CAPÍTULO 2: SUNAGAKURE

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Sakura
Les mire tristemente, habían pasado algunos días desde el entrenamiento y Haku-kun junto a Zabuza debían marcharse.

Mis padres veían enternecidos como yo abrazaba a Haku-kun.

-Tranquila- trataba de calmarme -nos veremos pronto-

-Es verdad pequeña- mi padre me alzó cuando nos separamos del abrazo.

-Bien Mebuki, Kizashi espero verlos pronto- dijo Zabuza y ambos se retiraron.

Mis padres entraron y continuaron con su vida como gasta ahora pero, ellos habían sido mis primeros amigos desde... bueno desde siempre.

Sonreí.

-Hasta pronto- dije para después entrar cuando la lluvia comenzó a caer.

Al entrar tomé un libro para comenzar a leerlo mientras el resto del día transcurrió normalmente.

[...]

Mi madre me colocó una capucha que me quedaba grande después de colocar bien mis pequeños zapatos blancos.

-¿A dónde vamos?- le pregunté a mi madre totalmente ignorante a la situación.

-Tranquila amor no estes nerviosa- trataba de calmarme, era más que claro que era ella quien estaba nerviosa -vamos a un lugar muy bonito-

En mi cumpleaños pasado mis padres me habían prometido que me mostrarían un lugar donde hubiera tanto sol que terminaría odiandolo, yo les dije que no sería así, pero ahora, no parecía un viaje común.

Jamás había viajado pero no parecía algo muy normal que tus padres te levantarán a mitad de la noche muy nerviosos y comenzarán a abandonar tu hogar lo más rápido posible.

Sin tomar ningún recuerdo mi padre me sujetó fuertemente y salió de casa junto a mi madre, ambos saltando de árbol en árbol mientras la lluvia nos empapaba aunque a mi no tanto. Esto parecía que ellos escapaban de algo, pero no podía entender de que.

Cerre los ojos y me quede fuera de si, recuerdo que todo estaba oscuro, sentía una fuerte brisa fría mientras me refugiaba en el pecho de mi padre y después caí en un profundo sueño.

Al despertar estaba en una habitación, sobre una cama bastante cómoda, la capucha estaba sobre una silla cerca de la cama y yo estaba muy bien arropada, pero de pronto sentí un calor algo molesto y las cortinas en la ventana no dejaban ver hacia afuera.

Me levante, froté mis párpados y camine hacía la única puerta, había un pasillo no tan largo que conectaba a otras habitaciones y al final estaban los escalones, al escuchar la voz de mis padres baje rápidamente y los encontré en la sala, ambos en un sofá y un hombre desconocido para mi frente a ellos, los tres me miraron.

-Sakura ven- me pidió mi madre, fui hasta ella con cierta desconfianza por el hombre que se veía imponente y rudo.

Ella me sentó entre ambos.

-Él es Baki, es un maestro en la escuela para ninjas de aqui- lo presentó mi padre, pero comprendió que yo no entendí nada cuando vio mi rostro -estamos en Sunagakure, la ciudad de la arena-

-¿Qué?- estaba sorprendida, primero paso toda mi vida (la cual no es tan larga) aislada del mundo y de pronto están llegando personas muy cercanas a mi familia de las cuales yo no tenía ni idea, realmente no se como tomar esto.

Y ellos no se molestan en explicar todo lo que esta pasando.

-Bien los espero afuera- dijo Baki y salió.

Deje que mi madre me guiara de nuevo a la habitación donde antes había estado y volvió a colocarme la capucha.

-¿Para qué es?- pregunté, naturalmente la usaba cuando llovía pero con el calor sobrehumano que sentía ahora no veía la necesidad.

-El sol es demasiado para lo delicada que es tu piel, no estas acostumbrada a exponerte así- me explicó y supuse que tenía sentido, pero tenía mucho calor.

Ni siquiera podía ver bien ya que casi me cubría todo el rostro.

Una vez fuera caminé junto a ellos, note que no hubo necesidad de que se protegieran tanto como yo, tal vez mis padres si estan acostumbrados.

-¿A dónde vamos?- le susurre a mi padre.

-Con el Kasekage- respondió y siguió hablando con Baki.

Con que así se llama el Kage de aqui.

El resto del camino fue tranquilo, este lugar era completamente diferente a lo que vi siempre, y el sol era hermoso, sin duda alguna estaba maravillada.

Llegamos a una torre y mientras mi padre y Baki entraron mi madre me llevo a hacer algunas compras.

-Has estado muy callada- dijo mi madre con un aire de preocupación, no respondí, no sabía como hacerlo -Hey ¿estas bien?, se que esto es diferente y...-

-No- le interrumpí -no me malinterpretes me encanta el lugar, siempre quise visitar un lugar así es solo que aún no entiendo que sucede-

Ella sonrió.

-Así que era eso- siguió eligiendo algunas verduras que yo jamás había visto -creo que vi un parque aquí cerca, podrías divertirte mientras yo termino-

Suspire, sabía que no me iba a decir nada de lo que pasaba, la última vez que trate de comprender los problemas de los adultos mi padre dijo "es complicado" y ahí murió mi curiosidad.

No insistí, sabia que era inútil asi que me despedí y fui hacia donde recordaba que vi el parque. Las calles eran todas iguales a mi parecer, pude notar como llamé la atención de algunas personas supongo por la misteriosa capucha pero le reste importancia.

Caminé y caminé, dude unos instantes si era que me había perdido después de todo solo fui pocas veces al pueblo mas cercano a mi casa y eso siempre fue de noche, esta era una gran ciudad.
Frunci el seño cuando vi el mismo letrero de "Dangos" por tercera vez; si oficialmente estaba perdida y aún no sabía que era dangos.

Sin duda Suna y yo no somos muy compatibles.

Continuará...

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