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Estaban en la hora de descanso, ambos en silencio, Jimin tenía los ojos rojos de tanto llorar, y Yoongi no sabía qué hacer

—¿Qué pasa?— Jimin da un pequeño brinco exaltado por la gruesa voz de su amigo, sus ojos se vuelven a aguar, como dos lagos cafés apunto de desbordase. Frota sus ojos con violencia y baja la vista

—Nada, estoy bien— se levanta sacudiendo sus pantalones negros con todas las intenciones de huir de su amigo, quien seguro comenzaría con el tan cansado interrogatorio sin sentido, pues ninguno sedía al otro; Yoongi lo toma de la manga de sus suéter enojado

—Joder Park, si me vuelves a decir la misma mierda una vez más te voy a golpear hasta que me digas todo— Jimin baja la mirada con las lágrimas ya sin contener escurriendo por sus redondas y rosadas mejillas hasta sus bonitos labios, los cuales están maltratados por estarlos mordiendo todo el tiempo y no tomar la suficiente agua. Con un movimiento brusco se suelta del agarre de su amigo rasgando el suéter amarillo dejando al descubierto su delgado brazo llenos de ematomas violáceos y verdes.

—¿Quién?— dice el mayor tratando de contener la rabia. Heridas las cuales parecen entre golpe y cortada recorren todos la extención del brazo. Jimin trata de soltarse del agarre de Yoongi para huir, siente el dolor, el miedo y la humillación a flor de piel, recordando todo lo que pasa en su vida, sintiéndose de nuevo una mierda

—¿¡Y a ti que mierda te importa!?— contesta gritando—¡Déjame por una jodida vez en paz!, ¿Qué no entiendes lo que te digo idiota?, DÉJAME TRANQUILO— Yoongi aprieta su agarre—una marca más para la lastimada piel—y lo arrastra hasta el baño poniendo seguro en la puerta y pateando a todos afuera. Con furia le quita el suéter rompiéndolo un poco más, le arranca la playera y con un tirón le baja los pantalones dejando al descubierto aquel hermoso cuerpo lleno de cicatrices tanto antiguas como nuevas; quemaduras de cigarros, cortadas, marcas de cinturón,—seguramemte las más recientes—rasguños y un sin fin de moretones. Jimin no puede hacer más que sollozar en voz alta sintiendo una vez más la humillación de que alguien más viera su cuerpo en esas pobres condiciones

—N-no me veas Yoon, por favor, no q-quiero— con las manos temblorosas sube sus pantalones despacio cuidando de no rozar la lastimada piel, se pone su playera y su suéter que estaban tirados en el suelo y sale corriendo del baño. Yoongi no puede pensar en otra cosa más que la cagó.

50 SUSPIROS PARA ENAMORARSE [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora