Después de aquella tormenta de nieve, la princesa fue con su amigo alquimista para darle su apoyo aunque ya era demasiado tarde. Sin embargo, ella estaba allí, lo cual calmó el corazón del pequeño, evitando que se derrumbase por la pérdida de su pa...
[Aviso de drama y sangre en este capítulo... y de aquí en adelante.]
-No... Eso... Eso no....- decía la princesa sin poder creerlo. -Eso es cierto, Raps. Alguien intenta matar a Varian- la interrumpió Cass. - ¡Míralo!
Varian limpió su boca con el dorso de su mano, respiraba agitado. Volteó hacia la princesa encontrando su mirada en él, lágrimas cristalinas corrían por sus mejillas, era claro que estaba aterrada por lo que estaba pasando. El chico bajó la mirada, tratando de controlar el temblor que recorría su cuerpo. Sus mirada se empezó a poner borrosa y notó a Ruddiger con sus patas delanteras en su abdomen arrugando su camisa, acarició su cabeza entre lloriqueos del mapache. -También yo estoy asustado, amigo- pensó Varian encogiendo sus hombros. - ¿Y bien? - dijo Eugene rompiendo por fin el silencio. - ¿Qué vamos a hacer? Tenemos que conseguir algo para contrarrestarlo, un antídoto por ejemplo... -No hay- interrumpió el alquimista. -No hay antídoto para el envenenamiento por Amoniaco...
Los ojos de todos se ubicaron en él con un terror inimaginable. Raps llevó sus manos a su boca, deseaba que todo fuera una broma, pero la seriedad en el rostro del chico le daba la respuesta. Cassandra negó con la cabeza una y otra vez sin decir palabra; Eugene se giró y pasó sus manos a través de su cabello. -Debe... Debe haber algo que podamos hacer - dijo Cassandra saliendo del shock. -No - dijo directamente el alquimista. -Que escupa sangre significa que... Ya empezó a destruirme por dentro- las palabras crearon un dolor en su pecho. Lo sabía. Sabía bien lo que continuaba.
Todos se quedaron en silencio conteniendo la respiración. Varian tomó a Ruddiger con ambas manos y lo colocó a la altura de su pecho para verlo a los ojos. Los ojos suplicantes de su peludo amigo no se apartaban de él mientras ronroneaba con tristeza.
-El amoníaco está haciendo efecto...- su vista comenzó a ponerse borrosa nuevamente. Las patitas de su amigo se posaron en su nariz causándole una risita. -Puedo sentirlo... Todo mi interior duele...-una lágrima resbaló por su mejilla y acerco su frente a la de Ruddiger. -Estoy muriendo - dijo con un sollozo.
Rapunzel no soportó más y lo abrazó mientras ambos lloraban amargamente, sus sollozos herían el corazón de los que escuchaban. Cassandra contenía sus lágrimas, consternada sin saber cómo reaccionar, Eugene encajaba sus uñas en su antebrazo por la frustración.
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