Estaba en la cocina preparando bocadillos mientras Richard y Antonella jugaban cartas en el comedor y no podía dejar de ver la argolla en mi dedo, una delgada banda dorada que cambiara mi vida.
Esa noche me sentí tan feliz, pleno, completo.
Richard es el hombre que quiero para compartir la eternidad, pero eso no quita un miedo arraigado en lo profundo de mi cuerpo, desde el mas superficial hasta el mas profundo y al final simplemente es uno.
Richard y yo no hemos hecho el amor.
Duermo en sus brazos todas las noches, me besa y dice cuanto me ama a cada momento, pero no me busca en la intimidad.
¿No es la intimidad física parte del amor? Antes siempre me incitaba de alguna manera, pero ahora incluso pienso que me evita.
Mis pensamientos fueron más lejos al sentir sus brazos envolverme.
- Si picas mas a ese pobre tomate será puré.
- Estaba distraído, lo usare para la ¿pasta quieres pasta?
Richard me miraba divertido, últimamente su proximidad me incomoda de una manera sexual, no puedo estar cerca de él sin querer apoyarlo en una superficie plana y ...
- Mis padres vuelven mañana y me gustaría que los conocieran.
Y escuchar de sus padres resolvió el problema de mi excitación.
- No sé si estemos listos para eso.
- Bueno en algún momento tendremos que dar la noticia de nuestro compromiso y me gustaría que lo supieran de mi y no en la sección de sociales del periódico.
Olvidé por completo que no me estaría casando con cualquier hombre, nuestro compromiso pronto seria del conocimiento público.
Apenas la noticia de su viudez fue dada, cuando ya aparecía en las revistas de sociales como el nuevo soltero codiciado.
- Crees que podamos esperar un poco más para la noticia, acabas de enviudar y...
- Todo mundo sabía de mi divorcio, la muerte de Carol únicamente aceleró lo inevitable, además no pienso ocultarlos, es verdad que no daré una rueda de prensa con ustedes presentes, pero no pienso ocultarte en el ropero, te amo Dom y quiero que todos lo sepan.
Como decirle que estoy aterrado por algo que ni yo mismo logro descifrar.
- Mis padres están muy emaciados, no sólo conocerán al hombre que amo, también a su nieta.
- ¿Así que todo tiene que ver con eso no? Si me caso contigo tendrán su heredera.
No sé de dónde salió eso, quise retirarlo en canto salió de mi boca, pero la mirada de pena en el rostro de Richard me detuvo.
- Pensé que había quedado claro que hace mucho dejó de ser sobre Antonella, ella es tu hija Dominik yo no pretendo que cargue con nada que tú no quieras, pero soy adoptado Dom, mis padres mejor que nadie acogerán a tu hija como su nieta por que me aman como su hijo, pero supongo que tú no puedes entenderlo ya que ella si es tu hija.
Me quede congelado en la cocina mientras Richard se retiraba a nuestra recamara, Antonella lo siguió, hasta ella comprendía que cometí un gran error, pero todo se reducía a eso, tenía celos de mi hija, de que Richard únicamente estuviera conmigo por ella.
**
Estábamos en el palacio de mi princesa tendidos en la alfombra, las palabras de Dom me dolieron enserio, es verdad que esa era mi idea principal, y que aún sigue estando en lo profundo de mi mente maquiavélica y criminal, pero no pienso hacer de mi princesa una reina de la mafia, sólo una excelente abogada si ella quiere serlo.
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Leyes del Amor Libro 3
RomanceCuando la ex novia de Dominik Biagio le dice que está embarazada y quiere abortar este la convence de que le entregue el bebé y decide ser padre soltero. Cuando ella se va y lo deja con su hija recién nacida el gira toda su vida en torno a su pequeñ...