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No mientas y coméntale cómo lo hacemos
No mientas y coméntale que sí te quiero
Como tú no hay
Por eso es que tú eres así
Como tú no hay
Yo solo te quiero pa' mí

Cuarto mes:

Desde aquel fin de semana tuve que acostumbrarme a varias cosas, una por ejemplo era comenzar a dormir en la misma cama que Joel, otra era solo ver a Christopher de lejos y la más dolorosa era no volver a salir con él.

Este tiempo no estuve durmiendo bien, no solo por tener a un desconocido durmiendo en mi cama, a veces los recuerdos me acechaban toda la madrugada, hasta que no volvía a sentir el aroma de aquel pañuelo rojo no podía dormir.

Hoy era de esas noches que ni siquiera con el pañuelo podía conciliar el sueño así que me levanté de la cama para tomar algo de agua.

Miré un rato a Joel allí acostado, no puedo negar que es lindo pero su indiferencia solo me demostraba que a el lo estaban obligando a esto tanto como a mi.

Seguí mi rumbo, pasando por la habitación de mi madre que dormía como si se tratara de un muerto, ambas manos en su pecho boca arriba, me tragué una carcajada para no despertarla.

Ahora bajaba las escaleras en penumbras, solo alguna luz que se colaba por las ventanas iluminaba a penas.

Me dirigí a la cocina abriendo la heladera que me cegó con tanta luz para finalmente tomar una botella de jugo de ahí, me di la vuelta encontrandome con una figura que me dejó paralizado.

-¡Christopher por Dios casi me matas del susto!- Sonrió de costado, andaba con unos pantalones anchos grises y una musculosa negra como siempre.-¿Qué hora es no deberías estar en tu casa?

-Tu madre me paga horas extras, pero ahora responde tu ¿por qué has estado ignorando mis mensajes?- Cerré la puerta de la heladera quedando en penumbras nuevamente, dejando a un lado el jugo.

Me quedé callado tratando de pensar una respuesta que no lo lastimara, pero no tenía ninguna opción.

-¿Es qué acaso ya te enamoraste de tu esposo?- Rodé mis ojos y en un parpadeo ya lo tenía frente a mi, rodeando mi cintura con su mano que prácticamente tapaba esta de lo grande que era. Juntó nuestras frentes y comenzó a darme besos en la mejilla cuello y hombro haciendo que cierre los ojos inconscientemente. -¿El te puede tener así en segundos?

Sentí su respiración chocar contra la mia, su aliento a tabaco golpeando en mi boca.

-Deja de mentirles Erick, diles como te pongo.- Robó un beso y se alejó provocando que mi cuello se estirara en busca de más.

-Te necesito tanto Chris.-Murmuré mirandolo a los ojos, volví a tomarlo del cuello para que me besara pero corrió su cara de lado.-Por favor...

-Pero mira que gracioso, tu me has estado ignorando y ahora me ruegas.-Sonrió y luego mordió su labio inferior.

-Lo siento, sabes que no es mi culpa, no he podido dormir todas estas noches porque no puedo dejar de pensarte, solo ¿podemos aprovechar estos minutos juntos?- Negó con la cabeza sonriendo pero volvió a besarme, esta vez más intenso, posando ambas manos en mi cintura, levantandome hasta sentarme en la mesada de la cocina y abriendose paso entre mis piernas.

Era un beso bastante húmedo, necesitado, algo que habíamos esperado hace rato y donde se notaba cuanto nos habíamos extrañado.

De repente su mano comenzó a deslizarse hacia abajo, siguiendo la curva de mi trasero hasta dar con este y apretarlo duro, haciendome jadear de golpe.

Sus besos bajaron hasta mi mandíbula y luego a mi cuello succionando con fuerza, tuve que morderme el labio para no gemir.

De repente fui cargado por el, inconscientemente envolviendo mis piernas en sus caderas para ver como me llevaba hacia una de las habitaciones de los de servicio, seguramente la suya, cerrando la puerta tras él con el pie.

Me dejó suavemente sobre la cama, él seguía sobre mi sin dejar de besarme mientras que yo con mis manos acariciaba su pelo, de un tirón se sacó la remera dejando a la vista muchos tatuajes que no había visto y su abdomen apenas marcado que me tenía babeando, estaba iluminado solo por la luz de afuera que se colaba por la ventana y eso lo hacia todavía más perfecto.

Repetí su acción sacandome la remera de pijama y el no perdió tiempo en bajar su cabeza y comenzar a dejar besos húmedos por doquier haciendome soltar incoherencias.

Me incorporé y el quedó parado frente a mi, con mis manos aproveché a deslizar mis dedos por todo sus tatuajes hasta llegar al elástico de sus boxers que sobresalían bajo el pantalón y sin pudor alguno bajé ambos haciendo que su pene saltara libre frente a mi.

Lo tomé con ambas manos moviendolas de arriba hacia abajo, con los dedos siguiendo las venas que llegaban hasta la punta por donde pasé mi lengua, envolviendola y escuchando como Chris lloriqueaba del placer.

Seguí pasando mi lengua por allí hasta que lo tomé con mi mano y lo metí en mi boca hasta donde llegaba, succionando de este y masturbando con los dedos la parte que no cabía, lo escuché gemir y eso solo me provocaba más pero de sopetón tiró mi cabeza hacia atrás.

-No quiero correrme aún.-Con la misma agilidad me dio vuelta en la cama dejandome boca a abajo y levantando mis caderas hasta que mi trasero quedara alzado frente a el, de un tirón mi pantalón desapareció junto a mis boxers quedando demasiado expuesto ante el.

Me moví de lado para mirar su rostro, yo todavía muy sonrojado y el pasaba la lengua por sus labios para luego posarse entre mis piernas y comenzar a dejar besos húmedos por allí, luego a pasar su lengua y penetrarme con ella.

-¡C-chris!- Gemí alto y lamió una vez mas antes de separarse y apoyar su cuerpo contra el mio, regresando a los besos en el cuello pero sentía su pene rozando mi entrada.

-Relajate príncipe...-Susurró en mi oido y eso mismo hice provocando que se fuera metiendo lentamente en mi.

-No te muevas aún.-Pronuncie lloriqueando del dolor.

-No bebé, tú tranquilo.- Siguió dejando pequeños besos en mi rostro y espalda, hasta que me acostumbré al tamaño y yo mismo empecé a moverme.

Estabamos haciendo el amor, lento y dulce disfrutando cada embestida gimiendo al unísono, hasta que todo comenzó a ponerse más acalorado y aumentamos el ritmo.

-¡Creo que estoy por llegar!- y así como lo dije me vine manchando toda las sabanas de semen, Chris siguió embistiendo un rato más y luego se desplomo sobre mi (sin aplastarme) con la respiración agitada vaciandose dentro mio.

Estabamos muy cansados ambos, así que solo nos tapamos con una manta y me recosté en su pecho para dormir.

-Príncipe...

-¿mhm?

-No me dejes.

-Jamás.

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Bueno un poquito de smut no le hace mal a nadie.

Les advierto que los próximos capítulos se vienen heavy ahre.

besos, flor🌸

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