Travesía Del Amor [Komahina]

Capítulo 02 ~El Comienzo~

Al otro lado de la puerta, tal como dijo el sujeto de vestidura fúnebre, había un sendero, hecho de piedras planas, que conducían a un largo camino, podía divisar un pueblo y un bosque, y a lo lejos unas montañas...

La verdad es que no sabía lo que hacía, pero debía avanzar, es lo único que me queda después de no saber en dónde rayos estaba, quien había sido...y por alguna extraña razón no me importaba, debería, pero tener una nueva vida sonaba alentador.

Hinata...me pregunto dónde estará, si es que existe, si es que es real o no, si él pensará en mi...

Recorrer el camino parecía agotador, pero de vez en cuando habían bancas para descansar un rato, pero no mucho, algo en el fondo me emociona a conocer el final, a donde me puede llevar el sendero, no importará lo que sea, aún si es decepcionante, el viaje puede ser interesante.

Pasadas unas horas llegue a la ciudad que veía desde lejos, pero estaba abandonada, descuidada, como si la hubiesen saqueado, pero pude ver una persona entre todo el desastre, una chica, dentro de una casa con escombros sobre ella, lloraba y sollozaba.
Cuando me acerque a verla ella se escondió entre las tablas.

—¡Vete!

—No te haré daño

—¡No te necesito!

La pobre chica estaba atrapada, y aunque no parecía que quisiera ayuda, no la iba a dejar allí, no podía. Me acerque más para quitarle los escombros de encima, ella seguía tan asustada que se cubría el rostro. Tenía un vestido blanco pero sucio debido a los escombros, con unos lindos zapatos blancos de broche rojo; también un moño rojo en su cintura, además de otro en su cabeza.

—Gr-gracias...— dijo en voz baja apenada, apartando la cara aún, por alguna razón no quería que la viese.

—No hay de que— me puse de pie y le estire la mano para ayudarla a levantarse— vamos, de pie

—N-no...

—¿Ah? ¿No puedes?

Se limitó a seguir sin dirigirme la mirada. No podía dejarla ahí tirada, y menos sin saber que había sucedido en este pueblo o qué pudo dejarla en ese sitio, si volvería a ocurrir...

—Quiero...estar aquí— me dijo en voz baja casi tan imperceptible que por poco no la escuché.

Al final solo me senté frente a ella, sin observarla, ya había caído en la cuenta de que no quería que viese su rostro, así que ambos estuvimos muy ocupados haciendo nada un rato. Realmente quería ayudar a la pobre chica y sabía que yo tenía una misión, que el sujeto me dijo que no debía desviarme, pero algo me nacía para ayudar a otros.

—¿Cuál es tu nombre?— pregunto al fin la chica

—Nagito, ¿Puedo saber el tuyo?

—Chihiro...— aún sonaba decaída.

—¿Te encuentras bien Chihiro?

—No...me he perdido, me he quedado sola...

—Descuida, no pasará nada, no te haré daño

Perecia traumatizada, aunque era de esperarse en la situación extraña en la que estaba, aunque claro, eso no explica lo que pasó en este lugar.

—¿Qué le ha pasado a este lugar?

—Alguien vino y lo destruyó, no sé quién, yo llegué aquí por casualidad, no soy de aquí.

—Pero, ¿Cómo quedaste entre los escombros entonces?

—Estaba muy asustada, fue un infortunio, esta casa estaba muy linda y poco destrozada, entré en ella y al tomar una vela de un estante este se calló y se derrumbó encima mío...