Capítulo 8

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Fue una mañana fría a finales de noviembre, salí temprano de casa dejando a Richard y Antonella dormidos, quería sorprenderlos con panecillos caseros, pero me faltaban algunos ingredientes, a esa hora Aaron solía hacer el cambio de turno con Greg así que estarían ocupados, tomé mi auto y salí sin hacer ruido, a veces me gusta pensar que somos una familia normal y Richard no es un multi millonario con enemigos y una ex esposa loca con un grupo de feministas que queman lugares y atacan iglesias.

Así que aproveché ese descuido para salir de casa e ir al mercado como solía hacerlo antes de todo esto, de que mi vida al lado de Richard se complicara.

Estaba pensando en tantas cosas, serian nuestras primeras navidades con Richard y este estaba planeando llevarnos a unas cabañas, a lo cual yo me negaba, quería pasar las fiestas en casa y comenzar una tradición, prepararles la cena e incluso invitar a nuestros nuevos amigos para año nuevo.

Estando en la tienda estaba demasiado distraído que ella se me acercó de una manera tan casual que no la reconocí.

- Dominik, el santo. El hombre que no permitiría que aborte a una niña que ni siquiera es su hija, pero defiende a un asesino en la corte.

- Él no es un asesino, tu sí.

No sabía de qué hablaba, Richard no era un asesino, ella quería confundirme, quería sembrar la duda en mí, la única asesina entre nosotros era ella.

Se me movía por el lugar como una serpiente, rodeándome sin quitar su mirada de la mía.

- ¿Así que le abres las piernas y no lo conoces? En eso fui yo más lista. Siempre supe que tipo de hombre era, las muertes que ese hombre deja a su paso, pregúntale por las viudas y los huérfanos Dominik, pregúntale por las prostitutas muertas, por los adictos, a ver si tiene el valor de responder. Dejas a nuestra hija en brazos de la muerte.

Antonella no es su hija, no puede pretender que se preocupa por ella.

Yo vi el expediente de Richard antes de involucrarme en el caso, es un hombre de negocios, todas sus empresas son reales y legales.

- Ella no es tu hija.

- ¿Si no es mía y no es tuya entonces de quién es?

No puedo dejar que diga eso en el juicio, no puedo dejar que me arrebaten a mi hija, esta mujer es un monstruo que es capaz de todo para conseguir dinero.

- Te venceremos en el juicio.

No se inmutó, es como si estuviera segura de tener la ventaja.

- Dile que, si no me cede el 70% de todo, revelaré sus secretos y que no se moleste en eliminarme, que si desaparezco alguien más lo hará, y cuando digo de todo, me refiero a todo, no únicamente lo legal.

Y se fue, yo no podía moverme ¿qué tan bien conozco yo a este hombre?, yo mismo he escuchado sus negociaciones y he visto lo agresivo que puede llegar a ser, después de Halloween y esa arma en su mano Dion Ryan lo ve con recelo, y acompaña a Kevin cada vez que se presenta en nuestra casa, será que me he negado a ver quién es, en verdad no lo conozco, nunca hemos estado en su apartamento o conocido a su familia, él es quien se queda en nuestra casa.

Todo podría ser una farsa y yo un crédulo.

¿Qué hago?

Antes que nada, tengo que advertirle, si no es nada me lo hará saber, pero si es verdad no sé qué haré.

Cuando llegué a casa Richard estaba haciendo café en nuestra cocina sin camisa y descalzo, es demasiado domestico para ser un asesino.

Ese hombre me tomó en sus brazos anoche y me acarició el cabello hasta que caí dormido en sus brazos, ese hombre cuida de mi hija como si fuera el tesoro mas preciado, ese hombre es mi amor.

Leyes del  Amor Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora