C u a r t o a c t o {Epilogo}

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→ Cuarto acto {Epilogo}

Una noche más, el chico nuevamente le dio a mi lata algunas monedas y entró al restaurante, cuando lo hizo captó rápidamente la atención de la chica que estaba dejando unos cuantos platos sucios al fregadero, ella esta noche llevaba un suéter tejido de color beige con una falda larga de color café claro y unos mallones casi del mismo color.

Hunter notó que él había llegado y prácticamente llevó a rastras a Sunny y le entregó el micrófono. Ellos dos tenían un plan para ganar la atención de el chico, para que esta noche él sepa quien es Sunny. Hunter fue al interruptor de las luces, ahí las apagó y las prendió, dejando esta vez solo un poco de iluminación en cada mesa y al centro del restaurante, para que de esta manera ellos pudieron captar la atención de aquel chico, y así fue. Él muchacho alzó la cabeza, mirando hacia al frente, y esperando que algo pasará, pero vio a una chica hermosa parada con un pedestal y el micrófono, iba a regresar a su lectura, ya que eso no le importaba mucho a aquel sujeto.    

Sunny se quitó el mantel, y lo dejó sobre la mesa que estaba a su lado, respiró profundamente para estar tranquila. Empezó a cantar junto con la pista, y hacia señas con sus manos, traduciendo lo que cantaba.

- "Iluminas el cuarto." 

Indicó con el dedo índice hacía él, y con ambas manos las abrió y cerró, luego giró las manos señalando en cuarto, así de esta manera ella tradujo la primera frase de su canción.

Cuando él chico misterioso lo notó, puso toda su atención en ella, y quedo sorprendido por la manera en que ella se expresaba, ella sabía que él era un sordomudo.

- "Y ni si quiera lo sabes."

Colocó ambas manos sobre si sien y negó con la cabeza, quitó ambas manos sobre su lugar, y continuó cantando.

- "Es todo lo que puedo hacer."

Con su mano derecha hizo como si cambiará de página, y con la misma mano se indicó a si misma, y con sus dos manos unió los dos dedos del medio. 

- "Dejarte solo."

Puso las dos manos al frente de ella como queriendo detener algo, luego con su mano izquierda giró su palma y con la derecha trazó un círculo imaginario.

- "Pero no me traigas flores."

 Con ambas manos negó, empuño su mano derecha y la atrajo a si misma, hizo un círculo con el dedo gordo e índice, se tocó la nariz muy delicadamente, y finalmente empuño las dos manos, una sobre la otra, simulando que sostiene algo.

- "Te preocupas demasiado."

Con tres dedos de ambas manos: índice, del medio y anular formó círculos alrededor de su cabeza.

- "¡Oh, corazón!"

Puso una mano sobre su boca, cerró sus ojos, al igual que sus manos y se las puso sobre su pecho formando una equis.        

- "Saber que me vez."

En forma de puño tocó su sien, y nuevamente lo indicó con el dedo índice, y con los dos dedos las puso en frente de su nariz. 

Él indicó con sus dos dedos sus ojos, y después a ella, para afirmarle la oración anterior.

- "Es suficiente."

Sonrió ella al ver que él le había respondido, y con su mano izquierda hizo un par de giros a su muñeca.

- "Podemos bailar por toda la cocina."

Con sus dos dedos de ambas manos se indicó a ella y a él, alejó sus brazos de sus cuerpos, y con esos mismos dedos, empezó a moverlos, como si estuvieran bailando, luego con los dedos índices giró alrededor de cada uno, y los chocó.

- "A la luz de las velas."

Con la mano derecha indicó la muñeca de la mano izquierda, y con los dedos de la izquierda los apretó. y con la parte trasera de la mano derecha la deslizó arriba de la izquierda. Juntó todos los dedos de su mano y las chocó. 

- "Podrías hacerme un anillo con la tapa de la leche."

Nuevameante cerró los puños, puso el puño izquierdo sobre el derecho, y empezó a dar vueltas. luego extendió las dos manos, y se colocó un anillo imaginario. Luego hizo como si estuviera ordeñando a la baca y con sus dedos dibujó un envase.

- "Cuando el dinero se acabé, quizás nos detengamos."

Los dedos gordos  índices de las dos manos, los frotó, indicando el dinero. velozmente abrió las manos y las haló hacia abajo. Los dos dedos índices los empezó a rodar de el mismo alrededor, otra vez cerré las manos en puño.

- "Tú enciendes el cuarto."

Lo indicó a él y señalo el cuarto, cerró y abrió sus manos indicando el cuarto. 

- "Y ni siquiera lo sabes."

Colocó ambas manos sobre si sien y negó con la cabeza, quitó ambas manos sobre su lugar, y continuó cantando.

- "Es todo lo que puedo hacer"

Otra vez con su mano derecha hizo como si cambiará de página, y con la misma mano se indicó a si misma, y con sus dos manos unió los dos dedos del medio. 

- "Dejarte solo."

Puso las dos manos al frente de ella como queriendo detener algo, luego con su mano izquierda giró su palma y con la derecha trazó un círculo imaginario, por segunda vez en la canción.

- "Así que, corazón, ¿Quién necesita chocolate?"

Puso ambas manos a costados de ella, y alzó los hombros, con el dedo índice hizo círculos, y luego bajó la misma mano Hizo un círculo con el dedo gordo e índice, y la acercó a su boca. 

- "¿Champaña y todas esas cosas?"

Llevó su mano izquierda e hizo como quitar la tapa de una botella de champaña. Cerró los dedos de ambas manos, excepto los índices, y los chocó.  

- "¡Oh, corazón!"

Puso una mano sobre su boca, cerró sus ojos, al igual que sus manos y se las puso sobre su pecho formando una equis, otra vez.

- "Saber que me amas." 

En forma de puño tocó su sien, y nuevamente lo indicó con el dedo índice, y con ambas manas formó una equis sobre su pecho, sin formar ningún puño.

 - "Es suficiente."

Con su mano izquierda hizo un par de giros a su muñeca.

Agachó la cabeza tímidamente, cuando todo el lugar se lleno de aplausos. Ella observó a aquel peculiar muchacho quién hacia un par de señas: él junto con las dos manos e indicó una silla, invitándola para que se sentará.

Ella asistió no muy segura de si misma, y se acercó a él para hacerle compañía. Lo primero que el señaló fue:

- "Soy Michael. "

Algunas cosas en la vida las podemos obtener en un dos por tres. Y otras cosas, como ese momento en que alguien realmente escucha tu corazón no tiene precio.

Los miré convivir animadamente allí, y ese era mi momento de decir adiós, mi trabajo aquí ya estaba realizado, de esta manera su historia de amor dio un inicio.

Así que di la media vuelta, y empecé a caminar lejos del restaurante. Ya no era necesario que yo estuviera con ellos. 

Hay millones de historias de amor esperando pasar cada día. Suerte, destino ¿Quién sabe? 

Esta es solo una historia. 

Soy cupido y esto fue Cupilandia.

                                                        Fin

Soy cupido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora