Pero quiero
Que la próxima vez sea sin prisa
Mientras mi boca en ti se desliza
Sabes lo que quiero tú lo descifras
Sé que él te va a entender
Sexto mes:
Todo había mejorado mucho, pero aún quedaba algo sin terminar y es que simplemente no podía decirle a mi madre que no me quería casar.
Ahora que había formado una fuerte amistad con Joel (puesto que estabamos obligados a dormir juntos) se había creado un nuevo obstáculo en mi camino, el dijo al principio, que si llegaban a enterarse de algo sería el fracaso de la familia y al mismo tiempo estaba Christopher, que si mi madre se enteraba perdería el único trabajo con el que abastece a su familia.
Al día siguiente de que pasara todo en la limosina quedamos con Joel en que estaría todo el día fuera y que el aprovechara para pasar tiempo con Yoandri, obviamente no se negó.
Paseamos por lugares hermosos que esconde Puerto Rico, hasta que en uno de esos viajes, con su mano en mi muslo mientras la brisa veraniega entraba en la limusina, paramos en una casa bastante peculiar.
Christopher me había llevado a su casa, su madre y su abuelita estaban sentadas en uno de los balcones charlando.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y traté de recomponerme antes de entrar, Chris golpeó suavemente mi espalda llamandome "sensiblón" pero ojalá el pudiera ver con mis ojos como sonreía de oreja a oreja cuando su madre me abrazó como saludo.
Pasamos la tarde allí hasta que se hizo de noche, obviamente ambas mujeres insistieron en que nos quedaramos a comer pero tristemente no podíamos, echamos la excusa de que yo trabajaba, porque en realidad era más fácil que contar toda la verdad.
A la vuelta pasamos a buscar a Joel, quien parecía negado a soltar la mano de Yoandri, lo entendía, yo tenía la "suerte" de tener a Chris en la misma casa pero vaya a saber cuando él volvía a verlo.
Me prometí a mi mismo que haría lo posible para que se vieran más seguido.
Cuando llegamos a casa Joel y yo nos dedicamos una mirada triste.
—¿Qué tal si mañana volvemos a salir?— Asentí rapidamente y lo abracé.
—Realmente me pone muy feliz que se esten llevando bien— Esta vez ambos ignoramos la voz de mi madre, mirandonos mutuamente con una sonrisa. Yo solo podía pensar en el gran amigo que era Joel.—Más todavía porque adelantaron la fecha de la boda y será en los primeros días de el mes que viene.
Y así fue como volvimos a salir, día tras día noche tras noche, disfrutando lo más que podíamos del tiempo con nuestros amantes.
Pero lamentablemente llegó el último día antes del casamiento.
Chris me había llevado a uno de esos lugares escondidos aquí, un gran parque con una fuente que brillaba con luces neones en medio.
Me tomó de la mano y me preguntó si quería pedir un deseo, obviamente dije que si a lo que sacó unas monedas de su bolsillo tendiendomelas sin separar nuestras otras manos.
El tiró primero, con los ojos cerrados y pude apreciarlo nuevamente, las luces iluminandolo, como aquella vez de nuestro primer beso, sus labios llenos, rojizos que tanto le envidiaba aunque el dijera que los mios eran de un tono más bonito, sus largas pestañas tocando sus pómulos, su nariz respingada, su cabello cayéndose de a mechones sobre su frente.
Una lágrima traicionera se deslizó por mi mejilla y di vuelta mi rostro para que no la viera.
—Te toca—Cerré mis ojos haciendo que nuevas lágrimas desborden de mis ojos, puse la moneda sobre mi pecho y la lancé para luego volver a mirar a los ojos a Christopher quien sonreía. Como siempre, a pesar de todo el estaba alli sonriendo, como un arcoiris en la tormenta.— ¿Qué pediste?—
—Es secreto—Correspondí a su sonrisa, tironeandolo hasta la camioneta.—¿Vamos a comer pizzas?
—Tengo un mejor plan.—Guiñó su ojo montandose en la motocicleta.
El deseo de la fuente, era tener a Christopher a mi lado para siempre.
Incluso cuando siempre es mucho tiempo.
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SE VIENE EL FINAL MUCHACHXS!
¿Preparadxs?
besos, flor🌸
