Hombres.
Y esa fue la única palabra que, con asco, apareció en mi mente, antes de cruzar la puerta de Roxy's -un bar situado en Main Street, envuelto por la edad y el continuo paso del tiempo - con mi guitarra en mano y a paso decidido. Hace unos 30 minutos me encontraba sobre el escenario, dando mi presentación habitual para poder ganarme la vida, pero desgraciadamente algún borracho tuvo la brillante idea de sobrepasarse y gritarme un par de palabras obscenas. Sin poder evitarlo, golpeé mi puño contra su pómulo derecho, tomé mi guitarra y salí del lugar disculpándome con Roxy, la dueña del lugar y esposa de mi tío, James Crawford.
No era un trabajo que me pudiese brindar caprichosas expectativas, pero no me quejaba por la vida que en estos momentos llevaba. Tenía mi propio apartamento en el centro de la ciudad, mi motocicleta y a mi madre.
Salí a las frías calles de Londres y comencé a dar paso a mi departamento. Noté como el frío se calaba entre mis huesos y con la mirada baja hice el intento de cubrir mayor parte de mi cara para lograr hacer soportable el frío de invierno.
Estaba agotaba y molesta. Ya me encontraba en mi departamento, y lo único que necesitaba era mi almohada, una gran cobija y un tazón con chocolate caliente para aliviar el dolor frío de mis manos.
Lancé mi chaqueta y zapatos a un lado de la entrada del departamento. Me dirigí rápidamente a la cocina para prepararme mi chocolate caliente y cuando lo tenía listo en mis manos me dirigí a mi habitación para poder quitarme la ropa empapada por la lluvia londinense, y acostarme para ver Beautiful Creatures comodamente.
Eran las 11:00 am y yo estaba en el balcón de mi apartamento viendo la hermosa vista de Londres antes de comenzar una nueva jornada de trabajo.
Me dirigí a mi habitación para ducharme y vestirme, y salir camino al bar. En el transcurso recibí una llamada de mi tío:-¿Hola? -Se escuchó la voz de James a través de la bocina.
-Hola tío, ya estoy de camino al bar -Dije corriendo apurada por el retraso.
-Adela, ¿De nuevo dormida? -Dijo riendo.
-Será la última vez, lo prometo.
-Bueno -Rió -. Pequeña te debo presentar a alguien -Dijo serio. Esto debe ser malo...
-Ya estoy aquí -Colgué y corrí rápidamente a la entrada de Roxy's para evitar los problemas.
Mi tío estaba en el escenario junto con su novia y un joven alto con cabellera oscura. Me acerqué a ellos y dejé mi guitarra a un lado del escenario, dirigí mi mirada al desconocido y unos hermosos ojos verdes -iguales a los de mi padre- me dieron la bienvenida.
-Al fin llegas -Dijo Roxy abrazándome -. Tu tío y yo debemos presentarte a Mike Patterson, mi hermano menor.
-Un gusto -Respondí amable -, mi nombre es Adela Crawford -Extendí mi mano a la cual el estrechó con una sonrisa amable.
-El gusto es completamente mío -Dijo coquetamente.
-Adela, el va a ser tu compañero en el escenario. Ambos tocaran sus guitarras y cantaran, pero el solo será apoyo -Dijo mi tío con una sonrisa. Yo al contrario tenía mi boca abierta a más no poder.
-¿Qué? -Dije en shock -, ¡¿por qué?!
-Al parecer los problemas no pueden ser manejados por ti misma y pensamos que con un compañero sobre el escenario sería mas seguro y menos problemático -Respondió Roxy insegura.
-Me rehuso a trabajar con este imbécil -Dije mirando al moreno que aún no emitía palabra y me miraba con el ceño fruncido.
-Lamentablemente es MI bar, y yo tomo las decisiones -Dijo Roxy un poco molesta.
-Pues si es así, renuncio -Tomé mi guitarra y me fuí dando un gran portaso y dejando a los demás con la palabra en la boca.
Estaba frustrada por la decisión de Roxy y por su falta de interés en la opinión de los demás. Debía comenzar a buscar trabajo o sino moriría de hambre.
Caminé hacia una cafetería que había enfrente de mi departamento y tomé asiento en una mesa que estaba junto a la ventana. Pedí un café y un pastelillo de chocolate para saciar el apetito que tenía por no haber desayunado. Después de satisfacer a mi estómago me dirijí hacia la cajera y pagué por todo.
No quería ir a mi departamemto asi que fuí al centro de Londres para buscar un empleo.
Al llegar, ya más tranquila aunque sin trabajo, me dirigí a la cocina para revisar la alacena y poder asi hacer la comida. Lamentablemente esta estaba vacía y tendría que ir a comprar. Caminé decididamente hacia el supermercado más próximo a mi departamento.
Entre al supermercado y cogí un carrito. Fui pasillo por pasillo buscando lo que necesitaba y fui a la caja a pagar. Una voz detrás de mí me detuvo:
ESTÁS LEYENDO
Deathbed
RomanceOscuridad. Lo único que mis ojos distinguen en aquella habitación oscura es el líquido rojo esparcido a mi al rededor, y lo único que puedo sentir es el frío que corre por mi espalda. Acerco mis manos a aquellas cicatrices y siento como la piel comi...