin éxito, pero aun así era tedioso; además los chicos que se la pasaban siempre detrás de él, ahora seguían a Deku.

El chico de cabellos verdes se había construido una nueva reputación luego de haberle ganado a Bakugo frente a todos.

Ahora poco o nada importaba que no tuviese un quirk. Después de todo era más fuerte que cualquiera en ese instituto y estaba dispuesto a demostrarlo.

Era como si se hubiese creado una especie de jerarquía invisible y él se encontraba al final, mientras Deku se hallaba en la cima.

El mundo parecía estar de cabeza, Bakugo se frotó los ojos con una mano, estaban algo hinchados y tenía ojeras muy marcadas; tenía tanto en la cabeza que sentía que en cualquier momento explotaría; no sabía cómo había sido capaz de pasar los últimos días, y ahora que uno nuevo comenzaba, no sabía cómo afrontarlo.

Entró al salón, intentando apartar sus pensamientos del que sería un nuevo día de mierda. Deku se encontraba conversando animadamente con dos chicos en su asiento y sorprendentemente nadie prestaba atención al recién llegado, la usual habladuría acerca de sus peleas perdidas contra su compañero se había terminado, cosa que el rubio agradeció. Se recostó en su banca e intentó quedarse tranquilo, pero no lo consiguió, su corazón latía con fuerza y él se movía demasiado en el asiento, a la final se ubicó recostado en una posición que le permitía ver con el rabillo del ojo lo que su amigo de la infancia hacía.

Por un momento se quedó embobado viendo su sonrisa, algo andaba mal con ella, no era ni la mitad de hermosa de lo que había sido antes. Y lo peor, no iba dirigida a él. Sacudió su cabeza como pudo, se negaba a tener ese tipo de pensamientos, pero, aun así, no podía dejar de mirarla. "¡Demonios!" dijo para sí mismo y cerró los ojos.

Estaba tan enfocado en eso que no escuchó el sonido de la campana, ni al profesor entrando y cerrando la puerta detrás de sí.

— ¡Joven Bakugo!, ¿Quiere hacer el favor de atender la clase?

El rubio se sobresaltó, era la primera vez en su vida que eso le sucedía, jamás lo regañaban en clase. Se giró despacio y, mientras lo hacía, podía jurar que la mirada de Deku se cruzó con la suya y que, por un breve instante, en su rostro se había dibujado una sonrisa burlona.

Bakugo odiaba que lo regañasen, le gustaba hacer todo bien siempre, eso Deku lo sabía perfectamente.

Pasaron las horas y el cansancio se iba apoderando de su cuerpo, claro, no conseguía dormir en casa pero... ¿en clase sí? No iba a permitirlo.

Apoyó la cabeza en una de sus manos, con el codo sobre la banca, e intentó escribir con la otra, no estaba prestando nada de atención, ya luego revisaría de qué iban los apuntes. Pero de un momento a otro, sin darse cuenta, el brazo que sostenía su cabeza cedió, causando que la misma se estrellase contra la banca haciendo un estrepitoso ruido.

El salón quedó en silencio. El dolor del golpe hizo que se frotase la frente, maldiciendo su suerte por lo bajo.

— ¿Se encuentra bien, joven Bakugo? — la voz del profesor lo hizo volver en sí.

—Estoy bien... — Fue lo único que dijo, el rubio se levantó despacio apoyando las piernas con fuerza en el suelo y, luego de disculparse y recibir autorización, fue hacia la enfermería.

Iba apoyándose en las paredes para no caerse, se sentía cansado, mareado y afiebrado.

Se acostó en una de las camillas y cerró los ojos de nuevo, se sentía un maldito irresponsable, siempre había dormido lo suficiente para tener un máximo rendimiento.

Una vez más cerró los ojos, no tenía la fuerza para mantenerlos abiertos, una serie de imágenes comenzaron a llenar sus pensamientos, pero no podía distinguir claramente nada de lo que veía, no sabía si eran recuerdos o solo cosas que imaginaba.

Aun así, a pesar de todos los pensamientos intrusivos, se quedó dormido.

En sus sueños pudo ver a Deku, ambos estaban rodeados de un hermoso paisaje montañoso, se sentía tan real, una fresca brisa acariciaba su mejilla, una hermosa sonrisa adornaba el rostro de su amigo... Lo observó fijamente, él estaba sonriendo y diciéndole lo increíble que era y lo mucho que lo admiraba, esto consiguió dibujar una sonrisa en su rostro dormido, una que obviamente no notó.

Se despertó de un sobresalto, tenía una horrible sensación de que alguien había estado parado junto a él, observándolo mientras dormía. Pero también se sintió extrañamente descansado.

Pensó que probablemente la encargada del lugar se habría cruzado a ver cómo se encontraba un par de veces, así que decidió no darle importancia.

Cuando estuvo un poco más consciente recordó que debía volver a clase, sacó su celular y vio la hora, ya era casi medio día, el descanso estaba por acabar.

Tomó su chaqueta y caminó lo más rápido que pudo, rezaba porque todavía hubiese algo escrito en la pizarra, aunque sabía que la limpiaban al final de cada clase, pero necesitaba las notas y estaba seguro de que nadie se las dejaría, y aunque lo hicieran de seguro todas eran una mierda comparadas a las que él solía tomar.

Entró al salón, el cual estaba vacío, ni siquiera los estudiantes que solían comer ahí con frecuencia estaban presentes.

Agarró su mochila y la puso sobre la banca, sacó su cuaderno de matemáticas y algunos lapiceros y la colocó de nuevo en su lugar.

Pero cuando lo abrió, sudor frío comenzó a deslizarse por su espalda.

El cuaderno estaba arruinado, no era algo sencillo de arreglar como el agua a la que Deku había expuesto su material escolar días atrás, era la primera vez que sus compañeros llegaban así de lejos. Mensajes de odio estaban escritos por todos lados. 

Uno en particular llamó su atención.

—Necesitarás ayuda, Kacchan.

—¡Maldito Deku! —Bakugo arrojó su cuaderno contra el suelo, se dejó caer en la banca y llevó las manos a su rostro.

Se escucharon pasos acercándose seguidos por el sonido de la puerta abriéndose. Una mano se posó en su hombro.

Las siguientes semanas la situación empeoró.

Definitivamente Deku no había bromeado cuando dijo que se las pagaría.

Aquí la autora~~

Me emputé con mis compañeros de grupo y eso inspiró esta actualización(? está re-corta y culera pero nomas porque me cuesta descifrar mi letra en el cuaderno de fics que encontré recién xDD

Bueno a Bakugod le han de valer v*rga los mensajes de odio de los extras(?, pero wn le arruinaron por completo los apuntes.

Cuídense banda, ya saben, la pandemia sigue, si pueden no salgan.

Hasta otra <3


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⏰ Última actualización: Apr 07, 2021 ⏰

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Tú no puedes ser Deku -KatsuDekuKatsu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora